lunes, 24 de enero de 2011

La función inferior


Marie-Louise von Franz
M-L von Franz nació en Zurich en 1915, fue alumna y discípula de Jung, se especializó en el estudio del simbolismo, la interpretación de sueños, mitos y leyendas. Fue presidenta honoraria del Instituto Jung de Zurich. Dotada de una especial habilidad para traducir los materiales junguianos simbólicos a la realidad psicológica cotidiana, murió en 1998. Este documento es la primera parte del Capítulo 2 del libro Psicoterapia, 1a edición. New York, EE. UU., Editor: C. G. Jung Foundation Books, 28 East 39th Street, New York, NY 10016, Shambhala Publications, Inc. Horticultural Hall, 300 Massachusetts Avenue. Boston, Massachusetts 02115, ©Marie-Louise von Franz 1993. Fue traducido del inglés por ©Orlando Gallego Bedoya 2009. E-mail: orly3283012@yahoo.es

INTRODUCCIÓN
Aunque el tema de este artículo es la función inferior, no se puede hablar al respecto sin discutir todo el problema de las cuatro funciones y esbozar también la función superior ya que todo está entrelazado. Yo presupongo que el lector está familiarizado con el libro de Jung sobre los tipos psicológicos,(1) e intentaré ilustrarlo de acuerdo con mis experiencias prácticas.
Tipos Psicológicos es uno de los primeros libros de Jung. Cuando él lo escribió y estaba intentando averiguar acerca de los tipos, estaba en muchos aspectos luchando en la oscuridad; desde entonces él ha hecho muchos descubrimientos, los cuales se encuentran en sus otras obras, y estos son los que tengo la intención de vincular. Uno a menudo se encuentra con personas que no entienden cómo aparece la tipología en la vida práctica. Muchas personas que hablan acerca de los tipos no pueden siquiera descubrir cuál es su propio tipo, lo cual se debe por lo general a su falta de experiencia práctica. Desde que el libro fue escrito, la idea de las cuatro funciones de la consciencia y el funcionamiento de la personalidad humana consciente en esta forma cuádruple, ha demostrado ser enormemente productiva, y el problema de las cuatro funciones ha evolucionado crecientemente en el pensamiento de Jung y además aparece en su pensamiento en la forma religiosa del problema del tres y el cuatro.
El problema del tres y el cuatro, especialmente en la imagen de Dios, ha resultado tan enormemente importante que las personas tienden a proyectar la función problema en esta cuestión religiosa. Lo mismo ocurre en la interpretación mitológica, pues dondequiera que la gente encuentra símbolos cuaternarios –dígase en la mitología indígena de América del Norte, donde uno se vuelve hacia los cuatro puntos cardinales o donde las pinturas de arena son obviamente de una estructura cuádruple- se dice que aquello significa las cuatro funciones, y se fija ese concepto al tema mitológico. Existen tres errores aquí. Primero, tomar los conceptos Junguianos y fijarlos como con un prendedor de seguridad en el material mitológico, es una empresa completamente estéril en sí misma, pues ello tergiversa los hechos fundamentales. En segundo lugar, usar los conceptos sin pensar en lo que realmente quieren decir y en qué se basan. Y tercero, en este caso especial es un error fundamental, porque si usted piensa por un momento, se da cuenta que lo que podemos ver en el material mitológico es material inconsciente. Los Navajos, por ejemplo, no han concebido sus pinturas de arena y sus mandalas de manera consciente; dirían que les fueron revelados a ellos o a sus chamanes. Por consiguiente, aquellos primitivos e incluso evolucionados temas mitológicos cuaternarios son auto-manifestaciones del inconsciente colectivo, de manera que no podemos identificarlos con un fenómeno consciente, mientras que las funciones son modos de comportamiento de la consciencia. Tenemos que mirarlos más bien del siguiente modo.
La consciencia evoluciona en la temprana infancia, como es sabido, desde el inconsciente. Desde nuestro punto de vista, el inconsciente es un hecho primario y la consciencia un hecho secundario. Por tanto la totalidad inconsciente y la estructura de la personalidad total existen en el tiempo antes que la personalidad consciente y podrían considerarse según se muestra en el diagrama siguiente.
La consciencia en sí misma es un campo de representaciones, ya que las representaciones son solo llamadas conscientes en la medida en que se asocian con el complejo del ego. Si uno dice, “Yo sé que esto es así y así”, eso significa que esto es consciente para mí, es un hecho en mi campo de consciencia. Cuando las funciones se desarrollan en el campo de la consciencia –A, B, C, D, en el diagrama- allí surge desde abajo, primero digamos, la función del pensamiento, la cual luego se convierte en una de las principales funciones del ego, que usa principalmente la operación de pensar en la organización de su campo de consciencia. Lentamente otra función aparece y gradualmente todas ellas –bajo condiciones favorables- aparecen en el campo de la consciencia. De este modo se obtiene una estructura cuádruple en la consciencia la cual refleja exactamente la estructura pre-consciente cuádruple. Tenemos un cuaternio de funciones en la consciencia porque existe ya una tendencia innata para construir dicha estructura cuádruple en el inconsciente. Los productos mitológicos por regla general reflejan la estructura básica (el círculo), pero ellos no representan su espejismo en la consciencia, por decirlo así. Esto es debido a que si nosotros intentamos fijar los conceptos del pensamiento, sentimiento, y así sucesivamente en el fenómeno mitológico, siempre la pasamos mal, porque estamos tratando de conectar de manera equivocada. Es como si intentáramos identificar el resultado con la causa. Si, por consiguiente, tenemos un fenómeno cuádruple en la mitología, es mejor decir que representa la estructura arquetípica general de la psique, la cual, entre otras cosas, ha producido la tendencia siempre a desarrollarse en las cuatro funciones en la estructura de la consciencia.
La cuestión ha sido planteada con frecuencia en el sentido de por qué en la tierra debe haber cuatro funciones. ¿Por qué no tres o cinco? Eso no se puede responder teóricamente; es simplemente cuestión de revisar los hechos y de ver si se puede descubrir más o menos funciones y otra tipología que fuera igualmente justificada. Para Jung fue un gran descubrimiento cuando él más tarde encontró la confirmación de su idea concebida de manera más intuitiva, en el hecho de que en todas partes en los mitos y el simbolismo religioso, aparece el problema de la estructura cuádruple de la psique y que, estudiando el comportamiento de sus pacientes, él aparentemente había hallado una estructura básica de la psique.
Naturalmente, la estructura cuádruple básica de la psique, la cual significa más que solo las funciones conscientes, está en general representada, si aparece, como una auto-manifestación puramente primitiva del inconsciente, usualmente como un cuaternio indiferenciado. Existen los cuatro principios más o menos de la misma clase: cuatro colores, o ángeles o dioses, etc. Cuanto más se relacionan con la consciencia, más tienden a convertirse en tres animales y un ser humano, o tres dioses buenos y uno malo, y después se llega a aquellos mandalas más diferenciados donde los cuatro polos de la estructura cuaternaria son diferentes entre sí. Esto es particularmente cierto si se está tratando con material que ha sido elaborado en gran medida de manera consciente, cuando se encuentra el problema clásico del tres y del cuatro, respecto del cual Jung ha escrito bastante. Esto significa que cuando, desde esta estructura básica, una u otra función se hace consciente, o cuando bajo condiciones óptimas tres funciones se hacen conscientes, esto tiene el efecto de que la estructura básica también cambia, pues ni en la psicología ni en ningún otro campo de la realidad existe un curso unilateral de acción; porque si el inconsciente vigoriza un campo de la consciencia, la repercusión de dicho cambio produce una alteración en la estructura inconsciente también. Por consiguiente, en los sueños y en el material mitológico se encuentra que esta estructura básica también aparece en forma alterada, de lo cual puede concluirse que una parte del problema de las funciones se ha hecho ya consciente de modo que, debido a la oposición, incluso la estructura básica tiene esta forma cambiada o modificada. Además hay mandalas que se encuentran principalmente en las civilizaciones superiores, tales como las imágenes de los cuatro evangelistas donde tres son animales y una un ser humano. Este tema apareció previamente en la mitología egipcia en los cuatro hijos de Horus, representado con tres animales y una cabeza humana, así mismo como los otros tergiversados mandalas, en los cuales existe una cierta tensión dentro de la estructura, por lo general entre el tres y el cuatro en particular.
Me gustaría dar un breve bosquejo del modelo de las cuatro funciones en la psicología Junguiana. Jung primero diferenció dos tipos actitudinales: el extravertido y el introvertido. En el extravertido, la libido habitualmente fluye de manera consciente hacia el objeto, pero existe también una inconsciente oposición secreta hacia el sujeto. Para el extravertido el movimiento oculto hacia el sujeto es por lo general un factor inconsciente. En el caso del introvertido ocurre lo opuesto, ya que él siente como si un objeto lo abrumara de manera constante, de modo que tiene que retirarse continuamente de éste pues todo recae en él; está constantemente abrumado por las impresiones, pero no es consciente del hecho de que él secretamente está tomando prestada, o prestando, energía psíquica al objeto a través de su propia extraversión inconsciente.
Expresado brevemente, eso representa la diferencia entre el extravertido y el introvertido y entonces, si usted toma las cuatro funciones de sensación, pensamiento, sentimiento e intuición, cada una de las cuales puede ser extravertida o introvertida, obtiene ocho tipos: pensamiento extravertido, pensamiento introvertido; sentimiento extravertido, sentimiento introvertido; intuición extravertida, intuición introvertida, sensación extravertida, sensación introvertida.
Antes de seguir adelante con ejemplos prácticos, me gustaría caracterizar la función inferior en su comportamiento general. Se puede decir que todas las funciones superiores en un individuo, sea en un caso pensamiento y en otro sentimiento, tienen una tendencia a comportarse de cierto modo, y que la función inferior en un individuo, independientemente de lo que pueda ser, tiene un tipo de comportamiento general. El comportamiento de la función inferior está estupendamente reflejado en muchos mitos y particularmente en muchos cuentos de hadas, donde existe un modelo muy extendido de la estructura siguiente. Un rey tuvo tres hijos. Él prefería a sus dos hijos mayores y el más joven era considerado como un ser estúpido o tonto. El rey luego señala una tarea en la cual los hijos deben encontrar el agua de vida, o la más bella novia, o ahuyentar a un enemigo secreto que cada noche roba los caballos, o las manzanas doradas del jardín real. En general los dos hijos mayores se exponen y no llegan a ninguna parte o se quedan atascados, y luego el tercero, ensilla su caballo y todos se ríen y le dicen que él debería mejor quedarse en casa junto a la estufa, a donde él pertenece, pero es él quien por regla general ejecuta la gran tarea. Esta cuarta figura –él es el tercer hijo pero la cuarta figura en la disposición- tiene, de acuerdo con los mitos, cualidades diferentes. Algunas veces es el más estúpido o el más joven, a veces es un poco torpe y algunas otras un completo tonto.
Existen diferentes versiones, pero él siempre está en alguna categoría semejante. En un bello cuento de hadas ruso, es considerado como un completo idiota y los dos hermanos mayores cabalgan sobre maravillosos caballos del establo de su padre, pero el más joven toma un pequeño caballo peludo y lo monta de manera equivocada –con la cabeza hacia la cola del caballo- y sale mal, ridiculizado por todos. Él es, por supuesto, Iván el héroe ruso, quien hereda todo. La historia del tonto o el idiota a veces ocurre por fuera de la disposición general de las cuatro figuras, de manera que él es el héroe muy desde el comienzo. Luego está el tema del pulgar o el lisiado, o muy a menudo del soldado que ha desertado o que ha sido herido y relevado del ejército y está perdido en los bosques, donde comienza la gran aventura. O puede ser un pobre campesino quien se convierte en rey o hereda el reino, y en todos estos desde el mismo comienzo de la historia, usted sabe que ello atañe a algo más que las cuatro funciones, ya que el tonto es una figura religiosa arquetípica que abarca más que solo la función inferior; él implica una parte total de la personalidad humana, o incluso de la humanidad misma, y representaría lo que quedó atrás y que por tanto aún tiene la totalidad original de la naturaleza, de modo que tiene principalmente un sentido religioso. Pero en la mitología, tan pronto como el tonto aparece como el cuarto en un grupo de personas, tenemos cierto derecho para asumir que él refleja el comportamiento general de una función inferior.
He intentado a menudo, al interpretar los cuentos de hadas, ir más lejos en los detalles y llamar al rey la función pensamiento y al cuarto hijo la función sentimiento, pero en mi experiencia, eso no funciona. Usted tiene que torcer el material y hacer algunos trucos deshonestos si fuerza el material de este modo. De esta forma, he llegado a la conclusión de que no podemos ir tan lejos, y que debemos solo decir que en la mitología dicho tercer hijo, o tonto, simplemente representa un símbolo del comportamiento general de la función inferior, cualquiera que sea; no es ni individual ni específica, sino una estructura general. Eso es absolutamente correcto pues si se estudian los casos individuales, se verá que la función inferior tiende a comportarse después de todo a la manera de semejante héroe “tonto”, el tonto divino o héroe idiota, quien representa la parte despreciada de la personalidad, la parte ridícula e inadaptada pero también aquella parte que reconstruye la conexión con la totalidad inconsciente de la persona.
