Reflexiones en torno y retorno a la totalidad
Donde en rigor nunca hemos estado
M.L. Paula Durán Hurtado[1]
Resumen
(Art.publicado tb en Revista "Aportes en Psicología Clínica Analítica Junguiana. Volumen II, año 2008. Universidad Adolfo Ibáñez.
Art. publicado tb en sitio web antroposmoderno.com con fecha 23.09.2009
Art. publicado en sitio web http://www.vootar.com/blogs-de/Universidad-Catolica-de-Avila)
El tema del artículo es también el Mito personal de Jung; objetivo de su vida y de su obra. ¿Qué pueda ser la totalidad, si el SER toma tantas formas? Su calidad ontológica podría adquirir dimensiones muy particulares; éstas debieran ser, sin embargo, de tal especificidad que no dieran lugar al equívoco ni a la interpretación; pero, a su vez, de tal amplitud, que le hicieran factible contener en sí todas las posibilidades, conocidas e ignoradas.
Palabras clave
Totalidad; self; sí mismo; esencia/existencia; transparencia; trascendencia; el niño; lo femenino
I. Introducción
La montaña y el montaño,
con su luno y con su luna
Una flor florecida y un flor floreciendo
…. Una flor a la que llaman girasol
y un sol al que llaman giraflor
(V.Huidobro)
El SER toma muchas formas y la calidad ontológica de la totalidad podría adquirir dimensiones que pudieran llegar a ser muy particulares. Entre sus características podría distinguirse como inteligible y/o hermética, una y única y/o múltiple y plural, esencial y/o existencial. Podría asimismo tratarse de un concepto universal –en el sentido aristotélico- con una potencialidad intrínseca, cuya realidad empírica dependiera de la existencia de géneros o “tipos” albergados en su propia definición. Las características de la “totalidad” debieran ser, sin embargo, de tal especificidad que no dieran lugar al equívoco ni a la interpretación; pero, a su vez, de tal amplitud que le hicieran factible contener en sí todas las posibilidades, conocidas e ignoradas.
El tema es fascinante y facilita el riesgo de aventurarse por senderos en los que podrán encontrarse pequeños pueblos, visitados por legendarios y sabios personajes que supieron transmitir alguno de sus secretos. Místicos, filósofos, científicos y protagonistas de su historia han dejado señales que indican que habitaron esos parajes e intentaron dibujar aquellos territorios que hoy sientan las bases para nuevas cartografías psíquicas.
La vida personal también va configurándose según un modelo interior trascendente -correcto o incorrecto, ideal o concreto, factible o poco viable-; que debiera ser fiel expresión del propio ser… y que, posiblemente haya sido definido antes del desarrollo del ego cuando el individuo está aún muy conectado con las imágenes inconscientes y, por ende, en pleno fluir con la esencia y con la evolución de las almas… o bien, entonces….. Las intenciones que se tenga para sí mismo podrán convertirse en extensiones, dependiendo de un número y complejidad de circunstancias tal, que finalmente no son previsibles para la mente conciente. En el interior de cada ser humano pareciera haber una tendencia a existir –la misma que caracteriza a las partículas elementales- cuyo objetivo sería justamente ése[2].
La trama de este trabajo ya ha sido gestada y el Informe se ha impregnado de esa necesidad de ser, una tendencia a la totalidad que comparte con cada individuo y con toda la humanidad. Se privilegia un marco teórico breve que dé espacio a la reflexión personal, intentando buscar nuevas señales en este camino y otear aunque sea desde lejos su objetivo.
II. Marco Teórico.
Edinger se refiere al aion como una pareja interna prácticamente idéntica al alma; un tipo de agua de la que sólo hay una cantidad y que una vez utilizada, el individuo, muere (1996, 2); una imagen movible de la eternidad; unidad en la continuidad; un todo que está y siempre estará en movimiento para llegar a ser parte por parte (1996, 3); la eternidad; una imagen de la totalidad fuera del tiempo. Confirma lo dicho por Jung, a quien cita de su Mysterium Conjunctions “el uno-después-del-otro es un preludio al concepto profundo de lado-a lado” (1996, 3). Aion, como agua interna, que después de la muerte queda como una serpiente (1996, 3); como niño jugando un juego de tablero (1996, 4); deidad total (1996, 5); deidad original, anterior al Padre y Abismo, a la que nada puede comprenderlo (1996, 5). Con él estaba el Pensamiento, llamado también Gracia y Silencio. Y una vez que este Abismo decidió proyectar fuera de si mismo el comienzo de todas las cosas, le hundió este proyecto como una semilla en el vientre al Silencio que llevaba consigo, y así concibió a la Mente –nous: macho- el que es cómo e igual al que lo engendra y que sólo abarca la grandeza del Padre. Él también es llamado Padre y Comienzo de todos los seres. Junto con él fue producida la Verdad –aletheia: femenina- y esta es la tercera Tríada: Abismo y Silencio, luego Mente y Verdad (1996, 5). Esta primera tríada es un par de dos syzygies. Más aiones fueron generados de este segundo par y luego más, hasta llegar a treinta aiones en quince pares: es lo que se llama Pleroma (Edinger, 1996, 5)
El cambio de la situación psíquica del Eón Cristiano –simbolizado también por los 2000 años que el Sol ocupó Piscis en el mes platónico- afecta a un símbolo, con el cual se identifica al anthropos, con la figura de Cristo y a éste, con el de la totalidad, el si mismo. También se le simboliza con la Cruz, la piedra filosofal, el Mandala, la cuaternidad, el “núcleo del alma”, el pez redondo (Jung, 2003, 19) White describe la cristificación como el camino que el hombre ha de seguir para la realización de una nueva raza que haga del mundo el reino divino –hoy, en el interior del hombre-; el summum bonum de la vida humana; estado de conocimiento directo y percepción inmediata (Grof y otros, 1994, 179). Un alma divina, cuyo lenguaje es el mito; divinidad que le es reconocida por San Agustín, Meister Eckhart y Giordano Bruno (Aliaga, s/a).
El anthropos expresa la totalidad del hombre, la experiencia universal y la meta de la vida (Jung, 1987).
III. Reflexiones.
a) La Vida en un Abrir y Cerrar de Ojos. La columna vertebral del pensamiento Junguiano es el proceso de individuación, es decir, llegar a ser lo que se es. Esto podría significar que, al salir del Paraíso, se genera la posibilidad de ser; se posibilita la existencia individual de una realidad cuya identidad inicial no es distinguible de la esencia ontológica a la que pertenece y en la cual podrá fundarse a posteriori su expansión. El potencial de esa “emanación” –como diría Plotino[3]- podría estar relacionado con los vínculos –cualitativos y cuantitativos- que hubiesen sido establecidos con esa Primera Sustancia; una capacidad que, inicialmente latente, adquiriría consistencia vital a través de la conciencia, hasta realizarse en el Sí Mismo. La vida, en tal caso, sería un camino a Ser[4].
