domingo, 13 de septiembre de 2009

Reflexiones en la Sombra

Reflexiones en la Sombra

M.L. Paula Durán Hurtado[1]

Resumen
Los arquetipos, como contenidos del inconsciente colectivo son parte importante de la Estructura y Dinámica de la Psique. Uno de estos arquetipos es el de la sombra, una estructura psíquica de gran influencia en la personalidad individual.

I. Introducción

Yo estoy ausente pero en el fondo de esta ausencia
Hay la espera de mí mismo
Y esta espera es otro modo de presencia
La espera de mi retorno
(Extracto. V.Huidobro)

El Informe contextualiza el concepto, en base a “Jung o la Búsqueda de Identidad” de Stevens, para luego amplificarlo con lecturas de Jung y contribuciones de Abrams, Bly, Frey-Rohn, Miller y Zweig. El cómo reconocer la sombra -en uno mismo y en otros- es de vital importancia para el proceso de individuación, por lo que se incluyen –además de Jung- aportes de Abrams, Bly, Brinton Pereira, Laing, Miller, Molly Tuby, Sanford, Von Franz y Zweig. Enseguida, se agregan reflexiones que surgen en torno al concepto o -mejor dicho- se incorporan sombras de reflexiones que ameritan, en otra ocasión, ser mejor configuradas de lo que un Informe de esta naturaleza puede hacer: la sombra como consecuencia inevitable de la materia; la sombra como ausencia; la pregunta en torno a si la sombra nos tiene o la tenemos; los no-seres, como habitantes de las sombras; Plutón, el dios-planeta desterrado de la conciencia colectiva.

Unas breves ideas, a modo de conclusión, dejan errante la respuesta en torno a si este destierro infernal podrá o no tener consecuencias para la evolución de la humanidad.

II. Desarrollo

II.a) Contextualización del concepto.
JUNG pensaba que el ser humano contaba con una matriz que le permitía –al niño- adaptarse a la realidad de la misma forma como lo habían hecho todos los individuos de su especie; la llamó si-mismo. El sí-mismo es el arquetipo, desde el cual nacen todas las estructuras psiquicas: la sombra, el yo, la persona, el animus y el anima. (Stevens, 1999, 53)

La persona, es también un complejo funcional; es la parte de la personalidad que permite al individuo adaptarse a la sociedad (Jung, 1943, 555): “La persona” es la cara con la cual el hombre se relaciona con los demás, que nace de la necesidad de ajustarse a las expectativas de los padres, profesores y sociedad. En ese momento, unas características se considerarían mejores que otras y menos censurables. Todas aquéllas consideradas indeseables, formarán otro complejo o una subpersonalidad; a eso, JUNG, le denominó sombra. (Stevens, 1999, 54)

La sombra tiene características opuestas a las manifestadas en la persona, por lo que persona y sombra son complementarias y mutuamente compensatorias, en las debilidades y fortalezas de la que una y otra carece o que una y otra presenta. Se trata de dos personalidades profundamente opuestas pero coexistentes en un mismo sujeto. La sombra es una subpersonalidad disociada, negada de luz y relegada en una zona gris del inconsciente personal[2]. (Stevens, 1999, 55)

La sombra permanece dinámicamente activa aún inconsciente, porque los aspectos rechazados del yo se mantienen portando algún tipo de sentimiento de identidad personal que, periódicamente, se sienten como cargas y culpas, a las que se les teme, porque pueden presentarse en la persona y hacer que el sujeto sea víctima de algún tipo de rechazo social.

Reconocer la sombra es un proceso difícil y una experiencia dolorosa, por lo que, el yo recurre a mecanismos de defensa para ocultarla; uno de ellos, es la proyección, que niega la existencia de esa característica en uno mismo y la proyecta en otros. Se trata de un proceso de conservación del yo, fuera del espectro de la voluntad conciente. (Stevens, 1999, 55)

Una fase fundamental del tratamiento junguiano es hacer conciente la personalidad de la sombra. Así se establece un acercamiento a la persona y se fomenta la integración de ambos complejos en la personalidad en su conjunto (Stevens, 1999, 56). Una forma de hacer este proceso es escuchando lo que uno mismo dice respecto de otro que resulta desagradable para uno. Las referencias que se puedan hacer darán luces a esa sombra. Sin embargo, no es conveniente decirle al otro que aquello que ha dicho se refiere a sí mismo y es parte de su sombra, ya que podrá sentirse agredido con el comentario y lo rechazará como retrato de su realidad.

La sombra, como todo complejo fundamental, tiene su núcleo arquetípico en “el enemigo” (Stevens, 1999, 57) y forma parte de nuestro equipo de adaptación; se activa tempranamente, pero se va engrosando con aquellas características que los padres consideran inadecuadas. La sombra es una manifestación personal e intrapsíquica y parte de un compromiso de adaptación entre el sí mismo y la sociedad, en la cual hay acuerdo en que uno sigue siendo lo que no debe ser, siempre y cuando aquello no se exprese públicamente[3] (Stevens, 1999, 57).

II.b) ¿Qué es la sombra? Una primera mirada hecha por Jung y junguianos.
JUNG se refirió a la sombra en su libro “Sobre la Psicología del Inconsciente” y la definió como la personalidad inconsciente de nuestro mismo sexo, inferior y censurable; ese otro yo que nos llena de embarazo y de vergüenza: “el aspecto “negativo” de la personalidad, la suma de todas aquellas cualidades desagradables que desearíamos ocultar, las funciones insuficientemente desarrolladas y el contenido del inconsciente personal” (Jung y otros, 2001, 34). Veintiocho años más tarde, en 1945, dijo que era lo que una persona no quería ser: “uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo conciente la oscuridad, un procedimiento trabajoso e impopular” (Jung y otros, 2001, 35). Jung terminó demostrando que afrontar la sombra y el mal es un “secreto individual” equiparable al de experimentar a Dios, una experiencia tan poderosa que puede transformar completamente la vida de una persona (Jung y otros, 2001, 35).

Zweig y Abrams, dicen que la sombra son todos los sentimientos y capacidades rechazados y desterrados por el ego, que alimentan el poder oculto del lado oscuro de la naturaleza humana (Jung y otros, 2001, 17) cuyos rasgos no serían todos necesariamente negativos[4].

Miller, la distingue como “parte de aquello que queremos ser pero que no nos atrevemos a ser” (Jung y otros, 2001, 90), Bly piensa que es “el gran saco que todos arrastramos”. Indica que todos los seres humanos tendríamos un saco de iguales proporciones (Jung y otros, 2001, 41), por lo que no habría unos individuos con más sombra que otros[5]. Dice que pasaríamos los primeros veinte años de nuestra vida decidiendo qué partes de nosotros mismos deberíamos meter en el saco y el resto de la vida, ocupados en tratar de vaciarlo” (Jung y otros, 2001, 41).... que todo lo que ingresa a esta bolsa regresa e involuciona hacia estadios previos del desarrollo (Jung y otros, 2001, 42) y la mayoría de los hombres de nuestra cultura echarían en ese saco las facetas femeninas de su personalidad[6] (Jung y otros, 2001, 42). Bly sí distingue diferentes tipos de sacos, a los que caracteriza por sus contenidos –o sus pesos- y “cuanto más repleto se halla, menor es la energía de la que se dispone”, porque esa energía es inaccesible (Jung y otros, 2001, 48),

Frey-Rohn señala que “la sombra permanece conectada con las profundidades olvidadas del alma, con la vida y la vitalidad; ahí puede establecerse contacto con lo superior, lo creativo y lo universalmente humano” (Jung y otros, 2001, 17).

II.c) ¿Cómo reconocer nuestra sombra? Opiniones junguianas.
Nuestra sombra sólo puede verse indirectamente y a través de rasgos y acciones de otros, sólo podemos darnos cuenta de ella fuera de nosotros mismos, por ejemplo, a través de nuestra admiración o rechazo a determinada cualidad que otro presenta y ante la cual, nuestra reacción, se torna desproporcionada. El mecanismo que operaría aquí es el de la proyección, tratando de expulsar de nosotros esa característica y atribuyéndosela al no-yo (Jung y otros, 2001, 18).

Sanford dice que “la sombra suele ser la que ríe y se divierte, por ello es muy probable que quienes carezcan de sentido del humor tengan una sombra muy reprimida” (Jung y otros, 2001, 18). Miller apoya esta idea indicando que el sentido del humor y las respuestas que suscita en nosotros el humor es importante de ser investigado dado que, muchas veces, es la sombra la que habla en esas ocasiones (Jung y otros, 2001, 91) y quien niega y reprime su sombra no encontrará divertido “el chiste” sino que lo censurará agriamente (Jung y otros, 2001, 92)

Molly Tuby sugiere que la sombra puede descubrirse en los sentimientos exagerados respecto de los demás, en el feedback negativo de quienes nos sirven de espejo, en aquellas relaciones en las que provocamos de continuo el mismo efecto perturbador sobre diferentes personas, en las acciones impulsivas o inadvertidas, en aquellas situaciones en las que nos sentimos humillados, en las rabias exageradas por errores de otros (Jung y otros, 2001, 19).

También puede reconocerse cuando nos avergonzamos, enrabiamos o descubrimos que nuestra conducta ha sido extemporánea. Sin embargo, así como se asoma, se esconde, rápidamente para no ser sorprendida y no amenazar la propia imagen (Jung y otros, 2001, 19).

Laing dice que la negación es un gran impedimento para “ver” la propia sombra, ya que “el rango de lo que pensamos y hacemos está limitado por aquello de lo que no nos damos cuenta. Y porque no nos damos cuenta de que no nos damos cuenta, no podemos hacer nada al respecto. Y hasta que nos demos cuenta de que no nos damos cuenta, aquello seguirá moldeando nuestro pensamiento y nuestra acción” (Jung y otros, 2001, 20).

Zweig y Abrams observan que puede uno encontrarse con su sombra a mitad de la vida, cuando las propias necesidades y valores más profundos buscan nuevos horizontes, y nos obligan a romper con los viejos hábitos y a cultivar potencialidades relegadas (Jung y otros, 2001, 20). También la depresión podría ser consecuencia de una confrontación con este lado oscuro personal y paralizante (Jung y otros, 2001, 20); pero esta necesidad interna de descender al mundo subterráneo podría postergarse de muchas formas, entre ellas, por una larga jornada laboral, excesivas distracciones, antidepresivos y otras (Jung y otros, 2001, 20).

Von Franz expresa que la sombra de una persona del sexo opuesto resulta menos molesta y por lo tanto más fácil de disculpar... que en los sueños y en los mitos, se presenta como una persona del mismo sexo que el soñador (Jung y otros, 2001, 80).... que es importante hacerse amiga(o) de ella, lo cual sólo depende de uno mismo y que, si la ignoramos, se convertirá en una hostil enemiga (Jung y otros, 2001, 84). Miller complementa, diciendo que la relación que hacemos con la sombra -en los sueños- es con miedo, desagrado, de la misma forma que lo haríamos con quien considerásemos inferior (Jung y otros, 2001, 93)

Bly advierte que estos contenidos sombríos son proyectados por nuestro psiquismo, desplegándose en nuestro exterior en tamaño y dimensión proporcional a la represión a la que han sido sometidos (Jung y otros, 2001, 44) Cita el lamentable ejemplo de Marilyn Monroe, quien fuera foco de las proyecciones de millones de varones norteamericanos -que proyectaron en ella sus aspectos femeninos internos- y, dado que ningún sujeto puede sorportar tanta inconsciencia, la única respuesta posible fue su muerte (Jung y otros, 2001, 47)

Miller comenta que hay varios métodos para observar la sombra. Algunos son: pedir feedback a otras personas, develar el contenido de las proyecciones, examinar los lapus linguis y conductuales que se nos producen cuando vemos que otros nos perciben de forma diferente de como quisiéramos, examinar nuestro sentido del humor, analizar los sueños, ensueños y fantasías (Jung y otros, 2001, 85) En este sentido, es importante ver cuán flexibles somos ante determinadas circunstancias, qué actitudes de los otros nos molestan especialmente y cuáles nos afectan sensiblemente; listar aquellas condiciones personales de los otros que valoramos y aquellas que despreciamos; registrar qué nos deja “tomados” y afecta nuestro humor; considerar las cualidades de los otros que nos pasan inadvertidas y las que pensamos que sí tienen, pero que no se avalan por la experiencia empírica.