Hay algo más en lo que hay que ser cauteloso y es que en los diversos mitos donde el tercer hijo tonto encuentra el agua de la vida o el pájaro de oro, vence al dragón o conduce a casa a la bella princesa o hereda el reino, etcétera, uno está muy tentado a interpretarlo como el puente al inconsciente, porque los precedentes son todos símbolos de lo que asumimos que se encuentra en el inconsciente. No obstante, no debemos olvidar que todo el proceso mitológico simboliza todo en el inconsciente, ni tampoco que para un introvertido el inconsciente muy a menudo ¡aparece afuera! Por tanto, es bastante correcto decir que el tercer hijo o la cuarta figura en la disposición, establece el puente al inconsciente, pero esto no debe implicar que el inconsciente sea siempre experimentado como estando “adentro”, pues eso solo se aplica a un extravertido ya que la función inferior tiene el tipo actitudinal opuesto de la función consciente. Un tipo pensamiento introvertido tendrá sentimiento extravertido inferior mientras que un intuitivo extravertido tendrá sensación introvertida inferior y así sucesivamente.
Se puede decir que la función inferior siempre establece el puente hacia el inconsciente, y en el caso de un introvertido está por lo general avanzando hacia una proyección inconsciente la cual aparece afuera. De este modo podría decirse que la función inferior está siempre dirigida hacia el inconsciente y al mundo simbólico, pero no está dirigida al interior o al exterior; esto último varía individualmente. Si la función inferior de un introvertido se mueve afuera, entonces significa que la esfera exterior adquirirá una cualidad simbólica para esa persona. Por ejemplo un tipo pensamiento introvertido tiene una función sentimiento inferior, por tanto el movimiento será hacia los objetos externos, es decir, hacia las otras personas; pero tales personas externas tendrán un significado simbólico para la persona, siendo conductoras de los símbolos del inconsciente. El significado simbólico de un hecho inconsciente aparece afuera, como la cualidad de un objeto externo, prima vista. Pero si un introvertido con su habitual modo de introyectar dice que no necesita telefonear a la señora fulana de tal, pues ella es precisamente el símbolo de su ánima y por tanto es simbólica, y la persona externa no importa pues solamente sucedió que su proyección cayó allí, entonces él nunca llegará al fondo de su función inferior o nunca la asimilará como un problema. Esta es la razón por la cual el sentimiento de un tipo pensamiento introvertido en general es auténticamente extravertido, y con tal trampa él simplemente intenta agarrarse a su función inferior por medio de su función superior y la jala hacia adentro. Él introyecta en el momento equivocado a fin de mantener la predominancia de su función superior sobre su función inferior. Un introvertido que quiere asimilar su función inferior debe relacionarse con los objetos externos, pero teniendo presente que ellos son simbólicos. Él no debe, sin embargo, sacar la conclusión de que son solo simbólicos y que por eso se puede prescindir de ellos. Eso es un truco muy asqueroso y deshonesto que muchos introvertidos desempeñan con su función inferior. Naturalmente los extravertidos hacen la misma cosa, solo que de un modo menos directo. Por consiguiente, no debe decirse que la función inferior esté dirigida hacia el interior, o vuelta hacia dentro del inconsciente, sino que la función inferior está dirigida hacia el inconsciente, sea que éste último aparezca en el interior o el exterior, y que es siempre la conductora de las experiencias simbólicas, las cuales pueden venir desde adentro o desde afuera.
En el caso de los extravertidos, he visto con frecuencia que el inconsciente aparece directamente desde adentro como una visión o como una fantasía. De este modo con frecuencia me ha impresionado el hecho de que los extravertidos, cuando ellos se acercan a su otro lado, tienen una relación mucho más pura con el mundo interior que el introvertido. ¡Incluso he sido bastante celosa! He visto que ellos tienen una relación ingenua, auténtica y pura con los hechos internos, ¡pues pueden tener una visión y tomarla inmediatamente de manera seria, bastante ingenuamente! En un introvertido ésta es siempre tergiversada por su sombra extravertida, la cual arroja dudas sobre ella. De este modo puede decirse que si un extravertido cae en su introversión, será especialmente auténtico, puro y profundo. Es por eso que usualmente los extravertidos están tan orgullosos de esto que alardean ruidosamente que son grandes introvertidos. Ellos tratan de convertir en una pluma su gorra –lo cual es de nuevo típicamente extravertido- ¡y con eso arruinan todo! Pero realmente, si ellos no echan a perder todo con la vanidad, los extravertidos pueden tener una introversión mucho más infantil, ingenua, pura y realmente auténtica que los introvertidos. Los introvertidos por su parte, si despiertan a su extraversión inferior, pueden esparcir un brillo de vida y ¡convertir su medio en un festival simbólico mejor que cualquier extravertido! Un introvertido puede dar a la vida exterior una profundidad de significado simbólico y el sentimiento de la vida como un festejo mágico de alguna clase, lo cual el extravertido no puede. Si un extravertido va a una fiesta, piensa que todo el mundo es maravilloso y está listo para decir: “¡Vamos, hagamos que esta fiesta funcione!” Pero eso es simplemente una técnica, y la fiesta nunca alcanza en realidad la profundidad mágica, o sucede muy rara vez; permanece en el nivel de la superficie amable. Pero si un introvertido puede manifestarse con su extraversión de modo correcto él puede crear una atmósfera donde las cosas exteriores se vuelven simbólicas: tomar un vaso de vino con un amigo se convierte en algo parecido a una comunión, y así sucesivamente. Con el introvertido ello está vinculado con el exterior, al tiempo que con el extravertido ello está realmente adentro, si él se abre paso al otro lado.
En los Tipos Psicológicos, Jung habla del empobrecimiento general de las actitudes del pensamiento extravertido e introvertido cuando éstas comienzan a desgastarse. Él dice:
Mientras el extravertido realmente se rechaza a sí mismo en su completa dispersión entre los objetos, el introvertido, para librarse a sí mismo de todos y cada uno de los contenidos, tiene que contentarse con su mera existencia. En ambos casos el desarrollo más amplio de la vida está atestado por fuera del dominio del pensamiento en la región de otras funciones psíquicas que habían existido hasta ahora en relativa inconsciencia. El extraordinario empobrecimiento del pensamiento introvertido en relación a los hechos objetivos encuentra compensación en una abundancia de hechos inconscientes. Siempre que la consciencia, casada con la función del pensamiento, se confina dentro del más pequeño y más vacío círculo posible –aunque aparente contener la plenitud de la divinidad- la fantasía inconsciente se enriquece de manera proporcionada.... (2).
Este es solo un ejemplo del gran problema que Jung consideró para describir cómo la lenta extralimitación de la función superior conduce a su degeneración neurótica. Él alude también a un hecho que juega un gran papel, a saber que en el caso de una persona que no ha sido analizada, la función inferior se intrusa dentro de la superior y la falsifica. Aquí, por ejemplo, él describe lo que pasa cuando al pensamiento introvertido se le exige un esfuerzo excesivo. Hubo una maravillosa demostración de esto hace algún tiempo en el caso de un profesor de filosofía quien realizó un ataque a la psicología del inconsciente en un periódico de Zúrich, el Neue Zurcher Zeitung. Él es un alumno de Heidegger y una demostración absoluta del pensamiento introvertido excesivamente esforzado o sometido. Esto tiene el efecto de que su ser no puede afirmar nada más allá de que ¡la vida es un fenómeno ontológico de la existencia! Él enriquece su afirmación con unos cuantos adjetivos solemnes más, ¡pero eso es todo a lo que asciende! Este pensamiento, que “la existencia realmente existe”, expresa una plenitud divina para él, como también lo fue para Parménides, y él no puede dejar de tranquilizarnos acerca de tal existencia a lo largo de varias páginas. Y luego dice, “Sin embargo el inconsciente sería un misterioso teatro de marionetas y fantasmas”. Allí tiene usted una ilustración absoluta de lo que Jung dice: “La fantasía inconsciente se enriquece proporcionalmente por una multitud de hechos arcaicamente formados, un verdadero pandemonio de factores mágicos”. Eso es exactamente lo que este profesor expuso en sus artículos –que la idea del inconsciente era terrible, que era precisamente un pandemonio teatral, y luego salvó su posición consciente diciendo que simplemente no existía, ¡que era solo una invención de los psicólogos! Esa fue una bella ilustración práctica de lo que Jung, en las frases citadas dice. Para agregar a lo que Jung dice allí, si usted excede una de las actitudes conscientes, no solo la empobrece y pierde su fertilidad, sino que además la contra-función inconsciente (en un tipo pensamiento sería sentimiento) se inmiscuye en la función principal pasando sus límites, y la falsifica. Eso era obvio en los artículos de este profesor, lo cual demuestra que el sentimiento estaba realmente interesado en instruir a la humanidad en cuanto a lo absurdo de la idea de la psicología del inconsciente. Él perdió íntegramente el estilo objetivo al cual estamos acostumbrados en la discusión científica, y sintió que era un profeta cuya misión era salvar a la humanidad de algún veneno maligno; de esta manera, se veía que su moral entera o su función del sentimiento contaminó a su pensamiento. Su pensamiento se volvió subjetivo en vez de objetivo y era obvio que él no había leído siquiera la literatura sobre la psicología del inconsciente, ¡ni siquiera los principales libros! Él solo estaba profundamente interesado en salvar a la humanidad de semejante doctrina venenosa.
Otra forma en que la función inferior con frecuencia se intrusa sobre la superior es visible en el muy aterrizado y realista tipo sensación introvertido. Los tipos sensación, sean introvertidos o extravertidos, son por lo general bastante buenos en su relación con el dinero y en no ser demasiado extravagantes, pero si semejante tipo exagera esto, entonces su intuición inferior se complica. Por ejemplo, conocí un tipo sensación quien se volvió locamente tacaño y prácticamente no pudo ya progresar más en la vida –bien, en Suiza ¡todo cuesta algo! Cuando uno intentaba averiguar donde se originó esta repentina tacañería –hasta ahora él había sido solo moderadamente tacaño como la mayoría de la gente en Suiza- se notaba que él producía cualquier cantidad de presentimientos oscuros: podría tener un accidente y ser incapaz de trabajar y apoyar a su familia, algo podría suceder a su familia, su esposa podría tener una larga enfermedad, su hijo podría fallar en sus estudios y necesitar más años de lo usual, su madrastra, una mujer muy rica, podría repentinamente enfurecerse con él y dejar su dinero a otra familia en vez de a la suya, etcétera, etcétera. Aquellos son ejemplos de los oscuros temores de lo que podría suceder, lo cual es típico de una intuición negativa inferior. Solo se contemplaban las oscuras posibilidades pero él no encaraba el hecho de que tenía semejantes expectaciones melancólicas del futuro, pero las primeras apariciones de su intuición inferior en cambio, reforzaron su sensación de un modo equivocado haciéndolo tacaño. La vida ya no fluyó más pues todo fue falsificado por la invasión de la intuición inferior. En este caso, cuando llega el tiempo del desarrollo de las otras funciones, existen por lo general varios fenómenos: la función superior degenera como un carro viejo que comienza a irse a pique y desgastarse, el ego se fastidia de la función superior porque todo lo que usted puede hacer muy bien se vuelve aburrido y, más allá de eso, la función inferior, en vez de aparecer en su propio campo, tiende a invadir a la función principal, dándole una sacudida inadaptada y neurótica. Uno se confronta en estos términos con un neurótico mixtum compositum de un tipo pensamiento quien ya no puede pensar más, o un tipo sentimiento quien ya no presenta más ningún sentimiento agradable. Luego hay una etapa transicional donde las personas no son ni pez ni carne ni buen arenque rojo, ¡sino sólo terribles! Antiguamente eran buenos pensadores, pero ya no pueden pensar más y no han alcanzado un nuevo nivel. Es por tanto muy importante conocer el tipo de uno y reconocer lo que el inconsciente está ahora proyectando, de lo contrario uno está atrapado desde atrás.
La diferenciación de los tipos realmente arranca en la primera infancia. Por ejemplo, las dos actitudes de extraversión e introversión se pueden ver en un niño de un año o un año y medio, si bien no siempre de manera muy clara. Jung en una ocasión habló de un niño que no entraba a un cuarto antes de que hubieran sido dichos los nombres de los muebles del cuarto –mesa, silla y así sucesivamente- después de lo cual se movería hacia un objeto en el cuarto. Eso es típico de una actitud definitivamente introvertida, en la cual el objeto es aterrador y tiene que ser desterrado o puesto en su lugar por una palabra: un gesto propicio por el cual el objeto se hace conocido y no puede portarse mal, pues una mesa debe seguir siendo una mesa, a fin de que usted pueda caminar hacia ella. En semejantes pequeños detalles, si uno sabe cómo buscarlos se puede observar la tendencia hacia la introversión o extraversión en un niño muy pequeño. Las funciones naturalmente no se presentan tan tempranamente en todos los casos, pero en la etapa del Jardín usualmente se puede observar el desarrollo de una función principal por una preferencia hacia alguna ocupación, o por el comportamiento del niño hacia otro niño; pues tanto los niños como los adultos tienden a hacer frecuentemente lo que ellos pueden hacer bien y a no hacer las cosas que no pueden hacer bien. Probablemente la mayoría de ustedes hizo igual que yo con su trabajo de escuela; si usted fue talentoso en matemáticas, eso es lo que hacía primero y dejaba todo lo que para usted no era bueno para el final y nunca hacía primero las cosas que no le gustaban, lo cual es algo que muy pocas personas hacen, pues la tendencia natural es aplazar las acciones o desatracar sobre otras personas los asuntos en los cuales usted no se siente superior. A través de semejante comportamiento natural la unilateralidad innata se incrementa cada vez más. Y luego viene la actitud familiar según la cual el niño que es muy inteligente debe estudiar después o el niño que es talentoso en materias prácticas debe convertirse en un ingeniero, de manera que el medio refuerza las tendencias unilaterales existentes, los así llamados “dotados”. De este modo existe un incremento en el desarrollo de la función superior y un lento retraso del otro lado de la personalidad. Este es un proceso inevitable e incluso tiene grandes ventajas. Mucha gente encaja justo dentro de este modelo y usted puede descubrir su tipo inmediatamente, pero otros pueden ser muy difíciles de definir. Incluso las personas mismas tienen conflictos para averiguar su propio tipo, lo cual es muy frecuente debido al hecho de que son tipos tergiversados. Este es un acontecimiento no muy habitual, pero sucede en casos donde alguien naturalmente tendría que convertirse en un tipo sentimiento o un intuitivo, pero fue forzado por el ambiente a desarrollar otra función. Supóngase un muchacho que nace como un tipo sentimiento en una ambiciosa familia intelectual. Todo su entorno ejercerá presión sobre él para convertirlo en intelectual, y su posibilidad original como un tipo sentimiento estará frustrada o desperdiciada. Por lo general, en semejante caso él es incapaz de volverse un tipo pensamiento –lo que sería un paso demasiado remoto- pero él bien podría desarrollar la sensación o la intuición, una de las funciones auxiliares, a fin de estar relativamente mejor adaptado a su medio, pues su función principal está simplemente “afuera”, en el medio en el cual él crece.