Grün dice que el proceso de maduración humana es de transformación, activada en la oposición razón-sentimiento, conciencia-inconsciencia, instinto–espíritu (Grün, 1999). La psique se transformaría, desde un “estar o ser” indiferenciada, a un “ser o estar” conciente[5]… Me pregunto si ¿lo que Grün nos está diciendo, es que la psique se transforma desde “el olvido” hacia “la actualización”[6]… desde “el pasado” hacia “el amor”… desde “el retiro” hacia “la relación”?… Y si eso fuese así ¿no querría decir esto que “vivir” es “inmortalizar”… o -al menos- colaborar en la inmortalidad de ese contenido psíquico…?[7]
El teólogo alemán dice que, al “transformar”, los modelos concretos, van convirtiéndose en símbolos arquetípicos, con lo cual se facilita la espiritualización de las energías instintivas (Grün, 1999). ¿Será posible que este mismo proceso pueda darse a la inversa, vale decir, que los símbolos arquetípicos –que están espiritualizados- sean los que van materializándose en energías instintivas?[8] Grün piensa que, el hombre propicia el diálogo con su inconsciente –a quien yo distingo como amante de la inmortalidad y convertidor del ser- y busca hilvanar sus vivencias con las ideas inmanentes, con los fundamentos arcaicos, con los principios matriciales. Si así fuera, claramente ambos procesos podrían ser parte de lo mismo: de la vida; pero, de una Gran Vida. En tal caso, la vida incluiría literalmente a la muerte: la muerte de la materia –al convertirse en arquetipo- o la muerte del arquetipo –al convertirse en materia-. Uno y otro serían parte de un proceso mayor, cuya misión sería la actualización de la esencia a través de su materialización y la espiritualización del objeto a través de su subjetivización. Eso significa que…¡ la muerte no existe !… al menos, no como la hemos comprendido hasta hoy…. porque el ser se engendraría ininterrumpidamente…. hasta que un día… retornase al Paraíso.
Algo parecido pareciera rezar ese evangelio de Felipe[9] que dice: “La luz y la tiniebla, la vida y la muerte, los de la derecha y los de la izquierda son hermanos entre sí; no es posible que se separen –unos de otros-. Por tanto, ni los buenos son buenos ni los malos malos, ni la vida es vida, ni la muerte es muerte”…
Dios pestañea y vivo; Dios pestañea y muero.
Vivo para contarle lo que ha pasado desde la ultima vez que abrió sus ojos; soy su mirada.
b) Si el Mundo se Amuebla con sus Ojos. ¿Habrá unas Miradas más Bellas que Otras? La forma que adquiere el proceso vital no es lineal ni circular, sino “espiral”[10] -una síntesis de los movimientos: circular y direccional (May, 2005; 82)-; su propósito, la totalidad, la plenitud. Sin embargo, ¿cuál es la totalidad que debe alcanzarse?… y… ¿Qué es la totalidad?…
La “totalidad es el self realizado en la conciencia, el centro magnético de todo el universo psicológico, arquetipo primordial que opera en la psique, cuyo despliegue espontáneo conduce a la manifestación de imágenes universales de orden y de unidad (Stein, 2005).
La vida es la realización de un self no realizado pero existente en el universo de la psique[11]. El ser humano es, así dicho, un instrumento y oportunidad ontológica para el cosmos, del cual forma parte y cuya evolución se afecta por sus acciones, ya que éstas colaboran o no en actualizar -armonizar, ordenar, unificar- la creación. El hombre individual no está pleno sino hasta completar su Ser y con ello alcanzar el objetivo de esta vida. Esta vida –en sentido genérico- podría tener un objetivo en sí misma… que podría estar o no en sintonía con el objetivo –específico- que el hombre define para su propia vida…. Si tal fuese el caso, el motivo del sufrimiento y el sufrimiento en sí, resultan obvios: el ego no puede aspirar a roles protagónicos y debe ponerse al servicio del self… con lo cual cree que contraviene su propia esencia….
Jung dice que “todo representar y actuar concientes se han desarrollado de los prototipos inconscientes y se hallan ligados a ellos, especialmente cuando la conciencia no ha alcanzado todavía algún grado de lucidez; es decir cuando, en todas sus funciones, depende más del instinto que de la voluntad, del afecto que del juicio racional” (Jung y Wilhelm, s/a, 30). Esto significa que todas las acciones humanas tienen su base en algún arquetipo y que el “ser” es armónico con el “hacer”, al menos mientras el ego mantenga un estado precario de desarrollo... y, después…
También dice que “la conciencia más elevada y más amplia, que sólo surge de la asimilación de lo foráneo, se inclina a la autonomía, a la rebelión contra los viejos dioses, […]” (Jung y Wilhelm, s/a, 30) Es decir, la conciencia gozaría de un proceso de individuación análogo, en cuyo desarrollo aparecería esa necesidad por configurar su existencia-. …“Cuanto más vigorosa e independiente se hace la conciencia, y por ende la voluntad conciente, tanto más es empujado lo inconsciente hacia el trasfondo y tanto más fácilmente surge la posibilidad de que la formación conciente se emancipe del prototipo inconsciente […] Esa conciencia desarraigada, que no puede más referirse a la autoridad de las imágenes primordiales, es por cierto de una libertad prometeica, pero también de una Hybris sin dios […] quienes van a ser entonces igualmente […] encadenados al Cáucaso por lo inconsciente […]” (Jung y Wilhelm, s/a, 31).
Dicho en forma “lineal”, el ser –inconsciente- nacería en la verdad –a la que conoce- y su caminar –necesario para distinguir “su” verdad- requiere avanzar hacia la conciencia; la ruta, sin embargo, presenta múltiples posibilidades –o bifurcaciones- que, al ser llevadas a su máxima expresión, pueden desviar el camino y enajenar. El Ser –modelador del self- debe velar cuidadosamente por la forma cómo su modelo crea su propia obra –el ego- para que en el ejercicio de su rol -de libre ejecutor- no desee fortalecerse –sin antes haber madurado- y adquirir vida propia; porque, si así sucediera, el objetivo del Ser –también, “expresarse en su verdad” (implícita, mientras no se extienda)- no sería logrado y esa verdad –que quiere ser participante- recuperaría su indiferencia… -porque, la “línea” de la cual hablamos es curva y no recta… porque todas las líneas son curvas y ninguna es recta[12]… porque todas las líneas forman finalmente un círculo… una totalidad-[13]… que, como el yin y el yang, es autopoiética….