A nivel grupal también existe sombra y, en el caso de una familia, ésta está representada, según Brinton Pereira- por la “oveja negra” (Jung y otros, 2001, 101) También las características de este complejo pueden observarse en las parejas de hermanos -y hermanas-, porque la constitución de sus respectivas identidades ha debido conformarse en oposición, vale decir, lo que uno “es”, el otro “no debe ser”; sus personalidades han seguido caminos opuestos (Jung y otros, 2001, 123) y eso que ha quedado reprimido en uno y en otro, constituye su sombra. Algunas veces, también las parejas, se conforman de sus opuestos, de ese otro que posee los aspectos que uno se ha negado a desarrollar (Jung y otros, 2001, 138)

II.d) Algunas reflexiones y comentarios personales

1. La sombra: “consecuencia” inevitable de la materia.
Zweig y Abrams prácticamente comienzan el libro que editaron[7], diciendo que “todo lo que posee sustancia posee también una sombra” (Jung y otros, 2001, 33). Por otra parte, Bohm dice que “la materia no es sino luz atrapada por la gravitación” (Bohm, 1983, 34). En consecuencia, es la densidad de la materia la que impide a la luz traspasar; la materia es “un obstáculo” a la luz, porque se interpone en su camino. La materia da “facilidades” a la vida de la oscuridad, a la noche del alma... porque “la sombra –en sí misma- no tiene existencia, no se produce ni se orienta, no tiene ley propia” (Chevalier, 1991); la sombra depende de la materia, aunque ella no es materia, no contiene. La sombra evoca su propia ausencia y trae a la memoria lo que existe fuera de ella. La sombra es la apariencia: recuerda que, aquello que opácamente representa, es lo ausente, lo que falta; la sombra es la mancha...

Chevalier (1991) dice que “sombra es lo que se opone a la luz y también la propia imagen de las cosas fugitivas, irreales y cambiantes”. Así, también es oscuridad, ignorancia, indiferencia. ... La muerte va enlutada y sombría; la noche va inconsciente y velada.... Las sombras son siluetas inasibles, escurridizas, sigilosas. Las sombras, no “son” y en la sombra, lo ausente, lo dormido y lo negado, es el sol.

Si la materia es realmente luz atrapada, la luz puede volverse un obstáculo a sí misma. ¿será el motivo por el cual sus contenidos deban reconocerse por reflejo?... una luz que se mira a si misma, se encandila y puede desfigurar a los objetos que mira. Si así fuera, el conocimiento de la propia sombra tendría que ser un acto de fe; o bien, sus “frutos”, de tal contundencia que no quedara más que reconocerlos como propios. No cabe duda que este proceso ha de ser doloroso.... porque para hacerlo, primero han de verse sus efectos... y con ello se rompen las idealizaciones que uno se ha hecho de si mismo... y esa realidad, lo devuelve a uno bruscamente a la mortalidad... a la humanidad.

2. La sombra: presencia del no-ser en uno mismo.
Los seres humanos vivimos esta vida para “ser”, estamos en ése camino, eso es la individuación. Somos y no somos a la vez: “somos” lo que hemos hecho conciente y “no somos” aquello que permanece indiferenciado. Cuánto de ser y de no-ser tenga cada uno de nosotros, depende solamente del nivel de conciencia alcanzado, porque todo aquello que permanezca restringido o defensivo dará cuenta de la cantidad de luz atrapada que gravita alrededor de si misma[8] y es a eso lo que se llama sombra. Pareciera ser que, en esta vida somos luz y somos sombra, somos ser y somos no-ser; vivos y muertos a la vez caminamos por este sendero, cual dioses y luciferes... porque, un poco de ambos somos en esta tierra, hombres y mujeres.

La sombra es muerte, como la piedra y dura también como ella. La inerte, descarnada y negra sombra atrapa a la vida y cuando su densidad es muy grande no permite a la conciencia traspasar. A menor conciencia, mayor instintividad. Y entonces, la única solución es disolverla, diluirla y des-focarla, para facilitar que fluya la luz y pueda devolvérsele su armonía. Si no existieran estos focos caóticos de haces desordenados, se conformaría la unidad. La muerte se vuelve así necesaria, cuando la indiferencia material se estanca, anquilosa la vida y la solidifica. En tal caso, la única forma de redimir a ese ser cronificado es distindiendo su materia... tal vez por eso podría el ser engendrarse ininterrumpidamente[9]... para diluirse, licuarse y después hacerse gas... y hacerse luz participante en el ser universal; porque, actualizado ya podría tal vez entonces volverse inmortal.

Nuestra alma desconocida. Jung dice que la inconsciencia es crepuscular hasta la oscuridad (2001, 23) y, al contrario de la conciencia, se contiene de elementos desconocidos y heterogéneos (Campbel, 1997). Qué brutales parecen ser estos elementos con-fundidos e inexistentes…. Me pregunto si ¿todos los elementos del inconsciente podrán ser igualmente desconocidos? … porque, como todo lo mundano, debieran haber grados o niveles. Así pudiera pensarse en que al menos haya dos formas de ser desconocido: una, ser completamente desconocido y otra, desconocido también, pero parcialmente. A nivel psicológico, podría considerarse, tal vez, como relativamente desconocidos aquellos contenidos que atañen a lo social -de la propia dinámica y de la historia personal y cultural- y aquéllos que responden a energías y fuerzas del universo y del cosmos[10]; y podrían ser totalmente desconocidos, aquellos contenidos que pertenecen, por ejemplo, a los sueños, a la espiritualidad, a los estados no ordinarios de conciencia… entre los que se encontrarán los arquetipos, las ideas inmanentes y otros inefables del inconsciente colectivo Podría decirse también que algunos contenidos desconocidos se encuentran más cercanos a la conciencia, por lo que podríamos tal vez acceder a ellos con mayor facilidad… podríamos también sentirnos algo más responsables de sus destinos… porque, el inconsciente personal está cargado de inexistencia, de figuras incontenidas, de siluetas insustanciales y todo aquello que no se ha materializado en el hombre se ha convertido en su sombra... todo eso es lo que le falta... Entonces, pareciera ser que hay sombras que no son... pero que pudieramos hacerlas ser.

3. La sombra: ¿la tenemos o nos tiene?
Jung se preguntaba si éramos nosotros los que poseíamos una sombra o era la sombra la que nos poseía a nosotros. Indicaba que la sombra, por definición, inconsciente, hace que no siempre sea posible saber si se está o no sometido a su dominio (Jung y otros, 2001, 33).

Y tratando de responder esa pregunta, pareciera ser que la sombra nunca se posee, siempre se proyecta y es inasible; si se la poseyera, podría manipulársela y no se puede. Sin embargo, tal vez, como colijo de Zweig[11], podria uno compartir con su sombra como con un amigo siempre atento, dispuesto y solidario, un compañero incondicional, una especie de ángel de la guarda[12], un amigo íntimo, un amigo del alma...

Pareciera ser posible, sin embargo, que la sombra sí nos poseyera. En este caso, entraríamos -como un complejo- en su enigma y –cual protagonista trágico- distraídos de nosotros mismos, nos dejaríamos tomar por ella. Esa condición podría ser identificable por nuestro grado de rigidez, sequedad, dureza, frialdad, limitación y torpeza; todas las características, en definitiva, más bien propias de la piedra. Pero, también podría estar tomado aquel que vive al servicio de su apariencia; el que actúa siempre, como si estuviera en un escenario; el que está dispuesto a representar cualquier rol y en cualquier obra, porque necesita -como el oxígeno- el aplauso. Tal vez, también Narciso estuvo poseído de su sombra.... y claramente, Sísifo, en una relación posesiva y simbiótica de él con su piedra y de su piedra con él... compitiendo por ver quién le hacía sombra a quien. Lamentablemente, la sombra parece ser una de las formas de vivir la vida en la materia...

4. La sombra, el inconsciente y sus habitantes.
En algún momento comencé a pensar –un poco en serio un poco en broma- en estos seres indiferenciados que anhelan hacerse alma -y que Hillman llamó “sustancias emocionales que buscan ser individuadas”-. Relacioné esos contenidos con los habitantes del inconsciente colectivo, seres errantes que han ido quedando incompletos y que buscan tal vez “encarnarse” o materializarse para tener otra vez la oportunidad de realizarse... aquellos seres abandonados por sus “dueños/ egos” que los fueron olvidando en sus inconscientes personales y que, con el tiempo, desesperanzados, debieron constituirse como habitantes del colectivo... para pertenecer a alguna parte. La ocurrrencia no debe tener nada de original y posiblemente pueda ser parte de alguna narración literaria de cualquier calidad; sin embargo, no me ha sido posible abandonarla. Porque ¿si el ser goza de inmortalidad, vuelvo a preguntarme, quienes son los muertos, por qué o para qué mueren?... y la pregunta podría ser hecha a la inversa ¿Si el ser goza de mortalidad, quienes no son los muertos, porqué y para qué no mueren?... y en ese momento, parece que hay una instancia que los abarca ambos.... y... parece que los dos son los mismos. Y entonces pienso que tal vez haya vivos muertos y muertos muertos; y tal vez los vivos muertos sean los vivos que están vacíos y los muertos muertos sean los que han quedado incompletos. Y tal vez haya más categorías y existan los muertos vivos y los vivos vivos; y entonces, los muertos vivos pudieran ser aquellos que sin completarse quisieron eliminarse y los vivos vivos sean otros que, aunque muertos siguen latiendo porque ya forman parte del universo... y tal vez haya otros, que encarnarán de nuevo... ¡ deben haber muchas razas ahí dentro[13] !

5. La Sombra de la Humanidad... ¿o la sombra de Dios?
En agosto del año 2006, la comunidad científica mundial de astrofísica redefinió las características de los astros y declaró que las de Plutón ya no respondían a los nuevos parámetros de lo que se llamaría planeta[14]. En agosto de ese año Plutón dejó de ser “errante”. El astro había sido des-cubierto el año 1931 y se ubicaba en los confines del sistema solar en una zona de tinieblas, donde la luz del Sol sería inapreciable. A pocos años de su descubrimiento, Químicos de la Universidad de California, habían obtenido algunos elementos artificiales por manipulación del uranio y denominaron Plutonio al elemento número atómico 94; ése elemento, con el tiempo, comenzó a ser utilizado en armamentos nucleares.....

La mitología latina llamó Plutón al dios del inframundo. ¿Coincidencia que sea justamente éste el planeta que los hombres desean hacer “invisible a la conciencia”? En Astronomía se le conoce como el “planeta” más lento[15] en completar la elíptica del Sol –248 años-. Astrológicamente, su tránsito entre signos, coincide con las mayores catástrofes que registra la humanidad[16]; es un planeta de los denominados “transaturnianos”[17] –junto con Urano y Neptuno[18]-, porque sus características influyen esencial e ineludiblemente en el devenir individual, marcando a los coetáneos con devenires colectivos y compartidos, especialmente en aquellas áreas que se ven irradiadas por sus energías, aspectadas positiva o negativamente[19]-.

La mitología griega llamó Hades[20] a este mismo dios, cuyo dominio es el reino en el que habitan los muertos, espacio dividido en cuatro sectores: el Tártaro, donde están los castigados eternos; los Campos Elíseos, lugar de luz y felicidad, donde descansan los héroes, inmortalizados en la mente de los hombres; los Campos de Asfódelo, en el que yacen los muertos con pálidas flores; y el reino de Perséfone (Chevalier, 1991). Hades se ubica en el interior de la Tierra, en el mundo primitivo más arcaico más instintivo, donde también está el reino de los minerales, de la plata, del oro y de otros metales preciosos. Representa el poder que impulsa a la renovación, a la muerte y al renacimiento (Hamaker-Zondag, 1978).