Los tipos tergiversados tienen ventajas y desventajas. La desventaja es que desde muy al comienzo ellos no pueden desarrollar completamente su disposición principal, la cual permanece por consiguiente un poco debajo de la marca que ellos habrían alcanzado si se hubieran desarrollado de modo unilateral. Por otra parte, han sido forzados por anticipado a hacer algo que en la segunda mitad de la vida ellos habrían tenido que hacer de todos modos. En el análisis, uno puede con frecuencia ayudar a las personas a desviarse hacia atrás al tipo original, y ellos son entonces capaces de restablecer alguna otra función muy rápidamente y alcanzar una etapa desarrollada, pues la disposición original es una ayuda en esa dirección. Ellos son como un pez que puede ahora retornar felizmente a su agua.
Lo que determina la disposición básica original no es conocido. Jung, en una breve descripción al final de los Tipos Psicológicos, dice que probablemente tiene una base biológica. ÉL señala, por ejemplo, las dos formas en las que una especie animal se adapta a la realidad: propagándose tremendamente con un mecanismo de defensa muy pequeño, por ejemplo en pulgas y piojos o conejos; o vigorizando en forma tremenda los mecanismos de defensa, como en erizos o elefantes, entre los cuales la propagación se reduce a un grado relativamente pequeño. De esta manera, ya en la naturaleza existen dos posibilidades para habérselas con la realidad externa: o usted mismo se defiende contra ella, manteniéndola a distancia mientras reconstruye o vigoriza su propia vida interponiendo un mecanismo de defensa contra la abrumadora realidad, o se derrama, por decirlo así, en ella y de ese modo, la vence o conquista –lo cual también se corresponde con los impulsos sexuales y de poder. La base es una de estas dos. Aquello sería un introvertido y un extravertido funcionando en la esfera biológica.
Cuando Jung publicó sus libros sobre los tipos, no se había dado a conocer mucho sobre el comportamiento animal, pero si usted estudia los libros modernos verá que entre los animales, en la mayoría de modelos de comportamiento, hay un mixtum compositum de factores internos y externos. En estos términos algunos aspectos del comportamiento animal vienen más de adentro, es decir, entran en juego sin ningún estímulo externo, mientras otro comportamiento animal depende más del estímulo externo. Es sabido que los monos antropoides superiores son incapaces de ejecutar el acto sexual a menos que hayan observado a otro mono y de ese modo aprendido, mientras que con otros animales sin haber visto alguna vez a animales de su especie apareándose, el instinto interior es suficiente. Pero si en un zoológico los monos superiores son criados sin que alguna vez hayan visto a un compañero consorte, de esta forma ellos permanecen ignorantes, lo mismo que un ser humano. Por tanto es obvio que el comportamiento de un animal depende en parte de un factor externo y en parte está condicionado por una disposición innata y que existe una interacción mutua entre los factores internos y externos.
Existe además algunas veces cierta incertidumbre en el comportamiento animal. Se han realizado experimentos incubando huevos de cigüeña evitando a los huevos tener contacto con el grupo social. Cuando los pájaros producidos de tales huevos son liberados en el tiempo que deberían volar a África del Norte, aquellas crías de huevos cuyo grupo vuela sobre Yugoslavia volarán sobre ese país, y aquellos producidos de huevos de pájaros que vuelan sobre España volarán sobre España a África –lo cual prueba que ellos confían completamente en su disposición innata interior la cual les dice cómo alcanzar África. Pero si una cría de cigüeña del grupo Yugoslavo se pone con los pájaros que vuelan sobre España, el pájaro volará con ellos y no seguirá su disposición innata. Esto muestra las dos posibilidades muy claramente: ser influenciado por los factores externos, por la influencia social de afuera, o simplemente seguir la disposición innata.
Otra gran pregunta siempre es si cuando un animal que ejecuta el acto sexual o lucha o se alimenta, está solo siguiendo un impulso o actuando como una máquina, o si tiene algo parecido a una representación interior. Adolf Portmann da un ejemplo especial que muestra que mientras que un animal está actuando instintivamente, puede tener representaciones internas de lo que hace. Las ideas y representaciones son palabras peligrosas que los zoólogos tratan de evitar, pero ellos admiten que en la así llamada mente de un animal son imágenes internas. Se han realizado experimentos con un pájaro solitario en una jaula en la cual no tenía oportunidad de poner en práctica su instinto natural para pelear. Otro pájaro de la misma variedad fue introducido en la jaula y los dos disfrutaron de una gran lucha. Esto es vitalmente importante para un animal macho; contribuye a su bienestar si puede luchar con otro macho de su especie. Después de un rato el enemigo fue removido de la jaula, pero más tarde el pájaro repitió toda la pelea con un pájaro imaginario en una esquina de la jaula, obviamente teniendo una imagen del otro pájaro en su así llamada mente. Existe una analogía –aunque las palabras humanas son peligrosas y Portmann tartamudea cuando da este ejemplo- pero podemos ciertamente decir que hay una forma previa de lo que llamaríamos una representación interior –una imagen de recuerdo. Es lo que uno mismo hace algunas veces: uno tiene una pelea con alguien y luego en el camino a casa uno repasa totalmente la cosa en la mente con esta persona.
Otra dificultad para definir el propio tipo o el de otras personas es que si la gente ya ha alcanzado la etapa de estar fastidiada con su función principal, con frecuencia le aseguran con absoluta sinceridad que ellos pertenecen al tipo opuesto del que realmente son. El extravertido jura que él es profundamente introvertido, y viceversa. Esto viene del hecho de que la función inferior subjetivamente se siente que es la verdadera. Se considera a sí misma la actitud más importante o auténtica, por tanto un tipo pensamiento, ya que él sabe que todo en su vida importa desde el aspecto del sentimiento, le asegurará a usted que él es un tipo sentimiento. En este caso, cuando se está tratando de encontrar el propio tipo, uno nunca debe preguntarse, “¿Qué es lo que más me importa?” sino mas bien “¿Qué es lo que más hago habitualmente?” Un extravertido puede ser constantemente extravertido pero le asegurará, y lo dirá de veras, que él es profundamente introvertido y que solo está interesado en el mundo interior. Eso no es un engaño, es como él se siente, pues sabe que aunque pueda ser solo por un minuto al día, en ese minuto en el cual él se introvierte está cerca de sí mismo: allí él es real.
Además en la esfera de la función inferior uno está agobiado, uno es infeliz, se hace un gran problema de uno, se está constantemente impresionado por las cosas, y por consiguiente, en cierto modo, la intensidad de la vida es con frecuencia mucho más grande en el reino de la función inferior, especialmente si la función superior está ya desgastada, de manera que naturalmente se tiende a definir el propio tipo de uno erróneamente. En la práctica, es más útil cuando uno quiere determinar el tipo preguntar cuál es la mayor cruz para la persona, dónde está su mayor sufrimiento, dónde siente que siempre se frustra y sufre el infierno. Eso por lo general apunta a la función inferior. Muchas personas, además, desarrollan dos funciones superiores tan bien que es muy difícil decir si la persona es un pensamiento-intuitivo o un intuitivo con buen pensamiento, pues las dos parecen ser casi igualmente buenas. A veces la sensación y el sentimiento están tan bien desarrollados en un individuo que usted tendría dificultad para acertar cuál es la primera, pero la persona intuitiva-pensamiento ¿sufre más por frustrarse con los hechos de la sensación o por los problemas del sentimiento? Aquí usted puede decidir cuál es la primera, con la otra bien desarrollada segunda función.
Yo presupongo aquí que se conoce el esquema de Jung de los tipos, en el cual las dos funciones racionales, pensamiento y sentimiento son opuestas mutuamente, y de la misma manera la intuición y la sensación, tal como se muestra en el diagrama siguiente.
Muy a menudo alguien dirá ingenuamente que es un tipo pensamiento y que ahora va a desarrollar su sentimiento, ¡qué ilusión! Si usted es un tipo pensamiento, usted primero puede ir a la sensación o a la intuición; esa es su elección, naturalmente influenciado por la disposición. A continuación pasa a la opuesta de las dos funciones secundarias y por último a la inferior, pero no puede cruzar directamente a la función opuesta. La razón es muy simple y es que ellas se excluyen entre sí por completo, son incompatibles. Tome el ejemplo de un funcionario quien tiene que planear la evacuación de la población de una ciudad de la mejor forma posible bajo determinadas condiciones. Desafortunadamente su propia esposa e hijos están en la misma ciudad. Si él cede a sus sentimientos, no desarrollará un buen plan racional. Él simplemente debe borrarlos de su mente y decirse a sí mismo que su trabajo ahora es planear la evacuación tan bien como pueda y considerará a sus propios sentimientos como sentimentalismo –es decir, los despreciará para liberarse a sí mismo. O de lo contrario tomará una decisión doble en la cual los demás tienen que ir en una dirección y su familia en otra, lo cual es desleal; pero es un hecho que en ciertas situaciones de la vida, el sentimiento y el pensamiento son bastante incompatibles y solo uno de los dos puede operar. Uno no puede hacer un salto directo desde la una a la otra, pero puede asimilar el pensamiento con la sensación o hacer que funcionen relativamente juntas muy fácil, y se puede combinar las otras dos con mucha facilidad, de manera que en el salto desde una función auxiliar a la otra usted no sufrirá tanto como si tuviera que saltar a la función opuesta, porque cuando uno tiene que pasar de la intuición a la sensación, se puede no obstante usar el antiguo pensamiento como juez, y cuando la intuición y la sensación pelean como locas, uno puede separarse de esa lucha por medio del pensamiento.
Tomemos como ejemplo práctico un tipo pensamiento quien de manera primaria acopla su pensamiento con su intuición. El filósofo Nietzsche es un caso. Uno es bastante dudoso frente al hecho de si él tenía muy buen pensamiento o muy buena intuición; esta última es la mayor en su caso, pero las dos están muy bien combinadas y se mueven juntas. Kant también estaría más bien en el lado pensamiento-intuición. Dicho filósofo, si él quiere ampliar su campo de consciencia, podría producir hechos. Por lo general un filósofo, después de haber desarrollado en la juventud (el introvertido infiere todo desde adentro) cierto concepto de sus ideas, tendrá la necesidad de confrontar sus ideas teóricas e intuitivas con los hechos. Allí él entrará en cierta tensión entre su intuición y el lado con el que mira los hechos, porque los dos no se mueven juntos tampoco, pero él no estará en el completo infierno porque si la tensión es demasiado mala, él siempre se puede separar de la situación y decidir por su pensamiento; solo cuando llega a la función opuesta él tiene que renunciar. La raíz de su anterior actitud del ego hacia la vida es excluida. En este caso usted no puede saltar directamente, pero si usted tiene que dar el salto, es útil si ya ha desarrollado las dos auxiliares, las cuales no batallan tanto dentro de usted, antes de tener que sacrificar la función principal. Naturalmente, toda su vida usted se topa con la una y con la otra, pero aunque se pueda chocar con el funcionamiento momentáneo en otro campo, eso no es lo que se quiere decir con asimilar o desarrollar otra función.
Si yo analizo un tipo pensamiento, nunca lo empujo al sentimiento de una vez; veo que las otras funciones sean asimiladas primero. Es un error olvidar la etapa intermedia, pues eso no funciona. Tome, por ejemplo, un tipo pensamiento que se enamora perdidamente de una persona completamente inadecuada debido a su sentimiento inferior. Si él ya ha desarrollado la sensación, lo cual implica cierto sentido de realidad y cierta cantidad de intuición –la capacidad para darse cuenta que hay gato encerrado- entonces no caerá en la tontería completa. Pero si él es un tipo pensamiento unilateral y se enamora de una persona inapropiada y no tiene sentido de realidad ni intuición, entonces allí sucederá lo que es tan bellamente representado en la película El Ángel Azul donde el profesor se convierte en un payaso de circo al servicio de una vampiresa, porque no ha habido campos intermedios de donde él pudiera asirse –él es golpeado por su función inferior. Pero si su analista pudiera ver que, si bien él aún no tiene mucho sentimiento, por lo menos ha desarrollado cierto sentido de realidad, entonces puede vencer la dificultad con esa función intermedia. Pienso que es algo para tener en cuenta si uno es un analista –que uno nunca puede saltar a la función inferior. Por supuesto la vida lo hace, ¡pues a la vida no le importa! Pero el proceso analítico no debe ir en esa dirección y normalmente no lo hace, si uno sigue las insinuaciones dadas en los sueños, pues uno ve que la tendencia del proceso es que el desarrollo debe estar en un movimiento serpentino, la manera normal en la que el inconsciente intenta levantar la función inferior.