Si, por el contrario, el ego se mantiene alineado al self, esa verdad contenida en el Ser, se hace conciente y entonces, el Ser se realiza, se materializa, se da a la luz, completa el círculo y se hace “uno”. El hombre, entendido así, es canal entre la Tierra y el Cielo, entre Dios y su Universo… -el nombre que pueda dársele a estas instancias aparentemente “polares”, carece de toda relevancia, toda vez que se tenga claro el significado de lo que se quiere expresar-[14].
La alineación del ego con el self es indispensable, porque, “cuando el Yang ha alcanzado su máxima fuerza va a nacer en su interior el oscuro poder del Yin, pues al mediodía comienza la noche y Yang se rompe y cambia a Yin” (Jung y Wilhelm, s/a, 31) y, si en ese instante de cambio no hay una recia alineación, equivocar el camino será más fácil que acertarlo, porque el error tiene múltiples opciones y la verdad, una sola.
Podrá decirse entonces que… hay “objetivos de vida”[15] y “sentidos de vida”[16]… y la totalidad es, inicialmente, un “estado” que el ser humano alcanza cuando su “arquetipo psíquico primordial” se ha expresado, lo cual consigue cuando “los complejos” dejan de obstaculizar “los canales comunicativos”, se diluyen y ceden su espacio. En ese momento comenzaría a manifestarse el conocimiento universal inmemorial que no haría/sería sino “ordenar” y “re-encajar” los “datos” y conocimientos parciales que, hasta entonces se hubiesen ido acumulando en la memoria y en el cerebro… y comenzaría a darles sentido… y esas informaciones, hasta entonces, desatadas, comenzarían a adquirir significado –a vincularse, a “emparentarse”, a “reconocerse” una con otra-… y todo lo que hasta entonces se hubiese aprendido o escuchado y lo que después uno escuchara y otros dijeran, comenzaría a tener un lugar donde ser ubicado –todos son parientes, todos son hermanos-… porque es uno solo el gran puzzle[17] –una sola la familia- y todas las piezas –como todos los hermanos- tienen un sitio al que pertenecen –aunque pueda haber ciertamente unas piezas o espacios más estratégicos que otros; así como también podrá haber hermanos más destacados-. Y posiblemente sea el cerebro –a través de sus procesos neurales[18]- el que puede contener dicha información y hacerla codificable a nuestra mente conciente, ya que son esas verdades universales las que van adquiriendo materialidad, y es a través del cerebro como pueden volver a participar y hacerse presentes en este universo...
…entonces, sí debe haber unas miradas más bellas que otras…
… y la belleza…. debiera tener relación con la transparencia …
Pareciera ser que el número o tipo de totalidades[19] que pueda “verse” dependiera del conocimiento que pueda tenerse… porque, la “verdad”, aunque una sola, puede presentarse continuamente y expresarse también indistintamente… Esas “totalidades” pueden ir “surgiendo” y generando la dimensión del concepto en diferentes representaciones, ir “apareciendo”… -a la manera de Heidegger (Dreyfus, 2003)- o ir “creándose” desde la relación –a la manera de Maturana- (Ruiz, s/a).
Bohm dice que “la materia es luz atrapada por la gravitación” (1983, 34); Riso, que somos seres de luz (2000). Siendo así, la totalidad, tendría que “encender”… de luz o de fuego… Así, las cosas-conocimientos-hechos-personas significativas deberían “encenderse” también, en la medida en que se las “mira y ve”… Y las miradas que pudiera dárseles, estarían relacionadas con el conocimiento… Ese fuego, podría ir “limpiando”…. como el agua…. e ir desprendiendo “las impurezas” que se hubieran ido acumulado en las diferentes cosas… en uno mismo, en la propia materia y espíritu, en las relaciones, en los pensamientos… e irían “sanando”… y depurando todo… irían también, “elaborando las ausencias”… y “completando lo que faltara” donde fuera… en todas partes…[20]
La totalidad debiera también desarrollarse… Inicialmente, podrá ser un estado o una capacidad que “se produce”… y luego una “develación” que se va manifestando… y posteriormente, ésa, se iría “relacionando”… ¡¡ y el proceso tendría que ser el mismo de todas las cosas… con todas sus etapas evolutivas…. para no terminar… al menos, no todavía...
... la belleza no sólo dependería de las cosas… también, de los ojos con que se las mira…
d) Y…. Cuando la Mirada Llora, ¿Por qué Llora esa Mirada? Muchos autores -Grof, Washburn, Campbell, Jung, entre otros[21]- coinciden en que una de las formas de hacer el camino de realización psíquica, es el sacrificio[22]; otro -o el mismo- la introversión[23] (Jung, 1962). La transformación del hombre comenzaría en su inconsciente -mundo del self y de la luz[24]-, al que es conducido por una situación externa –mundo del ego y de lo concreto- que busca solución –o sea, disolverse- y que se configura, indiferenciada y numinosa, en alguna categoría de conocimiento. Si tal contenido “cristaliza” -se hace conciente- produce una revelación, un cambio, una iluminación. El proceso de individuación efectivo empieza generalmente con un herida[25] de la personalidad y el sufrimiento que la acompaña (Jung, 1997, 168), el cual es posible de ser resistido por el individuo, en virtud de que el si mismo yace sobre una estructura fundamental[26], que permite mantener la estabilidad mental y el equilibrio emocional.
Ya Empédocles enseñó que la vida es producto del movimiento nacido de la tensión entre las fuerzas polares del amor y la disputa (Fraile, 1971, 199); una vida, que es resultado de una necesidad amorosa, finalmente, porque el amor tiene esa capacidad para diluir la tensión de opuestos. En el Opus magnum, esas fuerzas corresponden a las dos operaciones sucesivas de disolución y coagulación, dispersión y fijación, destilación y condensación, sístole y diástole, si y no en todas las cosas (Roob, 2006). A su vez se corresponden con los dos agentes bipolares de la alquimia árabe: el mercurio filosófico y el azufre, el sol y la luna. El punto culminante de esa obra es la conjunción, la unión de los principios masculinos y femenino en los desposorios del cielo y la tierra[27]. El producto de este coito cósmico es el lapis (Roob, 2006).