Con estos antecedentes, resulta fácil asociar que, el acuerdo de la comunidad científica tuvo por consecuencia eliminar al Dios del mundo subterráneo, del ámbito del conocimiento inmediato... alejarlo de la conciencia humana... tanto personal como colectiva.

Uno podrá preguntarse, aunque resulte arbitrario, si este acto ¿representa o no el deseo inconsciente de eliminar el mal de la conciencia? Y si no lo representa ¿tampoco lo simboliza? ¿No es sintomático que en una Era en la cual se privilegia la “levedad”, la “eficiencia”, la “alegria”, la “juventud”, se elimine simbólicamente al más claro representante de la Muerte y del Mal?... porque cuando hablamos de Plutón, el dios que no quiere seguir desterrado y busca ser individuado, hablamos de Satán....de Mefistófeles.... de la Sombra... y esa sombra parece querer hacerle honor al nombre de su dios y convencernos de que no existe, que es invisible....

III. Conclusiones

“Es la sombra la que hiere y es la sombra la que tiene los remedios... es la sombra la que guarda el Santo Grial”, comentaba yo en un trabajo anterior[21]; una sombra, al parecer inevitable en nuestra condición humana... porque el mediodía es sólo un instante y de serlo eternamente, podría pasarnos como a Selene[22]. Es su integración al conciente lo que permite dar un paso a la totalidad; una totalidad que no siendo perfecta es completa. Eso significa que el Alma podrá participar en el mundo y el hombre, intervenir en él con todo su ser, incluidos sus instintos e impulsos arcaicos –que podrán ser menos arcaicos si tienen opción de ser individuados-. Integrándose la sombra, el hombre se “convierte”, dice Jung en el difícil hombre que es, lo cual es importante de tener en cuenta. El hombre sin haber integrado su sombra es un ser incompleto, pero civilizado; el hombre integrado podría traer al presente cualquier contenido del colectivo, proyectándolo peligrosamente. Sin embargo, el hombre integrado es el hombre completo y la alteridad del otro queda muy clara. (Jung, 1981)

Creo que la sombra es a la luz, lo que la noche al día; hay que aprender a caminar por ambos. En la actualidad, las dos instancias podrían llegar a ser muy peligrosas. Las defensas –o los policías- parecen darnos mayor seguridad a la luz del sol; pero esas mismas defensas a veces se vuelven en contra nuestra. Entonces, nuevamente y como siempre, habría que buscar el justo medio. Si permitimos que la noche tenga sus habitantes y se defina por sus reglas, será como que los hombres y las mujeres fuesen dos grupos ajenos, en los que ni uno ni otro se relacionan. Como dice Connie Zweig, habría que comenzar por “romancear” con ella.

La sombra ha sido demasiado postergada y, aunque estoy cierta de que tendrá bellezas, por el momento, son méramente estéticas e inspiradoras. Los sentimientos de indiferencia hacen que los individuos se vuelvan hoscos y se sientan inferiores, probablemente eso ha hecho que la sombra esté cargada de municiones y preparada para eliminarnos a la primera oportunidad. También nuestro ego está presto a quitarla de el medio, cada vez que nos avergüenza y expone con sus lapsus. Mientras se mantenga “desconocida”, la conducta de sus habitantes se vuelve amenazante e imprevisible.

La sombra es indiferenciación y el problema del bien y del mal podrá quedar resuelto cuando los hombres hayamos evolucionado mas; sólo entonces la balanza podrá inclinarse hacia la creación más que hacia la destrucción: la sombra no puede tapar al sol, quien lo hace es el ego –la materia-; el proceso inverso, sin embargo, es posible: el sol puede iluminar las sombras.

Lamentablemente, también podrá producirse una escisión completa entre sombra y sol. Del hombre y su conciencia depende la vida del planeta. Habrá que reflexionar si realmente el problema de la sombra podría llegar a ser de vida o muerte. Especialmente el occidente, la ciencia y la razón deben pensar si lo que se busca ees l ser o el no ser.

IV. Referencias Bibliográficas

BOHM, D. (1983) The Matter and Meaning: The super-implicate order (entrevista con R.Weber), en ReVision, primavera de 1983, 34
CAMPBELL, J (1997) “El Vuelo del Ganso Salvaje”. Ed.Kairós
CHEVALIER, J. Y GHEERBRANT, A. (1991) “Diccionario de los Símbolos”. Ed. Herder
GROF, S., LAING, R., FORNFIELD, J., ASSAGIOLI, R., DASS, R., OTROS (1998) El poder curativo de las Crisis. Barcelona: Kairós
HAMAKER-ZONDAG (1978) “Astropsicología” Editorial EDAF, SA Jorge Juan, 30, Madrid
JUNG, CG (1981) "Recuerdos, sueños y pensamientos", Seix Barral, 1981, pág 419
JUNG, CG (1943) Tipos Psicológicos. Buenos Aires: Sudamericana
JUNG, CG (2001) Los Complejos y el Inconsciente. Madrid: Alinaza Editorial
JUNG, CG (2003) AION Contribución a los simbolismos del sí mismo. Barcelona: Paidós
JUNG, CG (1990) Símbolos de Transformación. Barcelona: Paidós
JUNG, CG (1968) Realidad del Alma. Buenos Aires: Losada
JUNG, CG, CAMPBELL, J., VON FRANZ, ML., BLY, R., WILBER, K Y OTROS (2001) Encuentro con la Sombra. Barcelona: Kairós.
STEVENS, A. (1999) Jung o la Búsqueda de la Identidad. Madrid: Debate SA
_____________________________________________
[1] Profesora de Filosofía, Licenciada en Educación, Magíster en Administración Educacional, Magíster Psicología Clínica Junguiana 2006-2007
[2] Sanford, en relación a lo mismo, dice que la integración de la sombra siempre corre pareja a la disolución de la falsa persona (Jung y otros, 2001, 59)
[3] La intervención terapéutica sólo es necesaria cuando esta apariencia implica algún tipo de padecimiento neurótico, en el cual la energía psíquica se ha bloquedo en algún contenido específico, ya que está impidiendo el normal desarrollo del proceso de individuación, impidiendo el equilibrio de la personalidad y la adaptación social (Stevens, 1999, 57).
[4] Zweig y Abrams indican que la sombra se forma porque, los padres transmiten a sus hijos –con pautas disfuncionales de conductas- los problemas que ellos no han logrado resolver en su propia vida (Jung y otros, 2001, 99); y porque “la adaptación del ser humano a la sociedad requiere la creación de un ego que sirva como principio organizador del desarrollo de la conciencia” que va acatando lo que transmiten los padres (Jung y otros, 2001, 99). Así, la personalidad se forma de influencias recibidas desde el exterior, asumiendo lo que se considera “bueno” y reprimiendo lo que se considera “malo”, con lo cual el proceso de formación del ego es el mismo que el de la formación de la sombra (Jung y otros, 2001, 100). El niño llega a la conclusión que algunos pensamientos y sentimientos son inaceptables y deben ser eliminados; paga, con su pérdida de integridad, la obediencia y a sus padres (Jung y otros, 2001, 105). Ese vacío lo cubre con un falso yo, cuyo objetivo es encubrir los aspectos reprimidos de su ser y protegerlo de nuevas heridas.
[5] En virtud del término que se utiliza para definir este complejo funcional llamado sombra, esta aseveración parece razonable: siendo los individuos del “mismo tamaño” sus sombras no podrían ser de tamaños diferentes en las mismas condiciones. También podremos consentir en que siendo la sombra un “reflejo sin contenido”, carece de “densidad”, motivo por el cual es figura y no fondo; en tal sentido las diferentes sombras de cada uno de los individuos podrían, efectivamente, ser “iguales”. ¿Será el concepto “sombra” -utilizado por Jung- tan equivalente a la sombra que deja el árbol en un día soleado?
Pareciera ser que, la sombra humana tuviera densidad y en ese sentido, las sombras de los diferentes humanos no serían tan iguales. Podría haber unas sombras más densas que otras, dependiendo de la frustración en su desarrollo concedido por “la persona”. Podrá haber, tal vez, individuos cuyas vidas se desenvuelvan a horas más cercanas al mediodía, proyectando sombras más pequeñas pero menos figurativas y menos formadas –no dando señas realmente del objeto al que sombran-. Podrá haber, tal vez, otras sombras cuyas vidas se desarrollarán en horas más tardías, proyectándose más largas y también más precisas. Podrá haber egos con grandes aspiraciones para sí mismos que repriman con mayor fuerza a esos contenidos inconscientes, produciendo en ellos algún tipo de deseo de venganza que, a la primera ocasión, puedan manifestarse con gran fuerza.
Posiblemente, todos tenemos sombra, por ser seres corpóreos y, seguramente, todos tenemos momentos de “iluminación” -horas de “medios días”-; pero hay sombras que, tal vez se manifiestan a horas muy sombrías y esas sombras no parecen ser iguales a las otras….. porque no podría yo creer que “todo es cuestión de oportunidades…” Las conductas no sólo son resultado de lo “de afuera” también hay una esencia “desde dentro” que comanda las acciones y de alguna manera, las dirige; no todo podrá ser cuestión de “caminos” que se presentan; también habrá de haber ”destinos” que se quieran…
…. Pero eso, al parecer, no es cuestión de sombra, sino de ego; el mal estaría en el ego y no en la sombra –según dice Kunkel (Jung y otros, 2001, 54). El ego contendría el material con el cual podrá elaborar las acciones y la calidad de su sombra.
[6] Parece bastante lógico que así sea, y no sólo los hombres, también las mujeres. Las conductas masculinas son las valoradas por la sociedad: la ciencia, productividad, eficiencia, resultados, etc. ¿a qué fin dar crédito a los procesos, las alianzas, el diálogo?
[7] “Encuentro con la Sombra: El poder del lado oscuro de la naturaleza humana”.
[8] Cuando la luz gravita sobre uno mismo, estamos “enganchados”; cuando permitimos que gire libremente –no imanada por nuestros propios complejos- los hechos suceden y nosotros no sucedemos con ellos. El hombre libre, no sucede con los hechos, no depende de los hechos, sino por el contrario, fluye con ellos.
[9] Alude a T.Final Nº18 “Reflexiones en torno y retorno a la totalidad, donde en rigor, nunca hemos estado”
[10] Ambas áreas, básicamente inconscientes, podrían eventualmente y por alguna situación excepcional, ser percibidas por la conciencia vigilia
[11] En su libro “Romance con la Sombra” (1999) Barcelona: Plaza & Janés Editores, S.A.
[12] Esta opción estaría condicionada a poder mirarla de frente, a que no nos sorprendiera, conocer sus movimientos y formas de presentación.
[13]Grof dice que en los años de experiencia que lleva practicando y enseñando respiración holotrópica –con lo cual pueden accederse a estados no ordinarios de conciencia- ha sido testigo de relatos de muchas personas que han “visto” seres animados de todas formas: monstruos, dioses, bestias, hadas, seres mitológicos de todo tipo, etc…. Que recuerdan “aquellos contenidos del inconsciente colectivo descritos por Jung” (Grof, 1998, 23-57)
[14] Etimológicamente significa “errante”.
[15] También sabemos, que el más “denso”
[16] Hamaker-Zondag, analista junguiana, considera que los planetas son símbolos de impulsos arquetípicos. Plutón fue descubierto en el período que va entre las dos guerras mundiales; se trata de un poder colectivo que se manifiesta en los desastres generales. ...[…]… puede bloquear todos los accesos al mundo superior si ignoramos su reino..[…]… el complejo de poder plutoniano emerge del inconsciente colectivo simultáneamente con el ego. ..[…]… es un factor crítico de la psique..[…]… el hombre tiene dificultad para experimentar lo que nos trae y mayor todavía para manejarlo...[…]… señala la transición desde el ego al ser…(1978, 179-183),
[17]En astrología se llama “transaturniano” a aquellos astros que afectan factores impersonales y que están más allá del entendimiento de la psique (Hamaker-Zondag, 1978, 171).
[18] Los latinos Plutón, Neptuno y Júpiter, son equivalentes a los griegos, Hades, Poseidón y Zeus.
[19]Esta información astrológica se refiere a la Carta Natal. La Carta Natal refleja la disposición en la que encontraban los planetas al momento del nacimiento personal –que para efectos didácticos se ubica al centro (el sujeto), quedando entonces posicionado en el centro de su Universo-. La Carta o mapa del cielo está dividida en doce Casas que representan 12 aspectos de la vida. Originalmente –hora sideral- cada Casa es un signo zodiacal; pero al convertirse en hora natal, estos signos ven afectados sus límites. Cada signo zodiacal es regido por un Dios olímpico; y esos mismos Dioses son los planetas que giran elípticamente alrededor del sol en nuestra vía láctea. De los territorios de cada uno de esos dioses, 6 están en la vida externa o en el “hacer” y los otros 6 están en el interior del ser humano o en el “ser”; a su vez aspectados por los mismos dioses que giran en una determinada disposición alrededor del propio universo. La cumbre de nuestro “hacer” en el mundo es llamado Medio Cielo -atravesada en un determinado signo y una determinada Casa, representando un aspecto de la vida en lo público; por contraposición, en el terreno del “ser” se encuentra el Fondo Cielo, es decir, el inconsciente colectivo-. Los dioses/ planetas se encuentran dispuestos en un determinado grado de los 360º de la circunferencia –que representa el “cielo” personal- y, por lo tanto, también a determinados grados de distancia con los otros dioses/ planetas. Algunos de esas distancias se consideran positivas –30º, 60º y 120º- y, por tanto, harían resurgir –en el dueño de la Carta- las características positivas de esos dioses/ planetas en los aspectos de la vida personal en el que se encuentran; otras, serian negativas, significando contrario –45º 90º y 180º- (Hamaker-Zondag, 1978).
[20] Etimológicamente, “invisible”
[21] Artículo ¿Qué es la enfermedad?
[22] Selene/Luna quiso ver el rayo de Zeus. El mito dice que ese rayo fue el que la quemó y dejó sin luz propia.