Otra dificultad de las etapas tempranas, cuando se está desarrollando la función principal propia pero sin tocar todavía el problema de la función inferior, consiste en la tendencia en las familias a distribuir las funciones: un miembro es el introvertido de la familia y otro se convierte en el ingeniero práctico de la familia, un tercero es el visionario y profeta de la familia y así sucesivamente, y los demás felices desisten porque uno de los miembros puede hacerlo mucho mejor, así que ¿por qué molestarse si usted está derrotado ¡desde el comienzo!? Esto exalta maravillosamente los grupos vitales que funcionan bien y solo entran en conflicto cuando se desintegran. Existe una tendencia muy fuerte en la mayoría de las familias y también en otros grupos, a resolver el problema de la función distribuyendo las funciones y confiando en la buena función del otro. En el matrimonio, como Jung señaló, se tiende a casarse con el tipo opuesto, y de nuevo se está libre de la desagradable tarea de confrontar la propia función inferior, al menos así lo piensa uno por el momento. Esa es una de las grandes bendiciones y una fuente de felicidad en las primeras etapas de un matrimonio, cuando repentinamente todo el peso de la propia función inferior se ha ido y se vive en una encantadora unidad bendita con el otro ¡y todo el problema está resuelto! Es solo si uno de los compañeros muere, o si surge en uno de ellos la necesidad de desarrollar la función inferior en lugar de dejar esos aspectos de la vida al otro, que el problema comienza. Sin embargo con frecuencia en las primeras etapas del matrimonio se elige esta solución simbiótica y las personas no son conscientes de lo que están haciendo.
Lo mismo sucede además en la elección de los analistas. Con frecuencia las personas escogen el tipo opuesto como analista. Por ejemplo, el tipo sentimiento no puede pensar y por tanto admira a una persona que puede pensar; de esta manera busca un analista con una fuerte función de pensamiento. Pero eso no es recomendable, porque si usted está siempre con alguien que lo sabe todo tan bien, usted acaba desanimándose y renunciando por completo, y solo le dejará todo el pensamiento a los demás. Usted se siente muy feliz porque ahora el pensamiento está atendido, pero esto no es bueno. Jung, por ejemplo, siempre gustaba de enviar personas con los mismos puntos ciegos entre sí, pues él decía que si dos idiotas se sientan juntos y ninguno puede pensar, entonces ellos entrarán en un conflicto tal que ¡por lo menos uno de ellos comenzará a pensar! ¡No importa si es el analista primero o el paciente! Sería, por supuesto, lo mismo con las otras funciones; la persona solo se sienta y espera a que la otra lo haga. Entonces ¡algo podría ocurrir! Si uno va al tipo opuesto, esto es algo que debe tenerse en cuenta, y el analista que debería ser el más responsable, debe ser especialmente cuidadoso de no exhibir su función superior demasiado. Él debe entonces, contra su sentimiento real, pretender constantemente que no sabe o que se siente incapaz, o que no tiene idea, etc. Él tiene que renunciar a su función superior para no paralizar los primeros tímidos intentos que su analizando podría hacer en este campo, desaprobándolos por medio de su superioridad. Lo mismo es válido para un intuitivo. El intuitivo por lo general se mete en problemas con respecto a sus asuntos monetarios tales que si se encuentra a un compañero que se haga cargo de eso y haga el presupuesto de la renta y llene las formas de impuesto sobre las rentas por él, nunca se convertirá en el héroe que dice: “¡No, yo no puedo hacerlo, por lo tanto debo aprender, por favor déjamelo a mí!”. Él suspirará con alivio y lo arrojará todo sobre el escritorio del tipo sensación y se sentirá muy feliz, pero entonces nunca logrará ningún contacto con la realidad. Usted ve esta clase de asociación en el análisis y en la vida familiar así como en la vida tribal primitiva, donde el curandero en general es el introvertido-vidente del tipo intuitivo, quien cuida el enlace con el futuro y la germinación de las ideas y posibilidades. Además existe el tipo sensación quien es el buen y eficiente cazador o explorador, mientras que los caciques, que pertenecen a los tipos sentimiento y racional, guardan el orden ya sea con la función del sentimiento o con la función del pensamiento. Entonces nadie tiene que desarrollar nada; la gente solo se atiene a esas tribales funciones principales de la consciencia mientras que ellos permanecen en la dichosa inconsciencia.
También sucede que las personas desatracan las funciones inferiores sobre los sirvientes. En los países donde aún hay sirvientes, ¡eso se hace con el más grande regocijo! El sirviente es un símbolo conveniente para la función inferior y naturalmente la gente tiende a contratar a alguien que pueda hacer las cosas que ellos no pueden y que esté dispuesto a hacer las cosas de las que ellos desean zafarse, por consiguiente, escogerán al sirviente con ese punto de vista en la mente. Las secretarias también pueden desempeñar la misma función y, de este modo, usted puede archivar el problema de desarrollar las funciones retardadas; pero entonces tiene otros conflictos, porque todo el asunto permanece en la proyección y el sirviente se comporta con el empleador como la función inferior se comporta con la función superior: él aparentemente se somete ¡pero secretamente lo tiraniza! Las personas que no pueden cocinar o siquiera coser un botón, son tiranizadas por una criada quien en virtud del hecho de que ella puede hacer estas cosas, lo decide todo. No puede ser desechada porque el empleador estaría perdido sin ella, en estos términos ellos son tiranizados desde el exterior de la misma manera como lo serían desde su propia función inferior interna. Muchos de los así llamados problemas sociales son realmente el problema proyectado de la función inferior, el cual con frecuencia se representa en los sueños bajo la apariencia de las personas de los estratos simples de la población o los obreros. El inconsciente los usa como un símil para mostrar qué de la función inferior ha persistido en ese nivel, pero las personas no entienden esto y proyectan, pues desprecian y temen a los obreros al mismo tiempo. Se puede decir que alguien que no tiene desahogo y que no conoce su propia función inferior es socialmente desadaptado. Él no puede armonizar con la gente simple y tenderá a tener problemas o a supeditarlos, porque les teme en secreto. Desde luego en las organizaciones sociales donde existen minorías raciales, hay una tendencia incluso más grande de parte de la mayoría a proyectar la función inferior. En tal caso surge incluso el hermoso hecho simbólico de que la función inferior es, por así decirlo, de otra raza, verdaderamente muy diferente de uno mismo; se siente extraña y diferente de lo que uno es, de manera que una persona de otro medio racial es un gancho apropiado sobre el cual colgar la proyección, y eso perturba las relaciones sociales en sumo grado. Por tanto, desarrollar la función inferior propia es, en cierto modo, una obligación social también. Hasta que uno haya hecho esto y se haya ocupado de la propia función inferior, se tenderá al comportamiento unilateral y asocial, porque esa es la manera original. Tome las cuatro castas de la India, por ejemplo: usted solo distribuye ciertas funciones y por consiguiente se mantiene alejado de los problemas manteniendo así su unilateralidad.
Al bosquejo general de la función inferior también pertenece el hecho de que ésta es por lo general lenta en contraste con la función superior. Jung la llama infantil y tiránica. Esta lentitud es de hecho uno de los grandes problemas de la función inferior, lo cual es una razón de por qué las personas odian comenzar a trabajar sobre ella, pues la reacción de la función superior se manifiesta en forma rápida y bien adaptada mientras que muchas personas no tienen idea de dónde está realmente su función inferior. Por ejemplo, los tipos pensamiento no tienen idea de si ellos tienen sentimiento o qué clase de sentimiento es. Ellos tienen que sentarse durante media hora y meditar en cuanto a si tienen algún sentimiento acerca de algo, y si es así, qué es. Si usted pregunta a un tipo pensamiento qué siente, él por lo general responde con un pensamiento o da una rápida reacción convencional, y si usted luego insiste en saber qué en realidad siente, él no sabe, y desarraigarlo de sus entrañas, por así decirlo, puede tomar media hora. O si un intuitivo llena una forma de impuestos, necesita una semana donde a otras personas les tomaría un día. Él simplemente no puede hacerlo, o si lo hace con precisión, se demora eternamente. Conozco una mujer introvertida intuitiva -¡ir con ella a escoger una blusa! ¡Nunca más! Toma una eternidad, ¡hasta que la tienda entera enloquece! Pero ello no puede acelerarse y no ayuda impacientarse. Es terrible, y naturalmente eso es tan desalentador respecto a desarrollar la función inferior, porque uno no tiene el tiempo.
A veces las personas tienen dos funciones muy altamente desarrolladas y las otras dos están muy subdesarrolladas. Eso sucede cuando un temperamento muy fuerte e impulsivo logra que el desarrollo de la función principal marche muy bien. Puede decirse que esa es la desventaja de la eficiencia. Las personas perezosas nunca tienen tales funciones tan fuertemente divididas como las personas eficientes, de manera que las personas perezosas tienen su peculiaridad – ¡por sí mismas! Ellos nunca exageran la unilateralidad, la eficiencia de la función principal, y entonces desde luego las otras funciones no están completamente tan sumergidas. Existe también otro punto que nunca se debe olvidar: esta teoría de las funciones no dice nada sobre el nivel cualitativo. Por ejemplo, un tipo sensación puede no ser un ingeniero particularmente eficiente o práctico, mientras que otro tipo sensación podría ser muy altamente diferenciado. El nivel cualitativo total de la personalidad puede ser muy diferente, y hay muchos tipos pensamiento que no se vuelven Einstein, a pesar de que el pensamiento sea su función principal. Así, si nosotros decimos que este es tal o cual tipo, ello se refiere simplemente al funcionamiento habitual y no a su cualidad.
El nivel de la cualidad parece ser un asunto otorgado. Hay un viejo dicho que dice que usted no puede hacer un bolso de seda de la oreja de una marrana, pero por otra parte es muy peligroso juzgar prácticamente desde el comienzo diciendo que este chico nunca llegará muy lejos, o que no progresará mucho. Algunas veces ocurren cosas bastante sorpresivas. Es muy difícil juzgar el nivel de manera práctica, pero yo diría que existe algo como un nivel que no puede ser trascendido y que es más o menos innato.
A veces por medio del tratamiento analítico usted puede mejorar el nivel general inesperadamente. Sin embargo, usted nunca puede probar científicamente que lo ha hecho. Puede cuando bien decir que ese nivel existía y que estaba simplemente obstaculizado en la salida. Usted no puede resolver la cuestión. Según el resultado, usted puede decir que el análisis puede desarrollar el nivel cualitativo, o que éste estaba allí y que el proceso simplemente ha removido el obstáculo.
Hoy día damos demasiada importancia a las pruebas C. I. (Cociente de Inteligencia). Yo diría que existe también un “C. I. del sentimiento”. Los franceses tienen una expresión que habla de la intelligence du coeur –la inteligencia del corazón. Existen personas que no pueden pensar pero que tienen una tremenda inteligencia del corazón y son entonces considerados en general altamente inteligentes, no obstante su inteligencia reside en el corazón, por así decirlo. Las mujeres con frecuencia tienen esta inteligencia del corazón y se echan al bolsillo a un muy inteligente esposo con ella. Lo mismo funciona para la intuición y la sensación. Todas ellas pueden ser altamente inteligentes, ¡o bastante estúpidas! Esa es la razón por la que nosotros preferimos hablar de la diferenciación de las funciones, más bien que del C. I. de una persona.
NOTAS
(1)   C. G. Jung, Psychological Types, CW 6 (1971).
(2)   Ibíd., paras. 628ss.
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viernes, 21 de enero de 2011

Intuición y Sentimiento inferiores


Marie-Louise von Franz

CAPÍTULO 2. - DESCRIPCIÓN PRÁCTICA DE LA CUARTA FUNCIÓN
La Intuición Inferior del Tipo Sensación Extravertido
Este es el final de mi reseña general sobre el problema de la función inferior. El próximo paso será dar a ustedes una corta descripción de la traza que tiene en cada tipo la función inferior en la vida práctica, de suerte que usted pueda relacionarla con la experiencia en su propia vida. Me gustaría empezar con la intuición del tipo sensación extravertido. No voy a describir el tipo sensación extravertido sino solo cómo la intuición inferior opera en dicho tipo. Me concentraré en el tema de lo que su intuición inferior hará en su caso y examinaré detenidamente los ocho tipos posibles de este modo. Sin embargo no puedo evitar en primer lugar darle un breve esbozo del tipo en general y luego cambiaré a lo que hace la función inferior en esta disposición.
El tipo sensación extravertido está representado en alguien en quien el talento y la función especializada es percibir y relacionarse con los objetos externos de un modo concreto y práctico. Dichas personas observan cada cosa, olfatean todo y al entrar a un cuarto saben prácticamente de manera inmediata cuántas personas están presentes. Usted siempre puede preguntarles si la señora fulana de tal estaba allí y que llevaba puesto. Si usted hace tal pregunta a un intuitivo, el diría que no lo había notado y que no tenía idea, ¿y qué tenía ella puesto? ¡Es asombroso que la gente normalmente no vea! El tipo sensación es, relativamente, un maestro del pasado para notar tales cosas. Existe la famosa historia de un profesor de jurisprudencia quien intentó demostrar a sus estudiantes la falta de fiabilidad de los testimonios. Él hizo que dos personas entraran al salón de clases de la universidad e intercambiaran unas pocas frases, después de lo cual comienzan a pelear entre sí. Él las detiene y luego dice “ahora, damas y caballeros, por favor escriban exactamente lo que ustedes atestiguaron”. Luego resultó que toda la riña había sido preparada, de manera que el profesor tenía un registro exacto de lo que se había dicho. Pero prácticamente nadie fue capaz de dar cuenta exacta y objetiva de lo que había sucedido. Todos ellos perdieron algunos puntos. Basado en este incidente preparado, el profesor trató de demostrar a sus estudiantes que ellos no debían confiar demasiado en la atestiguación ocular. Esta historia ilustra la enorme relatividad individual de la sensación: algunos son más y otros menos talentosos para ella. Yo diría que el tipo sensación extravertido puntuaría lo más alto en este campo y probablemente perdería menos puntos y daría relativamente la mejor cuenta de la escena, mientras que el intuitivo introvertido probablemente solo recordaría unas pocas frases y habría visto trompetazos intercambiados, pero no sabría quien lo comenzó todo ni nada más.