La presencia en el hombre de “la cosa maravillosa” se produce en la auténtica y completa fusión o coincidencia entre lo corporal y lo espiritual, sin que ninguno de los dos principios prevalezca sobre el otro[28]. De esta forma, cuando el conocimiento de uno mismo y del universo se interrelacionan y hacen la misma cosa, cuando se eliminan las fronteras entre sujeto y objeto, entre “uno” y lo “demás”, se llega a la realización de esa Obra magna (Vásquez, 1997). Es la unión del alma con Dios (Jung, 1997) o el hombre reconciliado con dios –o el hombre/dios-: comprensión de la comprensión; contención de la contención. Es el uno y el otro que aprende uno a ser ego y el otro a ser self mientras el otro aprende a ser self y el uno a ser ego, permitiendo así que en esa relación, del uno y del otro nazca ese quinto elemento que podremos llamar –por ahora- ego/self; porque si los dos son ego, en el vínculo faltará verdad y si los dos son self, a esa unión le faltará humanidad. Sólo en la fusión de elementos –primero, dos opuestos- se habrá trascendido la polaridad; cuando esa alquimia se da en relación, se trasciende la cuaternidad[29] -dos pares de opuestos y cuatro hermanos; doble sol/luna: el andrógeno- entonces, uno se integra para nacer otra vez… porque de los cuatro que pueden ser seis, diluido uno podrán quedar tres…
En rigor, ese es el camino que propone la individuación, diferenciar esa porción de Dios que se llama Self -a través de su realización- teniendo como instrumento al ego personal; el self está llamado a atravesar el camino de la psique desde la inconsciencia colectiva hacia la conciencia también colectiva…. A eso, Jung le llama “obra de arte”[30]; supongo, que a quien la realiza, un “artista” (Jung, 1997)….
… también se nos llama a ser artistas y a hacer de nuestras vidas… una obra de arte….
A la mirada le es posible tender puentes entre el mundo interno y el mundo del objeto, para eso se la ha dotado también de una función trascendente. Pero ir más allá de sí misma no es lo mismo que romper los vínculos originarios, por lo que el motivo del sufrimiento, surge de este malentendido…
… la mirada llora porque cree que brotó de repente; que entre ojo y ojo, el universo no ha nacido…
y sus propios ojos no existen si no puede mirarlos.…y como no puede verlos, llora porque se pierde…
d) Mirando a la Distancia: Individuación y Totalidad en la Humanidad. Theillard de Chardin dice que la creación está en evolución y todos participamos de ella con nuestra conciencia; Santo Tomás, que “todos los hombres son un hombre”. De estas afirmaciones podremos deducir que el desarrollo evolutivo de la humanidad sigue los pasos de la evolución universal y que, si aplicamos el modelo de individuación junguiana, comprobaremos que todos los hombres estarán desarrollando la conciencia del ego, si estamos en la primera etapa evolutiva; o bien, del self, si estamos en la segunda. Es precisamente lo que se ha dado en la evolución cultural y social de la humanidad: ha habido algo que hacer –con la materia- y ahora habrá algo que ser –con el espíritu-.
Porque convengamos en que si somos materia y espíritu, estaremos completos cuando hayamos desarrollado la totalidad de nuestra materia y la totalidad de nuestro espíritu. Y si definimos lenguajes o funciones psíquicas para uno y otro, podremos decir que corresponden a la materia, la sensación –que proviene del cuerpo físico-, los afectos –que provienen del corazón- y la razón –que proviene del pensamiento-. Estas expresiones –funciones psíquicas relacionadas con el desarrollo del ego y con las etapas de evolución cultural y social que ha tenido la humanidad- han sido suficientemente desarrolladas en el curso de la evolución y ya han sido integradas. En el sendero del espíritu, la historia de la humanidad está dando sus primeros pasos.
El ser humano no podrá estar en totalidad, mientras no haya existido en totalidad; podrá “volver” a la totalidad, cuando haya sido cabalmente y haya recorrido íntegramente el camino del ego y la evolución de su conciencia haya gestado su YO total. La razón –el último elemento vinculado a lo corporal que quedaba por desarrollar- se encuentra integrada; de ello da cuenta la llamada era científica. Muchos siglos podrán corresponder al desarrollo del Alma, pero ha llegado su turno y habrá de venir en un futuro de la historia de la humanidad, el dominio de la Psique. El camino de la intuición –lenguaje del espíritu- habrá de ser recorrido por el hombre; el mismo que propone recorrer el proceso de individuación junguiana, al despejar a la psique de contenidos acumulados en su desarrollo del ego. La humanidad podría estar entrando a la segunda mitad de su vida.
Hay un ALMA que recién comienza a aprender a hablar y recién comienza a ser escuchada. Ese es el faro de la humanidad: el desarrollo integral del alma humana y su lenguaje, la intuición. Por el momento estamos en la ruta del ser; un ser que podrá sentirse desentrañado hasta completar su proceso, un recorrido enmarcado por la oscuridad y la iluminación, la inconsciencia y la conciencia, los polos del ser y del no-ser, de la vacuidad y la totalidad.
IV. Hitos importantes en el camino: el Niño y lo Femenino; Cristo y la Kundalini
a) El Niño Divino es el arquetipo de la fuerza regeneradora que lleva al hombre a la individuación, esto es, a «convertirse en un niño pequeño». Se trata, pues, del símbolo de la verdad misma, de la totalidad de nuestro ser, en oposición al ego limitado y limitador. Para Jung el proceso de individuación puede describirse como la encarnación continua de Dios[31] en la criatura con el propósito de la transformación divina. Jung y Eckhart coinciden en que Dios y la humanidad están íntimamente conectados; son funciones de cada uno; señalan que Dios creó la humanidad con el objetivo de tomar conciencia (Núñez y Alemán, s/a).
Jung lo describió como una anticipación de la síntesis entre lo consciente y lo inconsciente, como un símbolo de plenitud y del Yo (Jung, 1999, 84), en la cual no hay conflicto entre opuestos y se consagra el matrimonio divino entre el animus y el anima (Jung, 2002, 163).
El niño tiene el don de simplemente ser, como una flor, sin necesidad de hacer nada, transformándose en cualquier cosa a fin de ser plenamente lo que es (Jung, 1999, 315). El niño –como símbolo- es futuro en potencia, anticipación de desarrollos futuros, que existen a-priori. Prepara una futura transformación de la personalidad. Es un símbolo que une los opuestos, un mediador, un salvador, un hacedor de totalidad.
b) Cristo y la Cristificación. El símbolo de Cristo, como Hijo del Hombre, permite experimentar psíquicamente una esencia humana superior; que nace como cuerpo neumático para servirnos de alojamiento futuro. (Jung y Wilhelm, s/a, 81)
Leloup dice que “Cristo se deja contemplar como arquetipo de la síntesis que el alma deseante quiere abrazar: “El amante divino es espíritu sin cuerpo; el amante físico es cuerpo sin espíritu, el amante espiritual tiene cuerpo y espíritu”; es el anthropos…. Donde dos seres se aman, Dios está presente; donde se encuentran, el verbo se hace carne” (Morin, 2006, 171).