martes, 1 de septiembre de 2009

Reflexiones en torno y retorno a la totalidad

Reflexiones en torno y retorno a la totalidad

Donde en rigor nunca hemos estado

M.L. Paula Durán Hurtado[1]

Resumen
(Art.publicado tb en Revista "Aportes en Psicología Clínica Analítica Junguiana. Volumen II, año 2008. Universidad Adolfo Ibáñez.
Art. publicado tb en sitio web antroposmoderno.com con fecha 23.09.2009
Art. publicado en sitio web http://www.vootar.com/blogs-de/Universidad-Catolica-de-Avila)

El tema del artículo es también el Mito personal de Jung; objetivo de su vida y de su obra. ¿Qué pueda ser la totalidad, si el SER toma tantas formas? Su calidad ontológica podría adquirir dimensiones muy particulares; éstas debieran ser, sin embargo, de tal especificidad que no dieran lugar al equívoco ni a la interpretación; pero, a su vez, de tal amplitud, que le hicieran factible contener en sí todas las posibilidades, conocidas e ignoradas.

Palabras clave
Totalidad; self; sí mismo; esencia/existencia; transparencia; trascendencia; el niño; lo femenino

I. Introducción
La montaña y el montaño,
con su luno y con su luna
Una flor florecida y un flor floreciendo
…. Una flor a la que llaman girasol
y un sol al que llaman giraflor
(V.Huidobro)
El SER toma muchas formas y la calidad ontológica de la totalidad podría adquirir dimensiones que pudieran llegar a ser muy particulares. Entre sus características podría distinguirse como inteligible y/o hermética, una y única y/o múltiple y plural, esencial y/o existencial. Podría asimismo tratarse de un concepto universal –en el sentido aristotélico- con una potencialidad intrínseca, cuya realidad empírica dependiera de la existencia de géneros o “tipos” albergados en su propia definición. Las características de la “totalidad” debieran ser, sin embargo, de tal especificidad que no dieran lugar al equívoco ni a la interpretación; pero, a su vez, de tal amplitud que le hicieran factible contener en sí todas las posibilidades, conocidas e ignoradas.

El tema es fascinante y facilita el riesgo de aventurarse por senderos en los que podrán encontrarse pequeños pueblos, visitados por legendarios y sabios personajes que supieron transmitir alguno de sus secretos. Místicos, filósofos, científicos y protagonistas de su historia han dejado señales que indican que habitaron esos parajes e intentaron dibujar aquellos territorios que hoy sientan las bases para nuevas cartografías psíquicas.

La vida personal también va configurándose según un modelo interior trascendente -correcto o incorrecto, ideal o concreto, factible o poco viable-; que debiera ser fiel expresión del propio ser… y que, posiblemente haya sido definido antes del desarrollo del ego cuando el individuo está aún muy conectado con las imágenes inconscientes y, por ende, en pleno fluir con la esencia y con la evolución de las almas… o bien, entonces….. Las intenciones que se tenga para sí mismo podrán convertirse en extensiones, dependiendo de un número y complejidad de circunstancias tal, que finalmente no son previsibles para la mente conciente. En el interior de cada ser humano pareciera haber una tendencia a existir –la misma que caracteriza a las partículas elementales- cuyo objetivo sería justamente ése[2].

La trama de este trabajo ya ha sido gestada y el Informe se ha impregnado de esa necesidad de ser, una tendencia a la totalidad que comparte con cada individuo y con toda la humanidad. Se privilegia un marco teórico breve que dé espacio a la reflexión personal, intentando buscar nuevas señales en este camino y otear aunque sea desde lejos su objetivo.

II. Marco Teórico.

Edinger se refiere al aion como una pareja interna prácticamente idéntica al alma; un tipo de agua de la que sólo hay una cantidad y que una vez utilizada, el individuo, muere (1996, 2); una imagen movible de la eternidad; unidad en la continuidad; un todo que está y siempre estará en movimiento para llegar a ser parte por parte (1996, 3); la eternidad; una imagen de la totalidad fuera del tiempo. Confirma lo dicho por Jung, a quien cita de su Mysterium Conjunctions “el uno-después-del-otro es un preludio al concepto profundo de lado-a lado” (1996, 3). Aion, como agua interna, que después de la muerte queda como una serpiente (1996, 3); como niño jugando un juego de tablero (1996, 4); deidad total (1996, 5); deidad original, anterior al Padre y Abismo, a la que nada puede comprenderlo (1996, 5). Con él estaba el Pensamiento, llamado también Gracia y Silencio. Y una vez que este Abismo decidió proyectar fuera de si mismo el comienzo de todas las cosas, le hundió este proyecto como una semilla en el vientre al Silencio que llevaba consigo, y así concibió a la Mente –nous: macho- el que es cómo e igual al que lo engendra y que sólo abarca la grandeza del Padre. Él también es llamado Padre y Comienzo de todos los seres. Junto con él fue producida la Verdad –aletheia: femenina- y esta es la tercera Tríada: Abismo y Silencio, luego Mente y Verdad (1996, 5). Esta primera tríada es un par de dos syzygies. Más aiones fueron generados de este segundo par y luego más, hasta llegar a treinta aiones en quince pares: es lo que se llama Pleroma (Edinger, 1996, 5)

El cambio de la situación psíquica del Eón Cristiano –simbolizado también por los 2000 años que el Sol ocupó Piscis en el mes platónico- afecta a un símbolo, con el cual se identifica al anthropos, con la figura de Cristo y a éste, con el de la totalidad, el si mismo. También se le simboliza con la Cruz, la piedra filosofal, el Mandala, la cuaternidad, el “núcleo del alma”, el pez redondo (Jung, 2003, 19) White describe la cristificación como el camino que el hombre ha de seguir para la realización de una nueva raza que haga del mundo el reino divino –hoy, en el interior del hombre-; el summum bonum de la vida humana; estado de conocimiento directo y percepción inmediata (Grof y otros, 1994, 179). Un alma divina, cuyo lenguaje es el mito; divinidad que le es reconocida por San Agustín, Meister Eckhart y Giordano Bruno (Aliaga, s/a).

El anthropos expresa la totalidad del hombre, la experiencia universal y la meta de la vida (Jung, 1987).

III. Reflexiones.

a) La Vida en un Abrir y Cerrar de Ojos. La columna vertebral del pensamiento Junguiano es el proceso de individuación, es decir, llegar a ser lo que se es. Esto podría significar que, al salir del Paraíso, se genera la posibilidad de ser; se posibilita la existencia individual de una realidad cuya identidad inicial no es distinguible de la esencia ontológica a la que pertenece y en la cual podrá fundarse a posteriori su expansión. El potencial de esa “emanación” –como diría Plotino[3]- podría estar relacionado con los vínculos –cualitativos y cuantitativos- que hubiesen sido establecidos con esa Primera Sustancia; una capacidad que, inicialmente latente, adquiriría consistencia vital a través de la conciencia, hasta realizarse en el Sí Mismo. La vida, en tal caso, sería un camino a Ser[4].

Grün dice que el proceso de maduración humana es de transformación, activada en la oposición razón-sentimiento, conciencia-inconsciencia, instinto–espíritu (Grün, 1999). La psique se transformaría, desde un “estar o ser” indiferenciada, a un “ser o estar” conciente[5]… Me pregunto si ¿lo que Grün nos está diciendo, es que la psique se transforma desde “el olvido” hacia “la actualización”[6]… desde “el pasado” hacia “el amor”… desde “el retiro” hacia “la relación”?… Y si eso fuese así ¿no querría decir esto que “vivir” es “inmortalizar”… o -al menos- colaborar en la inmortalidad de ese contenido psíquico…?[7]

El teólogo alemán dice que, al “transformar”, los modelos concretos, van convirtiéndose en símbolos arquetípicos, con lo cual se facilita la espiritualización de las energías instintivas (Grün, 1999). ¿Será posible que este mismo proceso pueda darse a la inversa, vale decir, que los símbolos arquetípicos –que están espiritualizados- sean los que van materializándose en energías instintivas?[8] Grün piensa que, el hombre propicia el diálogo con su inconsciente –a quien yo distingo como amante de la inmortalidad y convertidor del ser- y busca hilvanar sus vivencias con las ideas inmanentes, con los fundamentos arcaicos, con los principios matriciales. Si así fuera, claramente ambos procesos podrían ser parte de lo mismo: de la vida; pero, de una Gran Vida. En tal caso, la vida incluiría literalmente a la muerte: la muerte de la materia –al convertirse en arquetipo- o la muerte del arquetipo –al convertirse en materia-. Uno y otro serían parte de un proceso mayor, cuya misión sería la actualización de la esencia a través de su materialización y la espiritualización del objeto a través de su subjetivización. Eso significa que…¡ la muerte no existe !… al menos, no como la hemos comprendido hasta hoy…. porque el ser se engendraría ininterrumpidamente…. hasta que un día… retornase al Paraíso.

Algo parecido pareciera rezar ese evangelio de Felipe[9] que dice: “La luz y la tiniebla, la vida y la muerte, los de la derecha y los de la izquierda son hermanos entre sí; no es posible que se separen –unos de otros-. Por tanto, ni los buenos son buenos ni los malos malos, ni la vida es vida, ni la muerte es muerte”…

Dios pestañea y vivo; Dios pestañea y muero.
Vivo para contarle lo que ha pasado desde la ultima vez que abrió sus ojos; soy su mirada.

b) Si el Mundo se Amuebla con sus Ojos. ¿Habrá unas Miradas más Bellas que Otras? La forma que adquiere el proceso vital no es lineal ni circular, sino “espiral”[10] -una síntesis de los movimientos: circular y direccional (May, 2005; 82)-; su propósito, la totalidad, la plenitud. Sin embargo, ¿cuál es la totalidad que debe alcanzarse?… y… ¿Qué es la totalidad?…

La “totalidad es el self realizado en la conciencia, el centro magnético de todo el universo psicológico, arquetipo primordial que opera en la psique, cuyo despliegue espontáneo conduce a la manifestación de imágenes universales de orden y de unidad (Stein, 2005).