El tipo sensación extravertido es el mejor aparato fotográfico, por decirlo así. El puede, rápida y objetivamente, relatar hechos externos, razón por la cual usted encuentra este tipo entre los buenos montañeses, ingenieros, gente de negocios, etc., todos los cuales tienen una amplia y precisa consciencia de la realidad externa en todas sus diferenciaciones. Este tipo reparará sobre la textura de las cosas –sea seda o paño- pues él tendrá el tacto para lo material; en este caso el buen gusto estético por lo general está presente también. Jung dice que tales personas muy frecuentemente dan una impresión externa de ser bastante desalmados. Ustedes todos pueden haber conocido a dichos tipos de ingenieros desalmados, donde uno tiene la sensación de que el hombre está absolutamente dedicado a las máquinas y sus grasas y así sucesivamente y ve todo desde ese ángulo. Él no produce sentimientos y no parece pensar mucho tampoco, y la intuición está completamente ausente, pues eso para él es precisamente solo el reino de la loca fantasía. El tipo sensación extravertido llama a todo lo que se aproxima a la intuición fantasía demente, completa imaginación idiota y algo que no tiene nada que ver con la realidad. Él puede incluso no gustar de la reflexión, pues si él es muy unilateral, llamará a eso siempre entrar en lo abstracto en vez de marchar con los hechos.
Yo tuve dicho tipo sensación extravertido como profesor en ciencias naturales. Usted nunca podía preguntarle una cuestión teórica general, pues él llamaría a eso huir en el pensamiento abstracto, y diría que uno debe adherirse estrictamente a los hechos –mire el gusano y vea como luce y luego dibújelo, o mire en el microscopio y describa lo que usted ve allí. Eso es ciencia natural y todo el resto es fantasía, teoría y tonterías. Él era muy bueno para explicar cómo las fábricas elaboran ciertos productos químicos, y yo todavía sé el proceso Haber-Bosch de memoria, pues él me lo martilló, pero cuando llegó a la teoría general de la inter-relación de los elementos etc., no nos enseñó mucho. Dijo que eso era aún incierto en la ciencia y que era una teoría que cambiaba cada año y estaba en constante evolución. Así, él pasó por alto ese aspecto del trabajo. Todo lo que puede haber sido un presentimiento o una conjetura, o todo lo intuitivo, aparece en un tipo donde la sensación está diferenciada, de una manera desagradable. Es decir, si este hombre tuviera intuiciones siquiera un poco, ellas serían de una clase sospechosa o grotesca. Por ejemplo, una vez en una forma bastante asombrosa se aventuró en la grafología, y un día yo le llevé una carta escrita por mi madre excusándome por no haber podido venir al curso porque había tenido gripa. Él miró el escrito y dijo, “¿tu madre escribió eso?” Yo dije que sí, y él dijo, “¡Pobre niña!” ¡Solo infirió lo negativo! Él era así. Él lograba encajes sospechosos de sus colegas y los niños en su clase. Usted podía ver que él tenía alguna especie de intuición obscura de algo sombrío, pues su intuición, siendo inferior, era como un perro sollozando en los tarros de basura y lugares así –él estaba interesado solo en la ropa sucia. Esta clase inferior de intuición era muchas veces correcta, ¡pero algunas veces completamente equivocada! Algunas veces él solo tenía ideas de persecución –sospechas oscuras sin ningún fundamento. Un tipo que es tan seguro y exacto sobre el nivel factual puede de repente volverse melancólico, tener premoniciones sospechosas, ideas de posibilidades oscuras, y no se sabe cómo repentinamente éstas se descubren. Es decir cómo la intuición inferior apareció en su caso. Ahora bien, ya que él era un tipo sensación extravertido, sus intuiciones estaban más en un nivel introvertido. Esa advertencia, “pobre niña,” estaba por casualidad vuelta hacia un objeto externo, es decir hacia mí y el manuscrito de mi madre, pero normalmente, en el caso del tipo sensación extravertido, la intuición inferior gira alrededor de la posición subjetiva del tipo sensación, muy frecuentemente en oscuros sentimientos o corazonadas o premoniciones acerca de enfermedades que él podría obtener u otras desdichas que podrían sucederle. Eso quiere decir que la intuición inferior es, en general, egocéntrica, está vuelta hacia el sujeto pero con una cualidad egocéntrica en ella, y a menudo tiene esta clase de actitud negativa, despreciativa. Si usted logra sutilmente que dichas personas se emborrachen, o si están muy cansados, o si los conoce íntimamente de suerte que revelen su otro lado, si ellos producen intuiciones, pueden producir las más asombrosas, misteriosas y pavorosas historias de fantasmas.
Yo conocí a una mujer quien era una de los más grandes montañistas en Suiza. Ella era evidentemente un tipo sensación extravertido y solo consideraba los hechos concretos y todo era debido a causas naturales, por supuesto. Ella podía ascender sola las cuatro mil montañas, no solo en Suiza sino en todo el rango de los Alpes –los franceses, los de Savoya, y los Alpes austriacos también. Pero después en las noches oscuras en la cabaña, con una buena chimenea ardiendo, ella se cambiaba y le contaba las más pavorosas y horribles historias de fantasmas del tipo que usted normalmente oiría entre los pastores y campesinos. Era completamente maravilloso ver esta primitiva y asombrosa fantasía salir de ella. A la mañana siguiente cuando ella se ponía sus botas, reía a carcajadas de todo y decía que ¡eran todas tonterías! Pues entonces, de manera instantánea ella se devolvía abruptamente a su función superior y se reía de lo que había dicho la noche anterior. Lo mismo era cierto para el hombre que mencioné antes, pues en las excursiones escolares él de repente se desviaba al otro lado y te contaba los eventos fantásticos y extraordinarios que aparentemente había experimentado. Siempre es una especie de experiencia personal, un evento personal, dirigido a la persona misma, lo cual demuestra la introversión de la intuición; lo que dicha persona intuye en dicha situación es parte de su problema y situación personal.
Otro aspecto de la intuición inferior en un tipo sensación extravertido es una repentina atracción por la antroposofía, la teosofía o algún otro coctel de la metafísica oriental, por lo general de un carácter más bien poco realista y metafísico. De repente ingenieros muy realistas y gente que usted pensaría son las personas que más improbablemente se unirían a un movimiento tal y con una mente completamente acrítica llegan a perderse completamente en él. Esto se debe a que su intuición inferior tiene dicho carácter arcaico. En sus escritorios, para su gran asombro usted encontrará escritos místicos, pero de una calidad más bien de segunda clase. Si usted les pregunta si ellos escribieron eso, dirán que son solo tonterías pero que eso les ayuda para dormir –es decir ¡cuando la función principal aún niega a la función inferior! Si, por ejemplo, usted le pregunta a los antroposofistas en Dornach quiénes abastecieron el dinero para sus edificios, encontrará que éste vino precisamente de tales personas tipo sensación extravertido. En conjunto, usted puede decir que la nación americana, por ejemplo, tiene una gran cantidad de tipos sensación extravertidos, es por eso que, por otra parte, dichos movimientos extraños prosperan especialmente bien en los Estados Unidos, en más alto grado que en Suiza, por ejemplo. En la ciudad de Los Ángeles usted puede encontrar prácticamente toda clase de secta fantástica, y le son contadas una multitud de historias irreales de carácter bastante dudoso.
Yo recuerdo una vez que analicé dicho tipo, y durante el día, en medio de otra hora, repentinamente recibí una llamada telefónica de él. El hombre estaba sollozando al otro lado del teléfono y dijo que estaba agobiado: “¡ocurrió –no puedo contarle, estoy en peligro!”. Ahora bien, esta no era una persona histérica, y no tenía una psicosis latente ni nada por el estilo, por consiguiente usted nunca esperaría de él que se comportara de este modo. Yo estaba absolutamente asombrada y le pregunté si sería capaz de ir a la estación y comprar un tiquete para venir a Zúrich –él vivía en otro pueblo de Suiza. Él dijo que pensaba que podía arreglárselas, entonces le dije que viniera. En el momento en que llegó, él se había devuelto abruptamente a su sensación superior y me trajo una canasta de cerezas, las cuales comimos juntos alegremente. Yo dije: “¿Y ahora qué?”. Sin embargo ¡él no podía siquiera contarme! Porque al llegar a la estación y comprar las cerezas, había regresado al nivel superior de nuevo. Él había sido atacado durante un minuto desde el otro nivel, y la única cosa que yo saqué de él fue cuando dijo: “¡Por un minuto supe lo que era Dios! ¡Es como si yo hubiera comprendido a Dios! Y ello me sacudió tanto que pensé que enloquecería, y ahora se ha ido de nuevo. Yo lo recuerdo, pero ya no puedo transmitirlo y ya no estoy más en ello.” Allí, por la vía de la función inferior, la intuición, él de repente tuvo todo el inconsciente colectivo y el Sí Mismo, y todo. Por un minuto –como un destello de luz- todo emergió y sacudió completamente la parte superior de su personalidad, pero él no pudo contenerlo. Ese era el primer comienzo del advenimiento de la intuición inferior, lo cual demuestra tanto su aspecto tremendamente creativo y positivo, como el peligroso. La intuición tiene esa cualidad de conducir una cantidad formidable de contenidos significativos de manera simultánea. Usted ve todo el acontecimiento en un minuto, en un segundo, y eso había surgido por un minuto –y luego se fue de nuevo. Allí estaba él, mascando enérgicamente cerezas, de vuelta en su mundo de la sensación extravertida bastante insípido, ordinario. Ese sería un ejemplo de la primera aparición auténtica de la intuición inferior en dicho tipo.
Entonces viene el gran peligro de lo que yo llamo el dominio de la función superior sobre la inferior. Yo conocí a un tipo sensación extravertido, un muy eficiente constructor y buen negociante –un advenedizo- quien había hecho una enorme cantidad de dinero. Él era muy práctico pero construía casas horribles. Solo los artefactos dentro de ellas eran perfectos, por lo cual a la gente le gustaba vivir allí, incluso desde un punto de vista artístico las casas eran horribles. Él era un buen esquiador, vestía muy bien, admiraba las mujeres, y tenía la clase de sensualidad refinada de la cual puede disponer un tipo sensación extravertido, con buen gusto por la comida, etc. Este hombre cayó en manos de una intuitiva mujer veinte años mayor que él. Ella era una salvaje, una figura materna fantástica y enormemente gorda, la cual en su caso representaba falta de disciplina; los tipos intuitivos introvertidos son, con frecuencia, terriblemente inmoderados, excesivos en sus límites razonables tanto físicamente como psíquicamente, lo cual tiene que ver con su sensación inferior. Esta mujer vivía sólo en sus fantasías y era en absoluto incapaz de mantenerse a sí misma financieramente, por lo cual era la unión típica donde el hombre proveía el dinero y cuidaba el aspecto práctico de la vida y la mujer todo el aspecto de la fantasía. Una vez fui a esquiar con él, ¡pero nunca más! –¡me pudrí de aburrimiento! La única cosa acerca de la cual él podía hablar de un modo interesante era sus negocios, pero él no hablaba de eso a las mujeres, y de otro modo él no tenía nada que decir excepto ¡que el sol era agradable y la comida no era mala! Para mi gran sorpresa, este hombre me invitó a los antropósofos en Dornach para ver una obra. El teatro llamado el Goetheanun era su otra madre “espiritual” y guardaba una gran atracción por éste. Él estaba absolutamente agarrado por la obra, tan conmovido que estaba completamente aniquilado. Yo lo observaba de vez en cuando y me preguntaba qué le pasaba a este hombre, pues estaba absolutamente arrobado. Después yo no tuve tacto suficiente para decir que la obra era demasiado elevada para mí y que ¡lo que yo estaba anhelando era un buen bistec! Él estaba escandalizado fuera de sí ¡por mi materialismo! yo solo tenía 18 años en ese momento pero sería más prudente después de esto para no hacer tales observaciones. Sin embargo así era como este tipo de intuición inferior funcionaba. Por una parte era proyectada sobre esta mujer y por otra parte allí estaba Dornach. Él intentó romper con la mujer, habiéndose dado cuenta de la relación madre-hijo, y esperaba depositar su intuición inferior en Dornach en su lugar. Ese fue ciertamente un paso adelante a fuerza de haberla proyectado sobre una figura materna, pues al menos era un intento de asimilarla en un nivel interior, razón por la cual mi observación fue tan especialmente falta de tacto. Cómo resultó el intento no tengo idea, pues perdí contacto con él, pero uno nunca debe hacer observaciones despreciativas o dolorosas si la gente se manifiesta con su función inferior.