Este símbolo tendría una importancia máxima en la psicología, por cuanto, junto a la figura de Buda, podría ser el símbolo más desarrollado y diferenciado de la individualidad (Jung, 1989). La realidad del mal y su incompatibilidad con el bien separan con violencia las contradicciones y conducen de manera implacable a la crucifixión y suspensión de todo lo viviente…(Melloni, s/a; 23) suspensión en el sufrimiento moral […] “la iglesia se ha visto obligada a aliviar el yugo de Cristo…[…] reducir la dureza y rigidez del conflicto, lo que se ha traducido en una relativización práctica del bien y del mal […] El bien equivale a un seguimiento incondicional de Cristo y el mal, su impedimento” (Melloni, s/a)
Karl Rahner dice que "El cristiano del s.XXI será un místico o no será cristiano"… entendiendo por "mística" aquella persona que ha hecho una experiencia personal de la sacralidad de la vida; es decir, aquella que ha descubierto el fondo incandescente y divino que reside en el corazón de cada persona y de cada cosa (Melloni s/a)
Esta "divinización es una forma de restaurar la semejanza e integrar tres dimensiones del ser: la unión con Dios –el fundamento-, la unión con los otros –los iguales-, la unión consigo mismo –el interior-. Es un camino de humanización indispensable para el mundo y sus habitantes. Es el espacio original en el que Dios crea y trabaja; son los rasgos que estamos llamados a reproducir por acción del Espíritu (1Cor 15,49), hasta constituir su Pleroma. Cristo y el Espíritu son dos principios: el de la forma y el del dinamismo, de la Energía divina dando forma a la materia informe, en forma inseparable (Melloni, s/a). Es un portador de la pauta evolutiva para la humanidad, transmutado en un guía cuya acción está tan sincronizada con los lineamientos cósmicos que su influencia trasciende el tiempo y perdura por milenios (May, 2005, 217).
c) Lo Femenino[32]. En la alquimia, el principio femenino y mercurial simboliza el aspecto proteomorfo de los procesos naturales, su movilidad fluctuante (Roob, 2006). ¿y si este principio oscilante fuese el mismo descubierto por los científicos en la física cuántica y característico de las partículas elementales… cuyos fenómenos vibratorios han sido comparados con la danza de Shiva (Grof, 1999)…? Lo femenino recuerda ineludiblemente a esa energía llamada Gran Madre, la Kundalini….
Moss dice que nuestra cultura se define por lo femenino “ausente”, por la observación empírica, los mapas intelectuales, la necesidad de objetivar experiencias, la marginación de la esencia de las cosas, del misterio y del sentido de la vida (Morin y otros, 2006, 60). Lo femenino sería lo que escapa a esta forma de contemplar el mundo: lo oculto. Al no profundizar en nuestra conciencia, estamos siendo “objetivos” y tanto en lo interior como en lo exterior, nos enfrentamos a una visión limitada de nosotros mismos (Morin y otros, 2006, 63), porque mientras más descendemos en las profundidades del ser, más la inteligencia vital exige una integración de todos nuestros aspectos (Morin, 2006, 65).
Salomon, haciendo referencia al patriarcado, dice que “la mujer es la princesa dormida, protegida de un destino más funesto merced a ese mismo sueño. Duerme y vela a un mismo tiempo, como la semilla enterrada en el suelo durante las heladas de invierno, y aguarda la primavera de su alma. La mujer se resguarda y deposita en lo más hondo de su corazón el mensaje del amor, y nadie sabe quién vendrá a liberarla. Es la historia del Grial y de los caballeros que buscan la copa de la feminidad, el vaso sagrado” (Morin y otros, 2006, 178). La fuerza iniciática de la mujer no habría desaparecido, sino que estaría “sepultada”; y como todos los encuentros transportan hacia uno mismo, “cuando el hombre frena esa integración, se concentra en el poder” (Morin y otros, 2006, 184).
Muñoz dice que “la piedra está viva y da vida”. Debe transitarse desde la piedra "bruta" -lo indiferenciado o materia prima- a la piedra "tallada" -la integración-. El oro alquímico representaría la inmortalidad –equivalente a transformar al hombre en espíritu, actualizar el arquetipo-, aquello a lo que tiende realmente la transmutación psíquica humana con el proceso de individuación al testimoniar el sí mismo, experiencia que conecta al individuo con lo eterno” (Muñoz, 2007).
Cazenave dice que el principio numinoso femenino tiene dos rostros, uno de vida y otro de muerte, y que sólo se alcanza la vida atravesando la muerte, aunque sea simbólica, (Morin y otros, 2006, 79) “... porque es el vacío el que engendra forma y da sentido…” (Morin y otros, 2006, 93)
Lo femenino representa la cuarta función, la invalidez psíquica -el anima-; lo más relacionado al inconsciente colectivo, la cojera, hermana de la alteridad y madre de la conjunción. Biés dice que “la realización de la totalidad psíquica confluye en la reconstitución del andrógino, en el matrimonio alquímico del sol y la luna, en el interior de cada uno de ellos; ese matrimonio equilibra la dualidad, templa (Morin, 75).
d) La Kundalini[33] -Andrógena según Singer (Grof, 1991); pero inicialmente, una energía femenina relacionada con la totalidad. “Representa la energía vital cósmica -Shakti- inactiva en el cuerpo humano…[…] profundamente dormida y cerrando con su boca la apertura de Shushumma -conducto delgado como un pelo que sube a través de la médula espinal hasta el centro conciente de la coronilla-” (Gopi Krishna, 1999, 56). […] Cuando despierta[34] –sensaciones bizarras y estados mentales desconcertantes (Washburn, 1997, 281)-, para unirse con su cónyuge divino, Shiva, en el último o séptimo centro del cerebro,… […], el yo… pasa a un estado… conocido como Samadhi, dándose cuenta de que es inmortal, lleno de beatitud y parte de la conciencia suprema… (Gopi Krishna, 1999, 57) […] Las imágenes se vuelven intensas y brillantes como si hubiesen sido esculpidas en llama viva…. su color varía de plateado a dorado y viceversa… [En el exterior de la cabeza]… hay un estado de vibración continua (Gopi Krishna, 1999, 85) […] Se ha producido una expansión de conciencia […] La transformación la ha provocado la corriente esencial que se había iniciado debajo de la columna vertebral y había encontrado acceso al cerebro a través de la espina dorsal … (Gopi Krishna, 1999, 10).