La vida es la realización de un self no realizado pero existente en el universo de la psique[11]. El ser humano es, así dicho, un instrumento y oportunidad ontológica para el cosmos, del cual forma parte y cuya evolución se afecta por sus acciones, ya que éstas colaboran o no en actualizar -armonizar, ordenar, unificar- la creación. El hombre individual no está pleno sino hasta completar su Ser y con ello alcanzar el objetivo de esta vida. Esta vida –en sentido genérico- podría tener un objetivo en sí misma… que podría estar o no en sintonía con el objetivo –específico- que el hombre define para su propia vida…. Si tal fuese el caso, el motivo del sufrimiento y el sufrimiento en sí, resultan obvios: el ego no puede aspirar a roles protagónicos y debe ponerse al servicio del self… con lo cual cree que contraviene su propia esencia….

Jung dice que “todo representar y actuar concientes se han desarrollado de los prototipos inconscientes y se hallan ligados a ellos, especialmente cuando la conciencia no ha alcanzado todavía algún grado de lucidez; es decir cuando, en todas sus funciones, depende más del instinto que de la voluntad, del afecto que del juicio racional” (Jung y Wilhelm, s/a, 30). Esto significa que todas las acciones humanas tienen su base en algún arquetipo y que el “ser” es armónico con el “hacer”, al menos mientras el ego mantenga un estado precario de desarrollo... y, después…

También dice que “la conciencia más elevada y más amplia, que sólo surge de la asimilación de lo foráneo, se inclina a la autonomía, a la rebelión contra los viejos dioses, […]” (Jung y Wilhelm, s/a, 30) Es decir, la conciencia gozaría de un proceso de individuación análogo, en cuyo desarrollo aparecería esa necesidad por configurar su existencia-. …“Cuanto más vigorosa e independiente se hace la conciencia, y por ende la voluntad conciente, tanto más es empujado lo inconsciente hacia el trasfondo y tanto más fácilmente surge la posibilidad de que la formación conciente se emancipe del prototipo inconsciente […] Esa conciencia desarraigada, que no puede más referirse a la autoridad de las imágenes primordiales, es por cierto de una libertad prometeica, pero también de una Hybris sin dios […] quienes van a ser entonces igualmente […] encadenados al Cáucaso por lo inconsciente […]” (Jung y Wilhelm, s/a, 31).

Dicho en forma “lineal”, el ser –inconsciente- nacería en la verdad –a la que conoce- y su caminar –necesario para distinguir “su” verdad- requiere avanzar hacia la conciencia; la ruta, sin embargo, presenta múltiples posibilidades –o bifurcaciones- que, al ser llevadas a su máxima expresión, pueden desviar el camino y enajenar. El Ser –modelador del self- debe velar cuidadosamente por la forma cómo su modelo crea su propia obra –el ego- para que en el ejercicio de su rol -de libre ejecutor- no desee fortalecerse –sin antes haber madurado- y adquirir vida propia; porque, si así sucediera, el objetivo del Ser –también, “expresarse en su verdad” (implícita, mientras no se extienda)- no sería logrado y esa verdad –que quiere ser participante- recuperaría su indiferencia… -porque, la “línea” de la cual hablamos es curva y no recta… porque todas las líneas son curvas y ninguna es recta[12]… porque todas las líneas forman finalmente un círculo… una totalidad-[13]… que, como el yin y el yang, es autopoiética….

Si, por el contrario, el ego se mantiene alineado al self, esa verdad contenida en el Ser, se hace conciente y entonces, el Ser se realiza, se materializa, se da a la luz, completa el círculo y se hace “uno”. El hombre, entendido así, es canal entre la Tierra y el Cielo, entre Dios y su Universo… -el nombre que pueda dársele a estas instancias aparentemente “polares”, carece de toda relevancia, toda vez que se tenga claro el significado de lo que se quiere expresar-[14].

La alineación del ego con el self es indispensable, porque, “cuando el Yang ha alcanzado su máxima fuerza va a nacer en su interior el oscuro poder del Yin, pues al mediodía comienza la noche y Yang se rompe y cambia a Yin” (Jung y Wilhelm, s/a, 31) y, si en ese instante de cambio no hay una recia alineación, equivocar el camino será más fácil que acertarlo, porque el error tiene múltiples opciones y la verdad, una sola.

Podrá decirse entonces que… hay “objetivos de vida”[15] y “sentidos de vida”[16]… y la totalidad es, inicialmente, un “estado” que el ser humano alcanza cuando su “arquetipo psíquico primordial” se ha expresado, lo cual consigue cuando “los complejos” dejan de obstaculizar “los canales comunicativos”, se diluyen y ceden su espacio. En ese momento comenzaría a manifestarse el conocimiento universal inmemorial que no haría/sería sino “ordenar” y “re-encajar” los “datos” y conocimientos parciales que, hasta entonces se hubiesen ido acumulando en la memoria y en el cerebro… y comenzaría a darles sentido… y esas informaciones, hasta entonces, desatadas, comenzarían a adquirir significado –a vincularse, a “emparentarse”, a “reconocerse” una con otra-… y todo lo que hasta entonces se hubiese aprendido o escuchado y lo que después uno escuchara y otros dijeran, comenzaría a tener un lugar donde ser ubicado –todos son parientes, todos son hermanos-… porque es uno solo el gran puzzle[17] –una sola la familia- y todas las piezas –como todos los hermanos- tienen un sitio al que pertenecen –aunque pueda haber ciertamente unas piezas o espacios más estratégicos que otros; así como también podrá haber hermanos más destacados-. Y posiblemente sea el cerebro –a través de sus procesos neurales[18]- el que puede contener dicha información y hacerla codificable a nuestra mente conciente, ya que son esas verdades universales las que van adquiriendo materialidad, y es a través del cerebro como pueden volver a participar y hacerse presentes en este universo...

…entonces, sí debe haber unas miradas más bellas que otras…
… y la belleza…. debiera tener relación con la transparencia …

Pareciera ser que el número o tipo de totalidades[19] que pueda “verse” dependiera del conocimiento que pueda tenerse… porque, la “verdad”, aunque una sola, puede presentarse continuamente y expresarse también indistintamente… Esas “totalidades” pueden ir “surgiendo” y generando la dimensión del concepto en diferentes representaciones, ir “apareciendo”… -a la manera de Heidegger (Dreyfus, 2003)- o ir “creándose” desde la relación –a la manera de Maturana- (Ruiz, s/a).

Bohm dice que “la materia es luz atrapada por la gravitación” (1983, 34); Riso, que somos seres de luz (2000). Siendo así, la totalidad, tendría que “encender”… de luz o de fuego… Así, las cosas-conocimientos-hechos-personas significativas deberían “encenderse” también, en la medida en que se las “mira y ve”… Y las miradas que pudiera dárseles, estarían relacionadas con el conocimiento… Ese fuego, podría ir “limpiando”…. como el agua…. e ir desprendiendo “las impurezas” que se hubieran ido acumulado en las diferentes cosas… en uno mismo, en la propia materia y espíritu, en las relaciones, en los pensamientos… e irían “sanando”… y depurando todo… irían también, “elaborando las ausencias”… y “completando lo que faltara” donde fuera… en todas partes…[20]

La totalidad debiera también desarrollarse… Inicialmente, podrá ser un estado o una capacidad que “se produce”… y luego una “develación” que se va manifestando… y posteriormente, ésa, se iría “relacionando”… ¡¡ y el proceso tendría que ser el mismo de todas las cosas… con todas sus etapas evolutivas…. para no terminar… al menos, no todavía...

... la belleza no sólo dependería de las cosas… también, de los ojos con que se las mira…

d) Y…. Cuando la Mirada Llora, ¿Por qué Llora esa Mirada? Muchos autores -Grof, Washburn, Campbell, Jung, entre otros[21]- coinciden en que una de las formas de hacer el camino de realización psíquica, es el sacrificio[22]; otro -o el mismo- la introversión[23] (Jung, 1962). La transformación del hombre comenzaría en su inconsciente -mundo del self y de la luz[24]-, al que es conducido por una situación externa –mundo del ego y de lo concreto- que busca solución –o sea, disolverse- y que se configura, indiferenciada y numinosa, en alguna categoría de conocimiento. Si tal contenido “cristaliza” -se hace conciente- produce una revelación, un cambio, una iluminación. El proceso de individuación efectivo empieza generalmente con un herida[25] de la personalidad y el sufrimiento que la acompaña (Jung, 1997, 168), el cual es posible de ser resistido por el individuo, en virtud de que el si mismo yace sobre una estructura fundamental[26], que permite mantener la estabilidad mental y el equilibrio emocional.

Ya Empédocles enseñó que la vida es producto del movimiento nacido de la tensión entre las fuerzas polares del amor y la disputa (Fraile, 1971, 199); una vida, que es resultado de una necesidad amorosa, finalmente, porque el amor tiene esa capacidad para diluir la tensión de opuestos. En el Opus magnum, esas fuerzas corresponden a las dos operaciones sucesivas de disolución y coagulación, dispersión y fijación, destilación y condensación, sístole y diástole, si y no en todas las cosas (Roob, 2006). A su vez se corresponden con los dos agentes bipolares de la alquimia árabe: el mercurio filosófico y el azufre, el sol y la luna. El punto culminante de esa obra es la conjunción, la unión de los principios masculinos y femenino en los desposorios del cielo y la tierra[27]. El producto de este coito cósmico es el lapis (Roob, 2006).

La presencia en el hombre de “la cosa maravillosa” se produce en la auténtica y completa fusión o coincidencia entre lo corporal y lo espiritual, sin que ninguno de los dos principios prevalezca sobre el otro[28]. De esta forma, cuando el conocimiento de uno mismo y del universo se interrelacionan y hacen la misma cosa, cuando se eliminan las fronteras entre sujeto y objeto, entre “uno” y lo “demás”, se llega a la realización de esa Obra magna (Vásquez, 1997). Es la unión del alma con Dios (Jung, 1997) o el hombre reconciliado con dios –o el hombre/dios-: comprensión de la comprensión; contención de la contención. Es el uno y el otro que aprende uno a ser ego y el otro a ser self mientras el otro aprende a ser self y el uno a ser ego, permitiendo así que en esa relación, del uno y del otro nazca ese quinto elemento que podremos llamar –por ahora- ego/self; porque si los dos son ego, en el vínculo faltará verdad y si los dos son self, a esa unión le faltará humanidad. Sólo en la fusión de elementos –primero, dos opuestos- se habrá trascendido la polaridad; cuando esa alquimia se da en relación, se trasciende la cuaternidad[29] -dos pares de opuestos y cuatro hermanos; doble sol/luna: el andrógeno- entonces, uno se integra para nacer otra vez… porque de los cuatro que pueden ser seis, diluido uno podrán quedar tres…

En rigor, ese es el camino que propone la individuación, diferenciar esa porción de Dios que se llama Self -a través de su realización- teniendo como instrumento al ego personal; el self está llamado a atravesar el camino de la psique desde la inconsciencia colectiva hacia la conciencia también colectiva…. A eso, Jung le llama “obra de arte”[30]; supongo, que a quien la realiza, un “artista” (Jung, 1997)….

… también se nos llama a ser artistas y a hacer de nuestras vidas… una obra de arte….

A la mirada le es posible tender puentes entre el mundo interno y el mundo del objeto, para eso se la ha dotado también de una función trascendente. Pero ir más allá de sí misma no es lo mismo que romper los vínculos originarios, por lo que el motivo del sufrimiento, surge de este malentendido…

… la mirada llora porque cree que brotó de repente; que entre ojo y ojo, el universo no ha nacido…
y sus propios ojos no existen si no puede mirarlos.…y como no puede verlos, llora porque se pierde…

d) Mirando a la Distancia: Individuación y Totalidad en la Humanidad. Theillard de Chardin dice que la creación está en evolución y todos participamos de ella con nuestra conciencia; Santo Tomás, que “todos los hombres son un hombre”. De estas afirmaciones podremos deducir que el desarrollo evolutivo de la humanidad sigue los pasos de la evolución universal y que, si aplicamos el modelo de individuación junguiana, comprobaremos que todos los hombres estarán desarrollando la conciencia del ego, si estamos en la primera etapa evolutiva; o bien, del self, si estamos en la segunda. Es precisamente lo que se ha dado en la evolución cultural y social de la humanidad: ha habido algo que hacer –con la materia- y ahora habrá algo que ser –con el espíritu-.