Otro ejemplo de la intuición inferior introvertida, pero ahora realmente inferior, ilustra la forma repugnante y el abismo desesperado al cual la función inferior puede conducir. Recientemente, en una publicación de ciencia ficción estadounidense, leí la historia de un hombre que inventó un aparato con el que las personas podían ser desmaterializadas y luego re-materializadas. Con él, el operador podía estar en un lugar y podía enviar ondas electrónicas a través del espacio las cuales re-materializarían a las personas en el otro extremo. El podía, por ejemplo, estar en Zúrich y luego materializarse en New York. Por medio de tal aparato sería posible prescindir de los aeroplanos, máquinas y similares. Primero él experimentó con ceniceros, pero eso no funcionó, y luego más tarde con una mosca; unos pocos errores ocurrieron al comienzo, pero después del ajuste de unos alambres pareció funcionar con la mosca. En caso de que algo saliera mal, él decidió que sería la primera víctima, entonces se metió dentro del aparato. Desafortunadamente, el experimento se atascó en el camino y él salió por el otro extremo ¡con una enorme cabeza de mosca! El trató de contactar a su esposa y, cubriendo su cabeza con una prenda de modo que ella no pudiera verla, le dijo que ella debía tratar de liberarlo, y le dio varias instrucciones, pero nada funcionó. Finalmente, en la desesperación, él le pidió que lo matara, sin benevolencia con él, lo cual ella hizo. Después la historia solo se convierte en una del tipo criminal usual. Cuando él está muerto y enterrado, la mujer enloquece y es internada en un asilo, pero luego se halla a la mosca, de suerte que todo podría haber salido bien después de todo, pero es demasiado tarde. El proceso, sin compasión, ha metido a la mosca en una caja de fósforos, la cual se deposita sentimentalmente en la tumba, y una inscripción reza que el fallecido era “un héroe y una víctima de la ciencia”. Yo le he ahorrado a usted la mayoría de los detalles repugnantes y perversos de la historia, los cuales son expuestos con gran placer.
Allí usted ve cómo la intuición inferior toma forma en un tipo sensación. Ya que la historia es escrita por un tipo sensación, se enmascara como sensación completamente práctica. La mosca representaría la intuición inferior que se mezcla con la personalidad consciente. Una mosca es un insecto diabólico. En general, las moscas representan fantasías involuntarias y pensamientos que lo fastidian a uno y zumban alrededor de nuestra cabeza, y que no puede uno ahuyentar o disipar. Aquí, este hombre se encuentra atrapado y victimizado por una idea que envuelve incluso asesinato y demencia, ya que él induce a su esposa a asesinarlo. Para salvar su vida ella es internada en un manicomio donde pasa su tiempo tratando de atrapar moscas, esperando encontrar lo único que podría ser una parte de su esposo. Al final de la historia el comisionado de policía habla con el autor y dice que la mujer, después de todo, estaba simplemente loca, y se nota que él representaba el sentido común colectivo –el veredicto finalmente adoptado por el escritor, que dice que todo esto es solo demencia.
Si en vez de proyectar además, el escritor hubiera establecido la continuidad de su función inferior en su consciencia, y la hubiera liberado de su sensación extravertida, entonces habría salido a la luz una historia realmente pura y limpia. En las fantasías auténticas, tales como las de Edgar Allan Poe y el poeta Gustav Meyrinck, la intuición se establece por derecho propio, pues estas fantasías son altamente simbólicas y pueden interpretarse de un modo consistente. Pero un tipo sensación siempre quiere concretizar sus intuiciones de algún modo.
La Intuición Inferior del Tipo Sensación Introvertida
Primero debo discutir la función principal del tipo sensación introvertida. Hace muchos años, en el Club de Psicología, tuvimos una reunión en la que a los miembros se les solicitó describir su tipo en sus propias palabras, en lugar de solo citar el libro de Jung sobre los tipos psicológicos. Los miembros fueron para describir cómo experimentaban ellos su propia función superior, y yo nunca he olvidado un excelente artículo que Emma Jung cedió, pues fue solo después de escucharlo que yo sentí que entonces entendía el tipo sensación introvertida mejor que como lo había entendido antes. Describiéndose a sí misma, ella decía que el tipo sensación introvertida es como una placa fotográfica sumamente sensibilizada. Cuando alguien entra al cuarto, dicho tipo nota el modo como la persona entra, el pelo, la expresión de la cara, la ropa, y el modo como la persona camina. Todo esto obra un impacto tremendo y muy preciso sobre el tipo sensación introvertida, quien está tan altamente sensibilizado que todo detalle es absorbido. La impresión llega desde el objeto al sujeto, es como si una piedra cayera en el agua profunda: la impresión cae cada vez más profundo y se hunde. Exteriormente, el tipo sensación introvertida parece absolutamente estúpido. Él solo se sienta y mira fijamente, y usted no sabe qué está pasando dentro de él, pues él luce como un pedazo de madera sin reacción en absoluto –a menos que reaccione con una de las funciones auxiliares, pensamiento o sentimiento; pero internamente la impresión está siendo absorbida.
El tipo sensación introvertida por tanto da la impresión de ser muy lento, lo cual no es el caso; es solo que las rápidas reacciones interiores continúan debajo y la reacción externa entra de modo retardado. Estas son las personas que, si dijeron una broma en la mañana, probablemente reirán de ella a la medianoche. El tipo es a menudo juzgado mal y malentendido por los otros a su alrededor porque uno no se da cuenta de lo que pasa en el interior. Si dicho tipo puede expresar sus impresiones fotográficas en forma artística, entonces ellas se pueden reproducir en pinturas o en escritos. Yo tengo la fuerte sospecha de que Thomas Mann era un tipo sensación introvertida. Él puede describir maravillosamente cada detalle y dar toda la atmósfera de un cuarto o una personalidad, como por ejemplo, en La Montaña Mágica.
La intuición inferior de este tipo introvertido es, en cierto modo, similar a la del tipo sensación extravertida, pues también tiene una muy misteriosa, pavorosa y fantástica vida interior, sin embargo está más interesado en el impersonal mundo externo colectivo. Con el constructor yo mencioné, por ejemplo, que usted puede ver que él es un tipo sensación extravertida. Él recoge intuiciones que le interesan a él mismo. En su sensación extravertida él está interesado en el mundo externo colectivo–en el constructor de caminos, o el constructor de grandes casas, pero su intuición se aplica a sí mismo y se mezcla con sus problemas personales. Con el tipo sensación introvertida, el movimiento desde los objetos viene hacia él. Las novelas de Thomas Mann tienen un carácter muy subjetivo, mientras que su intuición está interesada en los eventos que tienen lugar en el fondo –él recoge las posibilidades y el futuro del mundo externo.
He visto precisamente en el material de un tipo sensación introvertida lo que yo llamaría material muy profético –fantasías arquetípicas que principalmente representan no solo los problemas del soñante sino también aquellos de su tiempo. La asimilación de estas fantasías es muy difícil porque existe la misma dificultad que con el tipo sensación extravertida, a saber que la sensación es una función con la que nosotros comprendemos el aquí y ahora. El aspecto negativo de la sensación es que el tipo se atasca en la realidad. Como Jung escribió una vez: para ellos el futuro no existe, las posibilidades futuras no existen, ellos están en el aquí y ahora, y existe una cortina de hierro delante de ellos. Ellos se comportan en la vida como si ésta siempre fuera a ser lo mismo que es ahora; son incapaces de concebir que las cosas puedan cambiar. La desventaja del tipo es que cuando sus tremendas fantasías interiores fluyen, la persona tiene gran dificultad para asimilarlas a causa de la exactitud y la lentitud de la función consciente. Si dicho tipo está dispuesto de manera absoluta a tomar su intuición seriamente, se inclinará a intentar registrarla con esmero. Pero ¿cómo puede usted hacer eso? La intuición llega como un relámpago, y ¡si usted intenta registrarla, se aleja! Entonces él no sabe cómo tratar el problema y atraviesa zozobras porque la única forma en la cual la función inferior puede ser asimilada es liberando el dominio de la función superior.
Yo conocí una mujer tipo sensación introvertida quien por muchos años había pintado los contenidos de su inconsciente de manera muy precisa. Le tomaba cerca de tres semanas completar una pintura. Las pinturas eran absolutamente bellas y logradas en cada detalle, pero, como le oí decir después, ella no pintaba ya los contenidos de su inconsciente como éstos venían, sino corregidos, mejorados y refinados. Ella decía: “yo naturalmente los mejoraba en forma estética”. Lentamente la necesidad de asimilar la función inferior se volvió imperativa, y sus sueños le habían dicho que ella debía producir sus pinturas y tomar los colores exactamente como eran, no obstante toscos, y simplemente ponerlos sobre papel rápidamente. Cuando yo traduje el mensaje de sus sueños de este modo, ella entró en pánico y dijo que no podía, que era imposible. Haberle puesto las cosas así fue como noquearla; ella no podía hacerlo pero continúo pintando en su forma usual. Las pinturas Zen japonesas pueden dar la esencia de una imagen del interior, lo cual sería lo opuesto del trabajo de esta mujer. Ella no lograba la exactitud desde el interior y no podía hacer lo que sus sueños indicaban, y tenía una tremenda batalla, pues no podía desistir de la función superior y el detalle exacto. En este caso, ella cada vez más extraviaba a la llegada de la intuición inferior pues no podía registrarla cuando y como ésta llegaba.
Así es como luce la lucha entre la función superior e inferior en el tipo sensación introvertida. Si usted intenta forzarlos para asimilar la intuición demasiado rápidamente, ellos tienen síntomas de vértigo o mareo. Es un poco como estar en el mar o en un aeroplano; ellos se sienten arrebatados del sólido piso de la realidad, y ya que están tan pegados allí, tienen síntomas reales de vértigo o mareo, o se vuelven frívolos desde una base puramente psicológica. Yo conocí un tipo sensación introvertida que tenía que ir a la cama para hacer imaginación activa, pues de otro modo se sentía exactamente como si estuviera en un bote y se mareaba. Ella sentía como si el piso sólido estuviera disolviéndose bajo sus pies. Naturalmente, si usted no es ese tipo, usted está más bien divertido, pero de nuevo aquí existe la posibilidad de que la función superior se apodere de la inferior. Un maravilloso ejemplo es el pintor Suizo Heinrich Füssli, quien se volvió famoso en el último siglo y fue a la corte Inglesa. Él era obviamente un tipo sensación extravertida, y su función inferior surgió en los temas más fantásticos. El pintó un maravilloso cuadro del Sueño de Una Noche de Verano de Shakespeare –este luminoso y fantástico cuento de hadas. El tema lo atrajo porque era completamente fantástico, pero en vez de pintarlo como había llegado desde el interior, hizo un pequeño estudio de éste y mezcló y pegó su intuición de una forma muy sensitiva. En el cuadro Titania está despertando y mirando el asno de quien ella está enamorada y ella ¡solo mira con asombro! Las hadas y brujas y su amante están todos allí mirándola, es un bello cuadro pero pintado de un modo clásico, con demasiado detalle de carne y vestimenta, e incluso con cada cabello pintado sobre la cabeza del asno, por lo cual esa pintura pierde justamente la atmósfera que debería transmitir, a saber aquella del mundo del sueño. Entonces, en cierto modo, falla completamente, y Füssli, a pesar de sus talentos, nunca se convierte en un pintor realmente famoso. El cuadro muestra cómo él arruinó sus propias oportunidades por no desistir de su función superior. Él debía haber pintado rápidamente con toda la vaguedad del mundo de los sueños, pero en lugar de ello cayó en su función superior e hizo un cuadro, poniendo las uñas de los pies de cada figura y así sucesivamente, por lo que la pintura se volvió fría y perdió su carácter dinámico.
Ya que la función superior del tipo sensación introvertida es introvertida, su intuición es extravertida y por tanto está generalmente impulsada hacia afuera por los eventos externos. Tal tipo podría, mientras baja por una calle, ver un cristal en una vitrina, por ejemplo, y su intuición podría inmediatamente captar su significado simbólico, o todo el diluvio del significado simbólico del cristal entraría a su mente, pero aquello habría sido impulsado por el evento externo, ya que su intuición inferior es esencialmente extravertida. Naturalmente, él tiene las mismas malas características del tipo sensación extravertida pues en ambos tipos las intuiciones son, muy frecuentemente, de un carácter siniestro, con oscuras premoniciones –que una guerra atómica pronto estallará, que la gente a su alrededor morirá de cáncer, y además recogen el chismorreo negativo. La fantasía material tiende a ser de un carácter siniestro y si no se trabaja sobre ella, los contenidos proféticos que rompen a través de ella serán pesimistas y negativos.
Todas las funciones inferiores escindidas tienen una tendencia a ser compulsivas y a crear ideas de persecución. Usted encuentra eso además en el tipo pensamiento, por ejemplo. La función inferior es siempre el vehículo para las ideas de persecución, por tanto siempre hay que tener cuidado con ella. Si la intuición se extravía, uno está poseído por fantasías sensuales del tipo más sexual y ordinario, como una rata resollando alrededor de los basureros. Siempre, cuando la gente se siente minada y perseguida, es probable que la función inferior haya pasado a la clandestinidad y esté persiguiendo y socavando a la función superior, pues aquella es siempre la puerta por la cual tales cosas oscuras entran. Los intuitivos están enfrascados con toscas fantasías, pues ellos descuidan la sensación demasiado. Sin embargo cuando los presentimientos o intuiciones del tipo sensación aparecen, dan este oscuro sentimiento de algo inminente en alguna parte y están en consecuencia teñidos de temor. No obstante uno debe ser cuidadoso porque solamente el evento puede demostrar si una profecía era cierta o no. Las premoniciones de una guerra atómica no pueden ser expresadas para ser incorrectas y simple intuición inferior; ¡ellas podrían ser ciertas! Solo retrocediendo en la historia puede usted ver si ellas estaban equivocadas y si eran solo intuición negativa. Los profetas de la Biblia se volvieron inmortales solo porque estaban en lo correcto, por tanto ellos fueron probablemente no tipos sensación sino intuitivos auténticos, con intuiciones relativamente correctas. En el tipo sensación, la intuición puede ser absolutamente correcta o equivocada. Yo no puedo decirles con qué frecuencia en mi vida he estado rodeada de tipos sensación quienes “sabían” que Jung estaba agonizando o muerto, o que fulano de tal había ido al hospital, o que estaba desesperanzadamente enfermo, ¡cuando en realidad no había nada semejante!