“La fuerza vital Prana –retenida en el Pranamaya- cuando ingresa al cuerpo produce un brusco efecto como el de una combustión repentina en un espacio cerrado y su calor y sonido se combinan para despertar de su letargo al poder de la serpiente” (Grof, 1991, 117). Cuando la Kundalini despierta, el “aspirante” escucha el sonido cósmico[35].
Odier dice que “el aumento de la kundalini sólo puede ocurrir en un cuerpo/espíritu en el que toda dualidad se haya diseminado en el espacio merced a la apertura del corazón. Y el corazón es Shiva/Shakti, señor de la danza y de la vibración; la ondulación del corazón que abre las otras ruedas –chakras- y permite recuperar el estado estático que siempre ha estado en nosotros” (Morin y otros, 2006, 120). Somos el dios o la diosa que nuestra visión dualista nos forzó a mirar fuera de nosotros mismos… y la suprema ambrosía es el goce del Sí mismo que contiene la totalidad del mundo, su luz toda, pero también su oscuridad” (Morin y otros, 2006, 121), porque nada escapa a la realidad del mundo y la totalidad de lo divino está inscrita en cada átomo y cada átomo es nuestro propio cuerpo.
Ajit Mookerjee hace la comparación entre este fenómeno y el de individuación junguiana, en el que la totalidad se alcanza al equilibrar las cuatro funciones. En términos de chakras, esto sucedería en el sexto -llamado Ajna-. Al llegar, se trasciende la polaridad, con resultado de una nueva conciencia. El séptimo chakra –Sahasrara de mil pétalos- lleva al mundo del Brahmán-Atman o Shiva-Shakti (Grof, 1991, 119), donde el mensaje es universal y válido para todos los tiempos y para todos los espacios, donde las conciencias vibran en un mismo campo dimensional, donde han llegado Jesús, Lao Tse, Krishna y Moisés (May, 2005, 217).
V. La Explosión y la Vibración: Efectos Físicos de Cambios Químicos.
En el cosmos se dan vibraciones de todo tipo alrededor de la materia existente, que afectan otras vibraciones y posiblemente modifican sus orbitales atómicos, interactuantes con el resto del universo[36] (Eddington, 1933,178). No todas las vibraciones son las mismas –giros planetarios, acústicas o mecánicas, térmicas, orbitales atómicos, partículas- y cada una de ellas se realiza contra todo el resto del universo; suceden mientras no hay cambios sustanciales, porque, cuando los hay, son medibles. Bohm lo llamó universo vacío (Domenech, 2007); porque la materia –en lo subatómico- es un complejo sistema de fenómenos vibratorios (Grof, 2002, 21), una “tendencia a existir” que se denomina “vacío dinámico; el microuniverso no se compondría de elementos sólidos y discretos sino de una red de relaciones (Capra, 2000, 263). Los pensamientos también son acciones que quedan vibrando en el campo mental de la humanidad (May, 2005) y el universo descrito por la física es hoy más parecido a un gran pensamiento. El universo es un todo vital, vibra y pulsa; en este sentido todo en él está vivo, tocado por la dinámica pulsante de la existencia… porque todo lo que vibra esta vivo… somos vida en la vida, vibración en un mar vibrante (May, 2005, 50).
May llama alma a ese aspecto de la conciencia humana que se percata que es parte de una trama…. Y sólo cuando nos hacemos concientes de que “somos” en una red, podemos actuar sobre ella teniendo comportamientos sistémicos que transmitan (May, 2005, 78). La conciencia no es sólo percibir la trama, sino el UNO como esencia manifestada en cada segmento de éste; conectar con el propósito esencial del movimiento de todo y afinarse con él transformándose en un ser depurado, afinado en alta fidelidad con la vibración básica… y en este sentido la evolución humana tiene que ver con sintonizarse…(May, 2005, 78). De Buda, se dice, emanaban muy buenas vibraciones después de su iluminación (Grof, 1991, 91), por lo que, alinear el ego/self es entrar en el ritmo del universo, vibrar en esa melodía, adecuarse a la música cósmica, a la danza de Shiva[37].
“En el proceso de evolución espiral hay hitos que marcan cambios de estados profundos que cambian de orden, cambian nuestra conciencia” (May, 2005, 84). “Son evidentemente fruto de un proceso anterior que en algún momento “estalla”[38]… -cuando brota una semilla ya no le decimos semilla, sino planta- […] y en ese sentido, el ritmo de los procesos evolutivos no siempre es el mismo. Hay momentos críticos que se llaman transiciones, esos puntos de inflexión en que se abandona el estado anterior, sin haber estabilizado el posterior […] son momentos que demandan lanzarnos a un abismo… -la fuerza intrínseca que lleva al feto a salir del útero- una fuerza que contiene la voluntad de Ser en todo[39] (May, 2005, 85) … y entonces –después del desconcierto inicial y tal vez mucho después- nace también la conciencia de la sincronía –porque, los hechos concretos son requerimientos de expansión de conciencia (May, 2005, 197) y alertan respecto de su alineamiento /pertenencia /participación con alguna ley de orden universal-. Porque –en palabras de Letschert- más allá de todo lo binario se encuentra el infinito… y la búsqueda espiritual oculta muchas paradojas… y es una condición del alma que penetra en la naturaleza para descubrir en ellas la vibración íntima de su interioridad, la música esencial que realza su forma y su sentido (Morin y otros, 2006)
… y es también una condición del alma el estar oculto o expuesto… y hacer que todos los mundos, de ésta y de todas las épocas, se conviertan también en el mundo nuestro… Si su nombre es reminiscencia, anamnesis, satipatthana o samsara… no importa, su nombre no importa. En cada caso será “recordar lo que se sabía”… “hacer conciente lo que había antes del advenimiento de la propia conciencia”… y así, dejarse expedito… permitir que el alma hable a través de nuestro mito… para que lo complete, para que el propio ser no quede errante en el inconsciente colectivo… atrapado en el no-ser[40]… ¡ cuanto dolor evitaríamos de saberlo !
porque… somos música tendida por todo el universo… con acordes sagrados, humanos, divinos… maravilloso misterio …¡!