Porque convengamos en que si somos materia y espíritu, estaremos completos cuando hayamos desarrollado la totalidad de nuestra materia y la totalidad de nuestro espíritu. Y si definimos lenguajes o funciones psíquicas para uno y otro, podremos decir que corresponden a la materia, la sensación –que proviene del cuerpo físico-, los afectos –que provienen del corazón- y la razón –que proviene del pensamiento-. Estas expresiones –funciones psíquicas relacionadas con el desarrollo del ego y con las etapas de evolución cultural y social que ha tenido la humanidad- han sido suficientemente desarrolladas en el curso de la evolución y ya han sido integradas. En el sendero del espíritu, la historia de la humanidad está dando sus primeros pasos.

El ser humano no podrá estar en totalidad, mientras no haya existido en totalidad; podrá “volver” a la totalidad, cuando haya sido cabalmente y haya recorrido íntegramente el camino del ego y la evolución de su conciencia haya gestado su YO total. La razón –el último elemento vinculado a lo corporal que quedaba por desarrollar- se encuentra integrada; de ello da cuenta la llamada era científica. Muchos siglos podrán corresponder al desarrollo del Alma, pero ha llegado su turno y habrá de venir en un futuro de la historia de la humanidad, el dominio de la Psique. El camino de la intuición –lenguaje del espíritu- habrá de ser recorrido por el hombre; el mismo que propone recorrer el proceso de individuación junguiana, al despejar a la psique de contenidos acumulados en su desarrollo del ego. La humanidad podría estar entrando a la segunda mitad de su vida.

Hay un ALMA que recién comienza a aprender a hablar y recién comienza a ser escuchada. Ese es el faro de la humanidad: el desarrollo integral del alma humana y su lenguaje, la intuición. Por el momento estamos en la ruta del ser; un ser que podrá sentirse desentrañado hasta completar su proceso, un recorrido enmarcado por la oscuridad y la iluminación, la inconsciencia y la conciencia, los polos del ser y del no-ser, de la vacuidad y la totalidad.

IV. Hitos importantes en el camino: el Niño y lo Femenino; Cristo y la Kundalini

a) El Niño Divino es el arquetipo de la fuerza regeneradora que lleva al hombre a la individuación, esto es, a «convertirse en un niño pequeño». Se trata, pues, del símbolo de la verdad misma, de la totalidad de nuestro ser, en oposición al ego limitado y limitador. Para Jung el proceso de individuación puede describirse como la encarnación continua de Dios[31] en la criatura con el propósito de la transformación divina. Jung y Eckhart coinciden en que Dios y la humanidad están íntimamente conectados; son funciones de cada uno; señalan que Dios creó la humanidad con el objetivo de tomar conciencia (Núñez y Alemán, s/a).

Jung lo describió como una anticipación de la síntesis entre lo consciente y lo inconsciente, como un símbolo de plenitud y del Yo (Jung, 1999, 84), en la cual no hay conflicto entre opuestos y se consagra el matrimonio divino entre el animus y el anima (Jung, 2002, 163).

El niño tiene el don de simplemente ser, como una flor, sin necesidad de hacer nada, transformándose en cualquier cosa a fin de ser plenamente lo que es (Jung, 1999, 315). El niño –como símbolo- es futuro en potencia, anticipación de desarrollos futuros, que existen a-priori. Prepara una futura transformación de la personalidad. Es un símbolo que une los opuestos, un mediador, un salvador, un hacedor de totalidad.

b) Cristo y la Cristificación. El símbolo de Cristo, como Hijo del Hombre, permite experimentar psíquicamente una esencia humana superior; que nace como cuerpo neumático para servirnos de alojamiento futuro. (Jung y Wilhelm, s/a, 81)

Leloup dice que “Cristo se deja contemplar como arquetipo de la síntesis que el alma deseante quiere abrazar: “El amante divino es espíritu sin cuerpo; el amante físico es cuerpo sin espíritu, el amante espiritual tiene cuerpo y espíritu”; es el anthropos…. Donde dos seres se aman, Dios está presente; donde se encuentran, el verbo se hace carne” (Morin, 2006, 171).

Este símbolo tendría una importancia máxima en la psicología, por cuanto, junto a la figura de Buda, podría ser el símbolo más desarrollado y diferenciado de la individualidad (Jung, 1989). La realidad del mal y su incompatibilidad con el bien separan con violencia las contradicciones y conducen de manera implacable a la crucifixión y suspensión de todo lo viviente…(Melloni, s/a; 23) suspensión en el sufrimiento moral […] “la iglesia se ha visto obligada a aliviar el yugo de Cristo…[…] reducir la dureza y rigidez del conflicto, lo que se ha traducido en una relativización práctica del bien y del mal […] El bien equivale a un seguimiento incondicional de Cristo y el mal, su impedimento” (Melloni, s/a)

Karl Rahner dice que "El cristiano del s.XXI será un místico o no será cristiano"… entendiendo por "mística" aquella persona que ha hecho una experiencia personal de la sacralidad de la vida; es decir, aquella que ha descubierto el fondo incandescente y divino que reside en el corazón de cada persona y de cada cosa (Melloni s/a)

Esta "divinización es una forma de restaurar la semejanza e integrar tres dimensiones del ser: la unión con Dios –el fundamento-, la unión con los otros –los iguales-, la unión consigo mismo –el interior-. Es un camino de humanización indispensable para el mundo y sus habitantes. Es el espacio original en el que Dios crea y trabaja; son los rasgos que estamos llamados a reproducir por acción del Espíritu (1Cor 15,49), hasta constituir su Pleroma. Cristo y el Espíritu son dos principios: el de la forma y el del dinamismo, de la Energía divina dando forma a la materia informe, en forma inseparable (Melloni, s/a). Es un portador de la pauta evolutiva para la humanidad, transmutado en un guía cuya acción está tan sincronizada con los lineamientos cósmicos que su influencia trasciende el tiempo y perdura por milenios (May, 2005, 217).

c) Lo Femenino[32]. En la alquimia, el principio femenino y mercurial simboliza el aspecto proteomorfo de los procesos naturales, su movilidad fluctuante (Roob, 2006). ¿y si este principio oscilante fuese el mismo descubierto por los científicos en la física cuántica y característico de las partículas elementales… cuyos fenómenos vibratorios han sido comparados con la danza de Shiva (Grof, 1999)…? Lo femenino recuerda ineludiblemente a esa energía llamada Gran Madre, la Kundalini….

Moss dice que nuestra cultura se define por lo femenino “ausente”, por la observación empírica, los mapas intelectuales, la necesidad de objetivar experiencias, la marginación de la esencia de las cosas, del misterio y del sentido de la vida (Morin y otros, 2006, 60). Lo femenino sería lo que escapa a esta forma de contemplar el mundo: lo oculto. Al no profundizar en nuestra conciencia, estamos siendo “objetivos” y tanto en lo interior como en lo exterior, nos enfrentamos a una visión limitada de nosotros mismos (Morin y otros, 2006, 63), porque mientras más descendemos en las profundidades del ser, más la inteligencia vital exige una integración de todos nuestros aspectos (Morin, 2006, 65).

Salomon, haciendo referencia al patriarcado, dice que “la mujer es la princesa dormida, protegida de un destino más funesto merced a ese mismo sueño. Duerme y vela a un mismo tiempo, como la semilla enterrada en el suelo durante las heladas de invierno, y aguarda la primavera de su alma. La mujer se resguarda y deposita en lo más hondo de su corazón el mensaje del amor, y nadie sabe quién vendrá a liberarla. Es la historia del Grial y de los caballeros que buscan la copa de la feminidad, el vaso sagrado” (Morin y otros, 2006, 178). La fuerza iniciática de la mujer no habría desaparecido, sino que estaría “sepultada”; y como todos los encuentros transportan hacia uno mismo, “cuando el hombre frena esa integración, se concentra en el poder” (Morin y otros, 2006, 184).

Muñoz dice que “la piedra está viva y da vida”. Debe transitarse desde la piedra "bruta" -lo indiferenciado o materia prima- a la piedra "tallada" -la integración-. El oro alquímico representaría la inmortalidad –equivalente a transformar al hombre en espíritu, actualizar el arquetipo-, aquello a lo que tiende realmente la transmutación psíquica humana con el proceso de individuación al testimoniar el sí mismo, experiencia que conecta al individuo con lo eterno” (Muñoz, 2007).

Cazenave dice que el principio numinoso femenino tiene dos rostros, uno de vida y otro de muerte, y que sólo se alcanza la vida atravesando la muerte, aunque sea simbólica, (Morin y otros, 2006, 79) “... porque es el vacío el que engendra forma y da sentido…” (Morin y otros, 2006, 93)

Lo femenino representa la cuarta función, la invalidez psíquica -el anima-; lo más relacionado al inconsciente colectivo, la cojera, hermana de la alteridad y madre de la conjunción. Biés dice que “la realización de la totalidad psíquica confluye en la reconstitución del andrógino, en el matrimonio alquímico del sol y la luna, en el interior de cada uno de ellos; ese matrimonio equilibra la dualidad, templa (Morin, 75).

d) La Kundalini[33] -Andrógena según Singer (Grof, 1991); pero inicialmente, una energía femenina relacionada con la totalidad. “Representa la energía vital cósmica -Shakti- inactiva en el cuerpo humano…[…] profundamente dormida y cerrando con su boca la apertura de Shushumma -conducto delgado como un pelo que sube a través de la médula espinal hasta el centro conciente de la coronilla-” (Gopi Krishna, 1999, 56). […] Cuando despierta[34] –sensaciones bizarras y estados mentales desconcertantes (Washburn, 1997, 281)-, para unirse con su cónyuge divino, Shiva, en el último o séptimo centro del cerebro,… […], el yo… pasa a un estado… conocido como Samadhi, dándose cuenta de que es inmortal, lleno de beatitud y parte de la conciencia suprema… (Gopi Krishna, 1999, 57) […] Las imágenes se vuelven intensas y brillantes como si hubiesen sido esculpidas en llama viva…. su color varía de plateado a dorado y viceversa… [En el exterior de la cabeza]… hay un estado de vibración continua (Gopi Krishna, 1999, 85) […] Se ha producido una expansión de conciencia […] La transformación la ha provocado la corriente esencial que se había iniciado debajo de la columna vertebral y había encontrado acceso al cerebro a través de la espina dorsal … (Gopi Krishna, 1999, 10).

“La fuerza vital Prana –retenida en el Pranamaya- cuando ingresa al cuerpo produce un brusco efecto como el de una combustión repentina en un espacio cerrado y su calor y sonido se combinan para despertar de su letargo al poder de la serpiente” (Grof, 1991, 117). Cuando la Kundalini despierta, el “aspirante” escucha el sonido cósmico[35].

Odier dice que “el aumento de la kundalini sólo puede ocurrir en un cuerpo/espíritu en el que toda dualidad se haya diseminado en el espacio merced a la apertura del corazón. Y el corazón es Shiva/Shakti, señor de la danza y de la vibración; la ondulación del corazón que abre las otras ruedas –chakras- y permite recuperar el estado estático que siempre ha estado en nosotros” (Morin y otros, 2006, 120). Somos el dios o la diosa que nuestra visión dualista nos forzó a mirar fuera de nosotros mismos… y la suprema ambrosía es el goce del Sí mismo que contiene la totalidad del mundo, su luz toda, pero también su oscuridad” (Morin y otros, 2006, 121), porque nada escapa a la realidad del mundo y la totalidad de lo divino está inscrita en cada átomo y cada átomo es nuestro propio cuerpo.