Lo que es peor acerca de la intuición negativa es que algunas veces da en el clavo. Jung dice que la intuición es de cualquier modo una función problemática porque llega directo a la esencia de la situación. O da en el blanco o se extravía absolutamente, incluso por fuera de la realidad. En general, cuando la intuición es la función principal y una de las otras funciones –ya sea el pensamiento o el sentimiento- ha sido desarrollada, la persona tiene una intuición que podría acertar en el blanco o salirse totalmente de él, y por consiguiente retiene. Pero la intuición inferior es primitiva, y o da en el blanco o se aleja extremadamente de la marca. Y el tipo sensación a veces sorprende acertando, lo cual solo se puede admirar, o bien con presentimientos en los que no hay veracidad ¡solo pura invención! El tipo tiene repentinas intuiciones interiores, y la gran dificultad para él es saber cómo tratar con ellas, pues pueden ser completos disparates o absolutamente ciertas.
El Sentimiento Inferior del Tipo Pensamiento Extravertido
Siendo la personalidad consciente extravertida, intentaré describir la manera en la cual funciona el sentimiento introvertido inferior. El tipo se encuentra entre organizadores, personas de oficina y puestos del gobierno, en los negocios, las leyes –muchos buenos abogados son del tipo pensamiento extravertido- y entre científicos, cuando ellos son el tipo que organiza investigaciones científicas donde ellos pueden formar equipos de trabajo. Pueden también compilar útiles enciclopedias. Ellos escarban el polvo de las viejas bibliotecas y eliminan los factores de inhibición en la ciencia debidos a la desmaña o la pereza o a una falta de claridad en el lenguaje, y las confusiones que surgen por tener una terminología diferente.
El tipo pensamiento extravertido pone orden tomando una posición definida y diciendo: “Si nosotros decimos fulano de tal, queremos decir fulano de tal”, o “Si nosotros queremos decir eso, eso es lo que queremos decir”, y así sucesivamente. Ellos ponen claridad de orden en el objeto externo, la situación externa. Es una función racional, y como su dirección es exterior, es una actividad que tiende a establecer orden lógico. En una reunión de negocios, un hombre así dirá que se debe llegar a los hechos básicos y ver cómo proceder. Un abogado que tiene que escuchar todos los informes caóticos de las partes litigantes es capaz, con su mente superior, de ver cuáles son los conflictos reales y cuáles los falsos argumentos, y luego concertar una solución satisfactoria para todas las partes. El tipo tiene una gran facultad de esta manera y es socialmente creativo. Ellos pueden surcar con la claridad creativa de la mente y llevar las cosas a un orden aceptable. El énfasis siempre estará sobre el objeto, no la idea. Dicho abogado no luchará por la idea de la democracia o la paz doméstica o nada por el estilo. Toda su mente estará absorbida por la situación objetiva externa. Si se le preguntara acerca de su actitud o ideas sobre algo, él se sorprendería absolutamente, pues no está interesado en eso y sería completamente inconsciente de cualquier motivo personal. Por regla general, si usted las investiga, las motivaciones inconscientes se compondrán de una pueril e ingenua creencia en la paz, la claridad y la justicia. Si se le presiona a decir lo que él entiende por “justicia”, estaría “muy desconcertado” y probablemente lo sacaría de su oficina, debido a que “está demasiado ocupado”, de modo que el elemento subjetivo se mantiene en el segundo plano de la personalidad. Él nunca piensa acerca de lo que entiende; él lucha por la justicia ¡pero nunca considera lo que entiende por justicia! Sus premisas de altos ideales permanecen en el reino de su función inferior, la cual es el sentimiento. Para sus ideales él tendrá un extraño vínculo sentimental místico que no mostrará, y usted tendría que arrinconarlo para averiguar al respecto. Los vínculos del sentimiento a ciertos ideales o personas están presentes pero nunca aparecen en las actividades cotidianas. Semejante hombre podría pasar su vida entera clarificando problemas, reorganizando empresas o en situaciones donde habría la necesidad de poner las cosas en claro, y solo al final de su vida él comenzaría a preguntarse tristemente para qué habría vivido realmente. Y luego cae en su función inferior. Hasta aquí todo ha hecho exigencias de su función principal; él nunca ha considerado para qué vivió, pues el trasfondo oscuro ha permanecido sin aclarar.
Una vez hablé con un hombre de este tipo quien estaba terriblemente sobrecargado de trabajo y necesitaba unas buenas vacaciones. El me dio un montón buenos consejos, diciendo que yo debería tener un descanso, y cuando le pregunté por qué no él, respondió, “¡Dios mío, yo debo ser demasiado solitario y me pondría demasiado triste!” Dicha persona se preguntará si su trabajo es realmente importante. Él puede recordar cómo una vez salvó a alguien de ser robado, etc., pero, ¿había mejorado el mundo? Tales sentimientos habrían aparecido en él y él se había sentido como cayendo a un abismo. Habría tenido que volver a revisar toda su evaluación de las cosas. Naturalmente, por consiguiente, él rechazó tomar ningunas vacaciones –hasta que se cayó y se rompió su cadera y tuvo que quedarse seis meses en cama- ¡y así es como la naturaleza impone la función inferior a la gente!
El tipo pensamiento extravertido tiene, de un modo oculto, una especie de vínculo sentimental fiel, místico, a los ideales y frecuentemente también a las personas, sin embargo, este profundo, fuerte y caluroso sentimiento difícilmente sale alguna vez ya que está totalmente oculto. Recuerdo a un tipo pensamiento extravertido quien realmente me conmovió cuando una vez reveló sus sentimientos por su esposa. Su autenticidad, profundidad y cordialidad eran realmente conmovedoras, pero cuando yo le hablé a su esposa fue deplorable ver qué poca idea tenía ella sobre eso, porque como un loco extravertido, él pasaba todo el día en su profesión, remolineando en la vida, y aquellos profundos sentimientos nunca eran expresados. Si su esposa hubiera estado muriendo de consunción él no lo habría notado hasta estar en el funeral y ser demasiado tarde, y ella no se habría dado cuenta de la profundidad de su sentimiento por ella y que, en un sentido muy profundo, él era muy leal y fiel a ella, pues todo aquello estaba profundamente escondido y nunca expresado en su vida; se mantenía adentro y estaba introvertido y no se movía hacia el objeto. Fueron necesarias bastantes conversaciones para lograr un mejor entendimiento en el matrimonio y hacer que su esposa se diera cuenta de que su esposo realmente la amaba. El estaba tan terriblemente ocupado con el mundo externo y sus sentimientos estaban tan ocultos sin ser expresados ni aceptados en su vida, que su esposa no lo notaba, aunque aquellos realmente jugaban un tremendo papel escondido dentro de él.
Recuerdo el sueño de la transferencia próxima de un tipo pensamiento extravertido. El soñó que mientras venía hacia mí (era extranjero), un viejo cochero con un viejo carruaje y cuatro caballos también habían dejado el pueblo donde él vivía y se dirigía lentamente a Zúrich, pero no había llegado aún. Este hombre había venido al análisis por toda una suerte de razones externas –a aprender acerca de psicología Junguiana, etc.- pero su sentimiento estaba también en camino, sin embargo solo había viajado unos pocos kilómetros, y yo lo embromé preguntándole que ¡cuándo iba a llegar su cochero! Si la gente puede comenzar a reírse de su función inferior, eso puede ser atenuante porque entonces todo es veinte veces mejor. Cuando el sentido del humor se establece y usted puede tomarle el pelo a otra persona, así como ellos pueden burlarse de usted, muchos conflictos se aclaran, es por eso que mencioné el arquetipo del tonto al comienzo de este capítulo. Este hombre tenía sentido del humor y era capaz de reírse de su cochero.
El sentimiento introvertido, incluso si es la función principal, es muy difícil de entender. Un muy buen ejemplo es el poeta de Austria Rainer María Rilke, un tipo sentimiento intuitivo, quien escribió: “Ich liebe dich, was geht´s dich an? (“¡Yo te amo, pero no es asunto tuyo!”) ¡Esto es solo el amor por el amor! El sentimiento es muy fuerte pero no fluye hacia el objeto; es más bien como estar en un estado de amor dentro de uno mismo. Naturalmente, esta clase de sentimiento es mucho más incomprendida, y dichas personas son consideradas como muy frías. Ellos no son fríos en absoluto, sino que el sentimiento está todo dentro de ellos. Por otra parte, ellos tienen una muy fuerte influencia oculta en el medio social, pues tienen modos internos muy secretos y fuertes de establecer los valores. Por ejemplo, dicho tipo sentimiento puede no expresar nunca sus sentimientos pero se comporta como si él pensara que una cosa es valiosa y otra no, lo cual ejerce cierto impacto sobre las otras personas. Cuando el sentimiento es inferior, está incluso más escondido y es más absoluto. El abogado que describí tenía su idea de la justicia, la cual tendría un muy sugestivo efecto sobre otras personas; es decir, el sentimiento escondido en lo más recóndito de su mente de lo que él considera que es la justicia inconscientemente influenciaría a las demás personas en la misma dirección sin que él lo hubiera notado. Se impondría no solo a su propio destino sino al de otros, de manera invisible, pero a través de su actividad. El oculto sentimiento introvertido del tipo pensamiento establece fuertes fidelidades invisibles. Tales personas están entre los más fieles de todos mis amigos, incluso aunque tan solo puedan escribir en navidad, y no haya otro contacto en absoluto. Yo se que ellos están absolutamente seguros de su sentimiento, pero uno tiene que moverse hacia él para lograr saber de su existencia.
Exteriormente, el tipo pensamiento extravertido no da la impresión de tener un sentimiento fuerte. En un político, su sentimiento inferior podría inconscientemente manifestarse en un profundo arraigo y una inmutable fidelidad a su ciudad y le parecería que es completamente evidente –sin embargo éste podría hacerlo arrojar la bomba atómica o cometer algún otro acto destructivo. El inconsciente y no desarrollado sentimiento puede ser bárbaro y absoluto, y por consiguiente el fanatismo destructivo oculto algunas veces prorrumpe en forma repentina en el tipo pensamiento extravertido y, si no es confrontado, puede ser muy destructivo y manifestarse en una acción fanática súbita. Estas personas son incapaces de ver que, incluso de una norma de sentimiento, otras personas podrían tener otro valor, pues ellos no cuestionan los valores internos que defienden. Cuando ellos definitivamente sienten que algo es correcto, son incapaces de mostrar su punto de vista sensible, pero nunca dudan de sus propios valores internos.
En ese punto el sentimiento inferior es diferente de la intuición inferior. La intuición es una función irracional que comprende los hechos, las posibilidades futuras y las posibilidades de evolución, pero no es una función del juicio. La intuición inferior podría tener presentimientos acerca de la guerra, o enfermedades de otras personas, las cuales podrían o no suceder, o de cambios arquetípicos en el inconsciente colectivo. La intuición introvertida tiene repentinos presentimientos acerca de la lenta transformación del inconsciente colectivo en el fluir del tiempo. Cada época tiene cierta atmósfera acerca de ello. Por ejemplo, en el arte o la literatura, hay repentinas rupturas con los temas antiguos, y la intuición introvertida tiene un sentimiento para ellos. Un escritor alemán llamado Bruno Goetz escribió un libro acerca del Tercer Imperio, significando con ello un Reino de Dios en el cual el paganismo y el cristianismo estarían mezclados. Él lo escribió mucho antes de que los Nazis llegaran al poder. Los Nazis intentaron apoyarse en él y hacerlo escribir para ellos, pero él terminantemente se rehusó. Él incluso predijo en este libro mucho de lo que los Nazis realmente hicieron, incluso al punto de describir bandas de personas jóvenes entre los 18 y 20 años que devastaron todo. Las escenas que él describió surgieron prácticamente en detalle después en la Alemania Nazi, pero en ese momento que él escribió el libro no había nada de esa clase; era aún el momento de la República Socialista de Weimar, pero la intuición introvertida de Goetz simplemente supo dónde se estaba moviendo la constelación arquetípica, y él lo expresó. Sin embargo esto puede también suceder cuando la intuición introvertida es inferior. Hay repentinos relámpagos de discernimiento en los procesos fundamentales que surgen y desaparecen de nuevo, pero no hay juicio, al momento que Goetz describe los hechos sin juzgarlos. Como escritor, él simplemente los pone delante de usted y usted no sabe si él los aprueba o desaprueba. Eso es lo que la intuición hace, presenta los hechos, sin evaluación, pero el sentimiento es bastante diferente. En términos Junguianos, es una función racional (Latín ratio = orden, cálculo, razón), una función que establece orden y juzga, diciendo esto es bueno y esto es malo, esto es agradable y esto desagradable para mí. Entonces el sentimiento inferior de un tipo pensamiento juzgaría los valores de la gente y los ideales y no solo presentaría los hechos; esa sería la diferencia.