VI. Conclusiones
Todos los mitos necesitan ser actualizados, como todas las personas, escuchadas. Es la forma de hacer presente lo ausente y de darle vida a la muerte. La inconsciencia, cual Kundalini, espera pacientemente a su animus… a su Príncipe Encantado… para hacer flor la semilla… para que el Sol no pierda su sentido de vida… Algo indica que el momento evolutivo de la humanidad amanece ya para esa Gran Madre… con lo cual podrá re-presentarse esa unión arquetípica y el eros volver a ser identidad.
Ser y Hacer parecen ser indisolubles… como el ojo a la mirada, no son posibles el uno sin el otro. La Unidad es un Todo, que se forma del sentido de sus partes: … es el hombre el que camina y la mujer la que ilumina… uno es llama; el otro, aire…. uno busca; el otro, nutre… Es el mismo cordón de antes[41] que se extiende entre los antiguos árboles: el de la vida, que da semillas y el del conocimiento, que da sustento. Son esas mismas manos, que siempre han escuchado y los mismos oídos que siempre han podido ver…. Ya vemos, podrán ser varios los trenes; pero sólo uno, el riel….
Hay un Ser desnudo de todo atuendo y un Hacer vestido de fuertes estructuras. Hay un blanco y un negro distanciados por espacios construidos de sus mismos elementos. Es la Tierra y el Cielo contenidos en un sólo universo. Para poder comprenderlo, basta el intelecto; después, sostenerlo. La totalidad parece ser sólo eso: todo uno y lo mismo….
Pero,…. dividido y distinto ¡!
VII. Referencias Bibliográficas
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Citas
[1] Profesora de Filosofía, Licenciada en Educación, Magíster en Administración Educacional, Magíster Psicología Clínica Junguiana 2006-2007
[2] ¿Alguna vez ese “interior” –que tiende a existir- podrá ser adquirido y llamarse “inconsciente personal”; alguna otra vez ese “interior” podrá ser heredado y llamarse inconsciente colectivo? ¿Esos contenidos arquetípicos podrán ser sustancias emocionales que buscan hacerse alma, porque habiendo “quedado incompletas” buscan ser individuadas?
En lenguaje de Hillman, podremos preguntarnos si, ¿los difuntos son quienes que habiendo estado en la conciencia ya no lo están ni volverán a estar nunca más? …en tal caso, a la humanidad le está vedada la totalidad…; ¿O tal vez, los difuntos son aquéllos que habiendo estado en la conciencia ya no lo están pero podrán volver a estar?… –serían nuestra obligación ética u opción evolutiva… Claramente, los difuntos no serían aquéllos que nunca han estado, pero podrán estar; éstos podrían formar parte de un futuro inconsciente colectivo. Y los difuntos tampoco podrán ser aquellos que nunca han estado y nunca estarán; porque ésos serían potencialidades no activadas.
Así visto, ¿cuál podrá ser nuestra responsabilidad frente a los contenidos inconscientes personales o compartidos?
[3] Neoplatónico –S.III dC- en quien se funden las tendencias místicas e intelectuales de Platón y Aristóteles y para quien, al mundo de las Ideas le trasciende el Uno, fuente de todo ser. Ese Ser es esencialmente vida, dinamismo y movimiento; desde él emana y procede directamente toda la escala ontológica. Es causa eficiente, no por creación , sino por emanación. (Fraile, 1971, 721)
[4] Washburn, dirá “convertirse en ser humano para comenzar a ser un ser humano completo” (1997, 337).
[5] El misterio de la encarnación afirma que nos transformamos a través de lo instintivo, no por desprendernos de la materia, sino por encarnarnos en la materia (Grün, 1999, 1)
[6] Concepto que sería perfectamente consistente con el Mundo de las Ideas Inmanentes de Platón.
[7] En tal caso, la vida –tal como la conocemos- sería una etapa en la gestación del hombre total, la de transformación de la psique.
[8] El movimiento debiera darse en ambos sentidos: por diástole y sístole , inspiración y expiración; como la noche y el día, la vida y la muerte.
[9] El Evangelio de Felipe es un escrito gnóstico de orientación valentiniana que forma parte de los denominados evangelio apócrifo datado alrededor del siglo III pero perdido hasta que fue redescubierto por accidente en la segunda mitad del siglo XX en Egipto (copto original), encontrado en Nag Hammadi. (Wikimedia)
[10] El termino “esférico” me parece especialmente adecuado, ya que al avanzar “rellena” los vacíos que, el camino “espiral” solo circunvala y rodea. Si ello fuese así, el proceso no sería extenso ni profundo, sino “denso”.
[11] Uno también puede decir, con justa y correcta razón que, la vida es la realización de un ego, no realizado, pero necesario en el universo de la psique…..conciente. … Y entonces, la vida, es las dos cosas... la realización de un ego y la realización de un self.
[12] Capra comenta a Einstein en su revolucionaria declaración de que el espacio tridimensional en el que vivimos es realmente curvo y se produce por los campos gravitacionales de los cuerpos sólidos; el grado de curvatura, dependerá de la masa del objeto al cual rodea (Capra, 2000, 229)
[13] Platón dirá que el universo o el orden inmutable de las cosas es la manifestación y la imagen de la perfección del Creador: “(…) y así ánimo el mundo, ser vivo único que contiene en sí todos los seres a su semejanza (…) e imprimiéndole un movimiento giratorio, le dio forma esférica (…), en otras palabras, le dio la forma más perfecta de todas” (Platón, Timeo, 410 a.C/1975)
[14] Podría suponerse que la vida –tiempo contenido entre el nacimiento y la muerte física- es un segundo estado uterino. El primer espacio es el que ocupa el embarazo en el útero de la Madre Nuestra, cuyo objetivo sería formar físicamente al individuo y cuyo cumplimiento –otra forma de individuación- da origen a la vida; el segundo espacio es el que ocuparía el “embarazo” en el útero de la Madre Tierra, cuya gestación se originaría al momento del nacimiento y cuyo cumplimiento –individuación junguiana- da origen a la muerte. Esa “muerte” al igual que la que podría decirse que se produce al término del primer “embarazo” podría ser también el “nacimiento” a un tercer espacio, al que se accede una vez que el hombre ha completado su desarrollo físico –individual- y psíquico –social-…. (¿la Gran Madre y la Madre de Dios, podrán ser las dos madres que siento ausentes en este espacio?)
[15] Evoca conceptos de dirección, causalidad, propósito, lógica.