Ajit Mookerjee hace la comparación entre este fenómeno y el de individuación junguiana, en el que la totalidad se alcanza al equilibrar las cuatro funciones. En términos de chakras, esto sucedería en el sexto -llamado Ajna-. Al llegar, se trasciende la polaridad, con resultado de una nueva conciencia. El séptimo chakra –Sahasrara de mil pétalos- lleva al mundo del Brahmán-Atman o Shiva-Shakti (Grof, 1991, 119), donde el mensaje es universal y válido para todos los tiempos y para todos los espacios, donde las conciencias vibran en un mismo campo dimensional, donde han llegado Jesús, Lao Tse, Krishna y Moisés (May, 2005, 217).

V. La Explosión y la Vibración: Efectos Físicos de Cambios Químicos.

En el cosmos se dan vibraciones de todo tipo alrededor de la materia existente, que afectan otras vibraciones y posiblemente modifican sus orbitales atómicos, interactuantes con el resto del universo[36] (Eddington, 1933,178). No todas las vibraciones son las mismas –giros planetarios, acústicas o mecánicas, térmicas, orbitales atómicos, partículas- y cada una de ellas se realiza contra todo el resto del universo; suceden mientras no hay cambios sustanciales, porque, cuando los hay, son medibles. Bohm lo llamó universo vacío (Domenech, 2007); porque la materia –en lo subatómico- es un complejo sistema de fenómenos vibratorios (Grof, 2002, 21), una “tendencia a existir” que se denomina “vacío dinámico; el microuniverso no se compondría de elementos sólidos y discretos sino de una red de relaciones (Capra, 2000, 263). Los pensamientos también son acciones que quedan vibrando en el campo mental de la humanidad (May, 2005) y el universo descrito por la física es hoy más parecido a un gran pensamiento. El universo es un todo vital, vibra y pulsa; en este sentido todo en él está vivo, tocado por la dinámica pulsante de la existencia… porque todo lo que vibra esta vivo… somos vida en la vida, vibración en un mar vibrante (May, 2005, 50).

May llama alma a ese aspecto de la conciencia humana que se percata que es parte de una trama…. Y sólo cuando nos hacemos concientes de que “somos” en una red, podemos actuar sobre ella teniendo comportamientos sistémicos que transmitan (May, 2005, 78). La conciencia no es sólo percibir la trama, sino el UNO como esencia manifestada en cada segmento de éste; conectar con el propósito esencial del movimiento de todo y afinarse con él transformándose en un ser depurado, afinado en alta fidelidad con la vibración básica… y en este sentido la evolución humana tiene que ver con sintonizarse…(May, 2005, 78). De Buda, se dice, emanaban muy buenas vibraciones después de su iluminación (Grof, 1991, 91), por lo que, alinear el ego/self es entrar en el ritmo del universo, vibrar en esa melodía, adecuarse a la música cósmica, a la danza de Shiva[37].

“En el proceso de evolución espiral hay hitos que marcan cambios de estados profundos que cambian de orden, cambian nuestra conciencia” (May, 2005, 84). “Son evidentemente fruto de un proceso anterior que en algún momento “estalla”[38]… -cuando brota una semilla ya no le decimos semilla, sino planta- […] y en ese sentido, el ritmo de los procesos evolutivos no siempre es el mismo. Hay momentos críticos que se llaman transiciones, esos puntos de inflexión en que se abandona el estado anterior, sin haber estabilizado el posterior […] son momentos que demandan lanzarnos a un abismo… -la fuerza intrínseca que lleva al feto a salir del útero- una fuerza que contiene la voluntad de Ser en todo[39] (May, 2005, 85) … y entonces –después del desconcierto inicial y tal vez mucho después- nace también la conciencia de la sincronía –porque, los hechos concretos son requerimientos de expansión de conciencia (May, 2005, 197) y alertan respecto de su alineamiento /pertenencia /participación con alguna ley de orden universal-. Porque –en palabras de Letschert- más allá de todo lo binario se encuentra el infinito… y la búsqueda espiritual oculta muchas paradojas… y es una condición del alma que penetra en la naturaleza para descubrir en ellas la vibración íntima de su interioridad, la música esencial que realza su forma y su sentido (Morin y otros, 2006)

… y es también una condición del alma el estar oculto o expuesto… y hacer que todos los mundos, de ésta y de todas las épocas, se conviertan también en el mundo nuestro… Si su nombre es reminiscencia, anamnesis, satipatthana o samsara… no importa, su nombre no importa. En cada caso será “recordar lo que se sabía”… “hacer conciente lo que había antes del advenimiento de la propia conciencia”… y así, dejarse expedito… permitir que el alma hable a través de nuestro mito… para que lo complete, para que el propio ser no quede errante en el inconsciente colectivo… atrapado en el no-ser[40]… ¡ cuanto dolor evitaríamos de saberlo !

porque… somos música tendida por todo el universo… con acordes sagrados, humanos, divinos… maravilloso misterio …¡!


VI. Conclusiones

Todos los mitos necesitan ser actualizados, como todas las personas, escuchadas. Es la forma de hacer presente lo ausente y de darle vida a la muerte. La inconsciencia, cual Kundalini, espera pacientemente a su animus… a su Príncipe Encantado… para hacer flor la semilla… para que el Sol no pierda su sentido de vida… Algo indica que el momento evolutivo de la humanidad amanece ya para esa Gran Madre… con lo cual podrá re-presentarse esa unión arquetípica y el eros volver a ser identidad.

Ser y Hacer parecen ser indisolubles… como el ojo a la mirada, no son posibles el uno sin el otro. La Unidad es un Todo, que se forma del sentido de sus partes: … es el hombre el que camina y la mujer la que ilumina… uno es llama; el otro, aire…. uno busca; el otro, nutre… Es el mismo cordón de antes[41] que se extiende entre los antiguos árboles: el de la vida, que da semillas y el del conocimiento, que da sustento. Son esas mismas manos, que siempre han escuchado y los mismos oídos que siempre han podido ver…. Ya vemos, podrán ser varios los trenes; pero sólo uno, el riel….

Hay un Ser desnudo de todo atuendo y un Hacer vestido de fuertes estructuras. Hay un blanco y un negro distanciados por espacios construidos de sus mismos elementos. Es la Tierra y el Cielo contenidos en un sólo universo. Para poder comprenderlo, basta el intelecto; después, sostenerlo. La totalidad parece ser sólo eso: todo uno y lo mismo….

Pero,…. dividido y distinto ¡!


VII. Referencias Bibliográficas

ALIAGA, E. (s/a) Revista Alcione “CG Jung, su vida, su obra (parte 2). Capítulo: Religión cristiana.” http://www.alcione.cl/nuevo/index,php
BOHM, D. (1983) The Matter and Meaning: The super-implicate order (entrevista con Renée Weber), en ReVision, primavera de 1983, p. 34
CAPRA, F. (2000) El Tao de la Física. Málaga: Sirio
COZOLINO (s/a) “The Neuroscience of Psychotherapy. The Construction of the Narrative Self” New York: Norton & Company, 8
DOMENECH I., M. (2007/13/12) “La Suma Teológica contrastada con la ciencia”, Capítulo 10, Aportaciones científicas http://idd0098d.eresmas.net/index.htm
DREYFUS, H. (2003) “Ser en el Mundo” Chile: Cuatro Vientos
EDINGER, E. (1996) “The Aion Lectures. Exploring the Self in C.G.Jung’s Aion”. Toronto Tuner City Book. Traducción
EDDINGTON, (1933) "La expansión del universo". Revista de Occidente. Madrid
FRAILE, G. (1971) “Historia de la Filosofía” Tomo I, Madrid: Católica SA, BAC
GOPI KRISHNA (1999), “La Kundalini”, Barcelona: Kairós.
GROF, S. (1991) Sabiduría Antigua y Ciencia Moderna. Chile: Cuatro Vientos
GROF, S. (1999) El Juego Cósmico: Exploraciones en las fronteras de la conciencia humana. Barcelona: Kairós.
GROF, S. (2002) La Mente Holotrópica: Los Niveles de la conciencia humana. Barcelona: Kairós.
GROF, VAUGHAN, WALSH, VON FRANZ, THOMSON y Otros (1994) “La Evolución de la Conciencia”. Barcelona: Kairós.
GRÜN, A. (1999) Transformación, una dimensión olvidada de la vida espiritual. http://groups.msn.com/Psicologíayespiritualidad/tupginaweb.msnw
HILLMAN, J. (1980) “Los Sueños y el Inframundo”, Ed. Praxis
JUNG, CG (1997) “El Hombre y sus símbolos”. Capítulo “Los Mitos Antiguos y el Hombre Moderno” de Joseph L. Henderson. Biblioteca Universal Contemporánea. Abril 1997
JUNG, CG (2003) “AION Contribución a los simbolismos del sí-mismo”. Barcelona: Paidós.
JUNG, CG, CAMPBELL, J., WOODMANN, M., BRADSHAW, J. Y otros (1999) Recuperar el Niño Interior. Barcelona: Kairós
JUNG, CG (2002) (1940/2002). Acerca de la Psicología del Arquetipo del Niño. En Jung CG. Los Arquetipos e inconsciente colectivo (pp. 139-168). Obra completa. Volumen 9/1. Editorial Trotta SA Madrid.
JUNG, CG., WILHELM, R. (s/a) “El Secreto de la Flor de Oro”. Colombia: Ed.Solar Ltda.
JUNG, CG (1962) Símbolos de Transformación. Buenos Aires: Piados, 2ª Edición,
JUNG, CG (1989) Psicología y Alquimia, Plaza y Janes Editores SA
JUNG, CG (1938/1940) Psicología y Religión. Barcelona: Paidós, 1987. pp.53-55, 93
JUNG, CG (1946) “La Psicología de la Transferencia”. Barcelona: Paidós, 1993. pp.81, 174
MAY, P. (2005). “Todos los Reinos Palpitan en ti”, Chile: Grijalbo.
MELLONI, J. Sj. “Itinerario hacia una Vida en Dios”, http://www.fespinal.com/espinal/castellano/eides
MORIN, E., LELOUP, J., RANDOM, M., SALOMÉ, J., otros (2006) “La Pareja Interior”. Barcelona: Kairós.
MUÑOZ V., Paloma (2007) “Psicología y Alquimia” http://www.fcgjung.com.es/art_91.html
NÚÑEZ, Mario A. y ALEMÁN, Yanira La influencia de la teología de Meister Eckhart en la psicología de la religión de C. G. Jung http://www.uprm.edu/socialsciences/mnunez/eckhardt.htm
PLATÓN. Diálogos Ediciones Zeus (1971).Traducción de Godó y Palomares
RISO, Richard y HUDSON, (2000) “La Sabiduría del Eneagrama”. Ed. Urano
ROOB, Alexander (2006) “Alquimia y Mística – El Museo Hermético”, Ed. Taschen
RUIZ, A. “Los Aportes de Humberto Maturana a la Psicoterapia”. http://www.inteco.cl
STEIN, M. (2004) “El mapa del Alma según Jung”. Ediciones Luciérnaga. Capítulo 7: El Centro Trascendente de la Psique.
VÁSQUEZ ALONSO, M. (1997) Magia y Milagro de la Alquimia. Barcelona : Ediciones 29
WASHBURN, M. (1997) “El Ego y el Fundamento Dinámico”. Barcelona: Kairós