Por ejemplo, un tipo sensación extravertida que descuidó o abandonó su intuición en gran parte, tuvo un sueño recurrente de gente pobre y obreros de carácter desagradable que irrumpieron en su casa de noche. Él estaba aterrado por este sueño siempre recurrente y comenzó a girar en su círculo de amigos y en los banquetes diciendo que no había absolutamente nada que pudiera hacerse, y que él sabía que los comunistas triunfarían. Ya que él era un político muy capaz, esto tuvo un mal efecto, pues la gente escuchó lo que él dijo. Esta era una mala y errónea clase de intuición inferior, basada en la proyección personal. Eso es un ejemplo de intuición inferior. Pero alguien con sentimiento inferior podría de repente comenzar un pleito, convencido de que estaba luchando por los derechos y el bien, pero si alguien más pudiera derribar esta convicción, él le lanzaría todo el asunto encima, incluyendo el pleito que él mismo había comenzado. El cambio repentino en su juicio indicaría la repentina intrusión del sentimiento inferior, y esto lleva a otro punto. Las personas son muy fácilmente influenciadas cuando se trata de una cuestión de su función inferior, puesto que como está en el inconsciente, las personas pueden con facilidad tornarse inseguras, mientras que en el reino de la función superior ellas por lo general saben cómo actuar cuando son atacadas, pues tienen todas sus armas listas y son tolerantes y flexibles y se sienten fuertes. Tan pronto como uno se siente fuerte, se está bastante dispuesto para discutir las cosas o cambiar la actitud, pero donde uno se siente inferior, uno se vuelve fanático y sensible y es fácilmente influenciado. La expresión en la cara de un amigo puede afectar el sentimiento de un tipo pensamiento, porque su sentimiento está en el inconsciente y por tanto abierto a la influencia. En consecuencia, como mencioné antes, el tipo pensamiento extravertido puede resultar un amigo muy fiel pero usted puede repentinamente perderlo debido a que él ha sido envenenado contra usted y puede soltarlo un día ¡como a una papa caliente y usted no saber por qué o qué ha pasado! De algún modo, algo venenoso entró en su sistema, alguien dijo algo, o incluso solo ¡hizo un gesto cuando su nombre fue mencionado! El sentimiento es inconsciente. Dichos efectos solo pueden ser curados cuando ellos son admitidos de manera consciente. Si usted se opone, en términos del pensamiento, respecto a su política en tener el pleito, el tipo pensamiento extravertido estaría dispuesto a discutirlo y preguntar sus razones. Él sería accesible y no estaría influenciado de manera errónea, mientras que en el reino del sentimiento se separaría repentinamente sin razón y sin saber él mismo bien por qué.
Estos sentimientos introvertidos ocultos del tipo pensamiento extravertido son a veces muy infantiles. Después de la muerte de tales personas algunas veces se encuentran notas en las cuales se han escrito poemas triviales a una mujer lejana a quien ellos nunca conocieron en sus vidas y en quien es vertida una gran cantidad de sentimiento místico, y piden ser quemados después de su muerte. Aquel sentimiento está escondido, es, en cierto modo, la más valiosa posesión que ellos tienen, pero a pesar de eso es algunas veces sorprendentemente infantil; no obstante, tiene esta clase de cualidad religiosa mística interior alrededor. Algunas veces el sentimiento permanece enteramente con la madre y nunca se manifiesta por fuera de la esfera de la infancia, y se puede encontrar documentos conmovedores sobre el vínculo con ella. En tales casos la función del sentimiento introvertido nunca se ha desalojado del lugar de la infancia.
El Sentimiento Inferior del Tipo Pensamiento Introvertido
La función principal de este tipo no intenta tanto establecer orden en el mundo exterior, sino que se refiere a las ideas. Alguien que dice que uno no debería comenzar por los hechos sino que debería primero clarificar las propias ideas, pertenecería al tipo pensamiento introvertido. Su deseo de poner orden en la vida parte de la idea de que si se es atolondrado desde el principio, nunca se llegará a ninguna parte. Se debe primero saber qué ideas se desea seguir y de dónde vienen; usted debe aclarar su propia estupidez escarbando en el fondo de su pensamiento. Por ejemplo, toda la filosofía se ocupa de los procesos lógicos de la mente humana, de la construcción de ideas, y así sucesivamente, y este es el reino donde el pensamiento introvertido está en mayor medida trabajando. En la ciencia, esas son las personas que, por ejemplo, están perpetuamente tratando de prevenir a sus colegas de perderse en experimentos y quienes, de vez en cuando, tratan de volver a los conceptos básicos y preguntarse lo que en realidad estamos haciendo mentalmente. Esto explica por qué, en la física, hay en general un profesor de física práctica y otro para la teoría: uno diserta sobre la construcción de experimentos y el otro sobre las matemáticas y otros principios y sobre la teoría de la ciencia. En todas las distintas ciencias existen siempre aquellos que tratan de clarificar las teorías básicas de su reino científico. El historiador de arte extravertido intentará averiguar acerca de los hechos y tratará de probar, por ejemplo, que un cierto tipo de Madonna fue pintado más temprano o más tarde que otro e intentará conectar eso con la historia y los antecedentes del artista, mientras que el introvertido podría incluso preguntarse qué derecho tiene uno de juzgar un trabajo de arte. Él diría que nosotros primero que todo debemos entender lo que queremos decir por arte pues de lo contrario caeremos en una estupidez. El tipo pensamiento introvertido siempre vuelve a la idea subjetiva, es decir, al papel que desempeña el tema en toda la materia.
El sentimiento del tipo pensamiento introvertido, por lo que se refiere a la actitud, es al revés para el extravertido, lo cual significa que el tipo pensamiento introvertido tiene esa misma clase de sentimiento fuerte, fiel y cálido descrito como típico de los tipos pensamiento extravertido, pero con la diferencia de que el sentimiento del tipo pensamiento introvertido fluye hacia objetos definidos. Mientras que el tipo pensamiento extravertido ama profundamente a su esposa, sin embargo donde Rilke, por ejemplo, dice: “Yo te amo, pero no es asunto tuyo”, el sentimiento del tipo pensamiento introvertido tiene un objeto externo. Él diría por tanto, en el estilo de Rilke, “Yo te amo y será importante para ti; ¡yo lo haré de tu incumbencia!” Por otra parte, el sentimiento del tipo pensamiento introvertido tiene con mucho las mismas características que el sentimiento inferior del tipo pensamiento extravertido, con juicios muy negros y blancos, sí o no, amor u odio. Pero puede ser muy fácilmente envenenado por otras personas y por la atmósfera colectiva y de ese modo puede hacerse inseguro. El sentimiento inferior de ambos tipos es pegajoso, y el tipo pensamiento extravertido tiene esta clase de fidelidad invisible que puede perdurar eternamente. Lo mismo es cierto para el sentimiento extravertido del tipo pensamiento introvertido, excepto que no será fidelidad invisible sino fidelidad visible. Si usted lo evalúa positivamente, será fiel, pero para la evaluación negativa es pegajoso. Se parece al fluir del sentimiento pegajoso en una persona epileptoide; tiene esa clase de vínculo pegajoso, perruno, el cual, especialmente para el objeto amado, no es siempre divertido. Se podría comparar el sentimiento inferior de un tipo pensamiento introvertido con el flujo de lava caliente de un volcán –que sólo se mueve alrededor de cinco metros en una hora pero devasta todo a su paso. Es por eso que, naturalmente, un tipo pensamiento introvertido muy pronto experimentará que con su sentimiento extravertido él siempre está metiendo la pata, porque el sentimiento es demasiado primitivo, pegajoso e infantil; pero también tiene todas las ventajas de una función primitiva, pues es también muy auténtico y cálido. Cuando un tipo pensamiento introvertido ama, no hay cálculo en él. Estará por amor al otro pero será primitivo. Eso es cierto para ambos tipos, pues los tipos pensamiento tienen sentimiento primitivo, pero por otra parte éste nunca es calculador. El sentimiento inferior de un tipo pensamiento es como una leona a la que le gustaría jugar con usted. Ella no tiene otra intención que jugar, pero se refriega, ronronea contra su pierna, o lo devora, o le da un gran golpe de modo que usted caiga cuando ella lame su cara. Pero no hay cálculo ni intención en ello; es solo una expresión del sentimiento, ¡como un perro que menea su cola! Lo que toca a las personas en el sentimiento de los animales domésticos es justamente esta falta de cálculo.
Así en ambos tipos pensamiento, el sentimiento inferior no tiene cálculo, mientras que las personas que tienen sentimiento diferenciado están, de un modo oculto, calculando, y siempre ponen un poco de ego en él. Una vez vi al jefe de una mecanógrafa quien era un tipo sentimiento y me preguntaba ¡cómo aguantaba ella tal horror por un solo día! Pero ella sonreía y decía que él era su jefe, por tanto hacía lo mejor, ya que debía soportarlo, y mirándolo detenidamente ella podía descubrir que él tenía esta o aquella cualidad positiva. Se podría decir que ver buenas posibilidades y reconocerlas es admirable, pero por otra parte hay un poco de cálculo en ello: ella quería conservar su lugar con su jefe, de manera que hizo ese esfuerzo de sentimiento positivo. ¡Eso nunca le sucedería al sentimiento inferior de un tipo pensamiento! Yo nunca lo habría soportado –¡yo preferiría no comer y no podría haber persistido por veinte días! Yo estaba impactada aquí por la diferencia entre el sentimiento inferior y el sentimiento diferenciado. El tipo sentimiento había encontrado unas pocas cualidades positivas en ese horrible hombre y lo toleró. Ella no negó todas las cosas negativas que yo vi en él, pero dijo que él nunca le demandó tiempo extra y daba mérito a los que trabajaban para él, de modo que ella descubrió algunos factores positivos y se adhirió allí.
En su libro, Jung explica algunos de los malentendidos entre los tipos. Si yo hubiera dicho que esta oficinista era interesada y oportunista, habría estado absolutamente equivocada, porque eso era solo un motivo de fondo en su caso –esa sería la proyección negativa del otro tipo. No es que ella sea simplemente una oportunista, o que actúe de modo calculador al tener dicho sentimiento positivo, sino que tiene sentimiento diferenciado. Ella por tanto nunca tiene fuertes reacciones emocionales pero sabe que donde hay valores, existe siempre algo negativo; nada es completamente blanco o negro, sino que en la realidad todo es grisáceo. Ella tiene esa clase de actitud filosófica. Era solo yo quien sospechaba del interés y oportunismo porque el tipo pensamiento introvertido siempre sabe conscientemente cuando es adulado. Por otra parte, se puede decir que el sentimiento inferior tiene la ventaja de que realmente no existe cálculo en él. El ego no tiene nada que ver con él, pero naturalmente esto puede crear situaciones de inadaptación. Piense, por ejemplo, en la película El Ángel Azul, en la cual un profesor se enamora de una vampiresa, y de una manera fiel y leal se arruina por ella. Esa sería la tragedia de la función del sentimiento inferior. Se podría honrar por su fidelidad pero también se podría decir que él era un condenado tonto y que su sentimiento inferior tenía muy mal gusto. Eso es también cierto para el sentimiento inferior de un tipo pensamiento: el sentimiento presenta o muy buen o muy mal gusto. Un tipo pensamiento puede a veces escoger a personas muy valiosas como amigos o puede escoger de manera absoluta a personas equivocadas, pues la función inferior tiene ambos aspectos y rara vez encaja en modelos convencionales.
Otra forma en la que el sentimiento infantil se puede manifestar en los tipos pensamiento es ejemplificada en el caso de Voltaire, el filósofo francés, quien era, creo, un tipo pensamiento introvertido. Él combatió la Iglesia Católica con todo su poder y fue el autor del famoso dicho “Ecrasez l´infame” (Extirpar la infamia). Él era un intelectual y un representante típico de la época de la ilustración. En su lecho de muerte, sin embargo, él se puso muy nervioso y solicitó la extrema unción y la tomó con gran derroche de sentimiento devoto. Ahí mostró al final de su vida que él estaba completamente dividido: su mente había abandonado la experiencia religiosa original y su sentimiento se había quedado allí en forma invisible, y cuando estaba moribundo y en el momento de la muerte –el cual uno tiene que recibir como una persona íntegra- el sentimiento surgió y lo abrumó de un modo completamente indiferenciado. Todas las conversiones repentinas tienen esta cualidad, o se deben a la aparición repentina de la función inferior en un tipo.
En el caso del sentimiento inferior, como en los otros casos, la función inferior está mucho más acoplada con la emoción. Donde quiera que la gente tenga sentimiento muy emocional, es un signo de que el sentimiento es indiferenciado. Tan pronto como arrancan a llorar en una situación sensible que ha sido constelada y todo fluye de manera muy pesada y apasionada usted sabe que la función inferior ha sido tocada. Sin embargo esto también es cierto para la intuición inferior de los tipos sensación. Usted recordará mi descripción del tipo sensación extravertida con quien yo fui a la obra de la tragedia antroposófica. Cuando yo dije que había tenido suficiente de aquello y que quería un buen estofado, él no pensó que eso fuera una broma. Él había estado tan profunda y emocionalmente enternecido por la obra que habíamos visto juntos que fue un golpe a su emoción cuando hice esta desatinada observación. Él no era un hombre emocional, sino un pez muy frío y muy puesto en tierra; no obstante en ese momento él estaba conmovido desde el centro de su corazón y por tanto no se podía bromear al respecto.
Todas las funciones inferiores tienen esta tendencia a hacer a las personas mortalmente serias, emocionales y patéticas. Usted puede verlo muy claramente en el sentimiento del tipo pensamiento. El pensamiento introvertido puede mostrar cualidades muy patéticas si no histéricas en la manifestación del sentimiento. Por otra parte, como escribe Jung en los Tipos Psicológicos, las personas que conocen tipos pensamiento saben bien que usted puede tener sentimientos muy cálidos y amistades íntimas y confiables con ellos, porque si hay sentimiento, es real y auténtico.
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