Citas
[1] Profesora de Filosofía, Licenciada en Educación, Magíster en Administración Educacional, Magíster Psicología Clínica Junguiana 2006-2007
[2] ¿Alguna vez ese “interior” –que tiende a existir- podrá ser adquirido y llamarse “inconsciente personal”; alguna otra vez ese “interior” podrá ser heredado y llamarse inconsciente colectivo? ¿Esos contenidos arquetípicos podrán ser sustancias emocionales que buscan hacerse alma, porque habiendo “quedado incompletas” buscan ser individuadas?
En lenguaje de Hillman, podremos preguntarnos si, ¿los difuntos son quienes que habiendo estado en la conciencia ya no lo están ni volverán a estar nunca más? …en tal caso, a la humanidad le está vedada la totalidad…; ¿O tal vez, los difuntos son aquéllos que habiendo estado en la conciencia ya no lo están pero podrán volver a estar?… –serían nuestra obligación ética u opción evolutiva… Claramente, los difuntos no serían aquéllos que nunca han estado, pero podrán estar; éstos podrían formar parte de un futuro inconsciente colectivo. Y los difuntos tampoco podrán ser aquellos que nunca han estado y nunca estarán; porque ésos serían potencialidades no activadas.
Así visto, ¿cuál podrá ser nuestra responsabilidad frente a los contenidos inconscientes personales o compartidos?
[3] Neoplatónico –S.III dC- en quien se funden las tendencias místicas e intelectuales de Platón y Aristóteles y para quien, al mundo de las Ideas le trasciende el Uno, fuente de todo ser. Ese Ser es esencialmente vida, dinamismo y movimiento; desde él emana y procede directamente toda la escala ontológica. Es causa eficiente, no por creación , sino por emanación. (Fraile, 1971, 721)
[4] Washburn, dirá “convertirse en ser humano para comenzar a ser un ser humano completo” (1997, 337).
[5] El misterio de la encarnación afirma que nos transformamos a través de lo instintivo, no por desprendernos de la materia, sino por encarnarnos en la materia (Grün, 1999, 1)
[6] Concepto que sería perfectamente consistente con el Mundo de las Ideas Inmanentes de Platón.
[7] En tal caso, la vida –tal como la conocemos- sería una etapa en la gestación del hombre total, la de transformación de la psique.
[8] El movimiento debiera darse en ambos sentidos: por diástole y sístole , inspiración y expiración; como la noche y el día, la vida y la muerte.
[9] El Evangelio de Felipe es un escrito gnóstico de orientación valentiniana que forma parte de los denominados evangelio apócrifo datado alrededor del siglo III pero perdido hasta que fue redescubierto por accidente en la segunda mitad del siglo XX en Egipto (copto original), encontrado en Nag Hammadi. (Wikimedia)
[10] El termino “esférico” me parece especialmente adecuado, ya que al avanzar “rellena” los vacíos que, el camino “espiral” solo circunvala y rodea. Si ello fuese así, el proceso no sería extenso ni profundo, sino “denso”.
[11] Uno también puede decir, con justa y correcta razón que, la vida es la realización de un ego, no realizado, pero necesario en el universo de la psique…..conciente. … Y entonces, la vida, es las dos cosas... la realización de un ego y la realización de un self.
[12] Capra comenta a Einstein en su revolucionaria declaración de que el espacio tridimensional en el que vivimos es realmente curvo y se produce por los campos gravitacionales de los cuerpos sólidos; el grado de curvatura, dependerá de la masa del objeto al cual rodea (Capra, 2000, 229)
[13] Platón dirá que el universo o el orden inmutable de las cosas es la manifestación y la imagen de la perfección del Creador: “(…) y así ánimo el mundo, ser vivo único que contiene en sí todos los seres a su semejanza (…) e imprimiéndole un movimiento giratorio, le dio forma esférica (…), en otras palabras, le dio la forma más perfecta de todas” (Platón, Timeo, 410 a.C/1975)
[14] Podría suponerse que la vida –tiempo contenido entre el nacimiento y la muerte física- es un segundo estado uterino. El primer espacio es el que ocupa el embarazo en el útero de la Madre Nuestra, cuyo objetivo sería formar físicamente al individuo y cuyo cumplimiento –otra forma de individuación- da origen a la vida; el segundo espacio es el que ocuparía el “embarazo” en el útero de la Madre Tierra, cuya gestación se originaría al momento del nacimiento y cuyo cumplimiento –individuación junguiana- da origen a la muerte. Esa “muerte” al igual que la que podría decirse que se produce al término del primer “embarazo” podría ser también el “nacimiento” a un tercer espacio, al que se accede una vez que el hombre ha completado su desarrollo físico –individual- y psíquico –social-…. (¿la Gran Madre y la Madre de Dios, podrán ser las dos madres que siento ausentes en este espacio?)
[15] Evoca conceptos de dirección, causalidad, propósito, lógica.
[16] Evoca conceptos de contenido, analogía, significado, sentido
[17] La imagen del puzzle es gráfica. Permite la analogía de decir que la totalidad debe ser algo así como saber cuál tiene que ser el dibujo que debe armarse –aunque no se tenga una foto ni su imagen-; porque antes de eso, todas las “partes” deben ir quedando amontonadas, unas veces formando pequeñas totalidades que “encajan” –pero que no se sabe si corresponden o no, porque como no sabe a cuál es la imagen que debe armarse, las tentativas van siendo opciones posibles… y, por tanto, “válidas”; pero no necesariamente, verdaderas-.
[18] Alude Cozolino, s/a
[19] En matemática hay niveles de infinitos. Los números naturales –1, 2, 3, etc-, los enteros –-3.-2,-, 0, 1, 2, etc- y los racionales – todas aquellas fracciones y decimales periódicos que van entre dos números naturales-, constituyen cada uno un infinito de un mismo “grado de infinitud”, dado que “dos conjuntos tienen la misma cardinalidad si pueden hacerse corresponder sus elementos uno a uno” (Cantor) Esto no sucede igual con los irracionales –número infinito de decimales no periódicos- que, como no pueden enumerarse, su cardinalidad es un infinito mayor.
[20] Los Budistas dicen que la llama de una vela puede prender otras velas. (Es interesante lo que testimonian algunos místicos al respecto. Se sugiere revisar textos de San Juan de la Cruz, Teresa de Avila; Gopi Krishna, entre otros).
[21] Grof trata el tema en muchos de sus libros, uno de ellos, “La Tormentosa Búsqueda del Ser”; Washburn, en “El ego y el Fundamento Dinámico”; Campbell en “El Héroe de las Mil Caras”; Jung en “Símbolos de Transformación”.
[22] En términos del “sufrimiento” comentado antes, el “sacrificio” resulta de la postergación del ego
[23] En el mismo sentido anterior, la “introversión, toma la dirección contraria a la enajenación egoica.
[24] Hace referencia a la imagen de “luz interior”
[25] Es notable el lenguaje con que se expresan estos conocimientos. Puede pensarse que “la herida” produce una escisión en el lugar donde se manifiesta… la herida es una escisión; y siendo escisión, abre un espacio… a través del cual podrá entrar la luz. En consecuencia, mientras más grande la herida, mayor la cavidad por donde entrará la luz.
[26] Jung descubrió ese patrón profundo –en su mayor parte inconsciente- de unidad e integridad psicológica. (Stein, M.2004)
[27] Debemos deducir que “antes de esa conjunción “ lo que había era una escisión.
[28] En los textos alquímicos esta presencia recibe el nombre de Materia Prima, Piedra, Agua, Quintaesencia, Mujer, Cielo, Semilla, Tierra, Mina y otros… lo que causa múltiples confusiones en todo lector que no esté avezado (Vásquez, 1997).
[29] Según una ley atribuida a Pitágoras, el espectro total de posibilidades de este mundo está contenido en la cifra cuatro. El quinto elemento aristotélico, la sutil quintaesencia, no puede encontrarse más que en el empíreo divino. El objetivo de los alquimistas era hacer descender ese elemento a la tierra y para ello había que cruzar el anillo exterior del mundo inferior, el anillo ofídico de Saturno, que lo separa del Paraíso (Roob, 2006, 30). Superarlo implica una cesura en el transcurso del tiempo, su retorno a la edad de oro, la eterna juventud en la simultaneidad divina (Roob, 2006, 30).
[30] P.Klee dice que es misión del artista penetrar cuanto sea posible en ese terreno secreto donde la ley primordial alimenta el desarrollo”; Kandinsky dice que la importancia de las obras de arte no está en la superficialidad de lo externo, sino en la raíz de todas las raíces, en el contenido místico del arte. (Op.cit., pg 268) Chirico dice que una obra de arte tiene que contar algo que no aparece en su forma visible, algo de su metafísica. (id., pg 258)
[31] Alude más bien al “arquetipo”
[32] Dice una leyenda que cuando Eva estaba “adentro”… los dos estaban en el Paraíso… ¡ pero miró y quiso salir ! Adán le habría entregado los medios; ella, el alimento. Y salieron a conocer. Dicen que ahora, ella lo quiere hacer volver… y que, cuando él vuelva a tenerla dentro, ambos estarán completos.
[33] Un tipo de Yoga. La actividad del cerebro y del sistema nervioso dependería de la existencia en el cuerpo de un elemento vital sutil llamado prana… […]…El término prana significa la energía vital cósmica y su conductor biológico sutil en el cuerpo (Gopi Krishna, 1999, 41). Yoga es la creencia sagrada india, de que a través de un esfuerzo correctamente dirigido es posible para un hombre completar el ciclo evolutivo de la existencia humana en una vida y convertirse en un adepto transfigurado acorde con la Realidad infinita más allá del mundo fenomenal, liberado para siempre de la cadena interminable de nacimientos y muertes (Gopi Krishna, 1999, 119)
[34] El despertar de la Kundalini puede producir efectos peligrosos para la salud y la vida humana. Esto es repetido continuamente por Grof (2000), Gopi Khrisna (1999) y un importante número de instituciones dedicadas a la investigación de los efectos espirituales que produciría el despertar de esta energía.
[35] En cada etapa de su despliegue desata bloqueos psíquicos de diferentes energías y con cada nuevo desate ocurre una transformación (Grof, 1991, 119)
[36] No existe contradicción, si a veces decimos que la extensión del átomo está controlada por la curvatura del espacio y otras, que está controlada por fuerzas de interacción procedentes del resto del universo. (Eddington, 1933,178).
[37] Masaru Emoto, investigador japonés, descubrió que las vibraciones se registran en el agua, dándole a ésta un papel trascendental en nuestras vidas. La forma que van adquiriendo las moléculas, según sean armónicas o no las vibraciones, da cuenta del daño o beneficio que puede uno hacerse a sí mismo y al resto de la humanidad.
[38] Las explosiones se producirían por altas presiones, provocadas mecánicamente o por presencia de cambios fundamentales en las sustancias químicas […] No significan cambios en las sustancias, sino procesos de generación de presión. […] Las explosiones físicas generalmente involucran un contenedor que, por efectos de compresiones, calentamientos o reacciones químicas, rompen las resistencias en alguna parte de los contenedores, provocando un empuje en las estructuras en dirección opuesta a la dirección del químico…”.
[39] Stein dirá que toda la teoría psicológica de Jung se basa sobre el presupuesto de que el ser humano potencialmente tiende hacia la totalidad. Su noción de individuación, que guía al desarrollo humano psicológico y espiritual, se basa en el presupuesto de que su objetivo es la totalidad. Su teoría de partes psíquicas –figuras arquetípicas tales como la sombra, la persona, el ánima y animus, los complejos personales- dependen implícitamente de la noción de que son parte de un todo, el Self, que las coordina y las contiene. El mito central guía de Jung es el mito de la totalidad. (Stein, 1990)
[40] Se refiere al inframundo de Hillman (1980)
[41] Expuesto en Trabajo anterior: “Hermes es Teseo, un Chamán. Como él puede ingresar al laberinto de la psique, recorrerla y regresar. Ariadna, su anima, amante enamorada, le facilita el cordón de plata; el mismo que después utilizará Lobsam Rampa – Monje Tibetano, autor del libro con el mismo nombre. El cordón de plata es el hilo que une al cuerpo material con el espiritual; mientras ese hilo mantenga unidos ambos cuerpos, el ser corpóreo recibirá el hálito de la vida-. Cordón, que también teje cada madre para cada hijo… y en el que más tarde, la medicina, encontrará un valor regenerativo. ¿¡Cómo podría no tenerlo si es el vínculo entre el hombre y el Paraíso!?”