[16] Evoca conceptos de contenido, analogía, significado, sentido
[17] La imagen del puzzle es gráfica. Permite la analogía de decir que la totalidad debe ser algo así como saber cuál tiene que ser el dibujo que debe armarse –aunque no se tenga una foto ni su imagen-; porque antes de eso, todas las “partes” deben ir quedando amontonadas, unas veces formando pequeñas totalidades que “encajan” –pero que no se sabe si corresponden o no, porque como no sabe a cuál es la imagen que debe armarse, las tentativas van siendo opciones posibles… y, por tanto, “válidas”; pero no necesariamente, verdaderas-.
[18] Alude Cozolino, s/a
[19] En matemática hay niveles de infinitos. Los números naturales –1, 2, 3, etc-, los enteros –-3.-2,-, 0, 1, 2, etc- y los racionales – todas aquellas fracciones y decimales periódicos que van entre dos números naturales-, constituyen cada uno un infinito de un mismo “grado de infinitud”, dado que “dos conjuntos tienen la misma cardinalidad si pueden hacerse corresponder sus elementos uno a uno” (Cantor) Esto no sucede igual con los irracionales –número infinito de decimales no periódicos- que, como no pueden enumerarse, su cardinalidad es un infinito mayor.
[20] Los Budistas dicen que la llama de una vela puede prender otras velas. (Es interesante lo que testimonian algunos místicos al respecto. Se sugiere revisar textos de San Juan de la Cruz, Teresa de Avila; Gopi Krishna, entre otros).
[21] Grof trata el tema en muchos de sus libros, uno de ellos, “La Tormentosa Búsqueda del Ser”; Washburn, en “El ego y el Fundamento Dinámico”; Campbell en “El Héroe de las Mil Caras”; Jung en “Símbolos de Transformación”.
[22] En términos del “sufrimiento” comentado antes, el “sacrificio” resulta de la postergación del ego
[23] En el mismo sentido anterior, la “introversión, toma la dirección contraria a la enajenación egoica.
[24] Hace referencia a la imagen de “luz interior”
[25] Es notable el lenguaje con que se expresan estos conocimientos. Puede pensarse que “la herida” produce una escisión en el lugar donde se manifiesta… la herida es una escisión; y siendo escisión, abre un espacio… a través del cual podrá entrar la luz. En consecuencia, mientras más grande la herida, mayor la cavidad por donde entrará la luz.
[26] Jung descubrió ese patrón profundo –en su mayor parte inconsciente- de unidad e integridad psicológica. (Stein, M.2004)
[27] Debemos deducir que “antes de esa conjunción “ lo que había era una escisión.
[28] En los textos alquímicos esta presencia recibe el nombre de Materia Prima, Piedra, Agua, Quintaesencia, Mujer, Cielo, Semilla, Tierra, Mina y otros… lo que causa múltiples confusiones en todo lector que no esté avezado (Vásquez, 1997).
[29] Según una ley atribuida a Pitágoras, el espectro total de posibilidades de este mundo está contenido en la cifra cuatro. El quinto elemento aristotélico, la sutil quintaesencia, no puede encontrarse más que en el empíreo divino. El objetivo de los alquimistas era hacer descender ese elemento a la tierra y para ello había que cruzar el anillo exterior del mundo inferior, el anillo ofídico de Saturno, que lo separa del Paraíso (Roob, 2006, 30). Superarlo implica una cesura en el transcurso del tiempo, su retorno a la edad de oro, la eterna juventud en la simultaneidad divina (Roob, 2006, 30).
[30] P.Klee dice que es misión del artista penetrar cuanto sea posible en ese terreno secreto donde la ley primordial alimenta el desarrollo”; Kandinsky dice que la importancia de las obras de arte no está en la superficialidad de lo externo, sino en la raíz de todas las raíces, en el contenido místico del arte. (Op.cit., pg 268) Chirico dice que una obra de arte tiene que contar algo que no aparece en su forma visible, algo de su metafísica. (id., pg 258)
[31] Alude más bien al “arquetipo”
[32] Dice una leyenda que cuando Eva estaba “adentro”… los dos estaban en el Paraíso… ¡ pero miró y quiso salir ! Adán le habría entregado los medios; ella, el alimento. Y salieron a conocer. Dicen que ahora, ella lo quiere hacer volver… y que, cuando él vuelva a tenerla dentro, ambos estarán completos.
[33] Un tipo de Yoga. La actividad del cerebro y del sistema nervioso dependería de la existencia en el cuerpo de un elemento vital sutil llamado prana… […]…El término prana significa la energía vital cósmica y su conductor biológico sutil en el cuerpo (Gopi Krishna, 1999, 41). Yoga es la creencia sagrada india, de que a través de un esfuerzo correctamente dirigido es posible para un hombre completar el ciclo evolutivo de la existencia humana en una vida y convertirse en un adepto transfigurado acorde con la Realidad infinita más allá del mundo fenomenal, liberado para siempre de la cadena interminable de nacimientos y muertes (Gopi Krishna, 1999, 119)
[34] El despertar de la Kundalini puede producir efectos peligrosos para la salud y la vida humana. Esto es repetido continuamente por Grof (2000), Gopi Khrisna (1999) y un importante número de instituciones dedicadas a la investigación de los efectos espirituales que produciría el despertar de esta energía.
[35] En cada etapa de su despliegue desata bloqueos psíquicos de diferentes energías y con cada nuevo desate ocurre una transformación (Grof, 1991, 119)
[36] No existe contradicción, si a veces decimos que la extensión del átomo está controlada por la curvatura del espacio y otras, que está controlada por fuerzas de interacción procedentes del resto del universo. (Eddington, 1933,178).
[37] Masaru Emoto, investigador japonés, descubrió que las vibraciones se registran en el agua, dándole a ésta un papel trascendental en nuestras vidas. La forma que van adquiriendo las moléculas, según sean armónicas o no las vibraciones, da cuenta del daño o beneficio que puede uno hacerse a sí mismo y al resto de la humanidad.
[38] Las explosiones se producirían por altas presiones, provocadas mecánicamente o por presencia de cambios fundamentales en las sustancias químicas […] No significan cambios en las sustancias, sino procesos de generación de presión. […] Las explosiones físicas generalmente involucran un contenedor que, por efectos de compresiones, calentamientos o reacciones químicas, rompen las resistencias en alguna parte de los contenedores, provocando un empuje en las estructuras en dirección opuesta a la dirección del químico…”.
[39] Stein dirá que toda la teoría psicológica de Jung se basa sobre el presupuesto de que el ser humano potencialmente tiende hacia la totalidad. Su noción de individuación, que guía al desarrollo humano psicológico y espiritual, se basa en el presupuesto de que su objetivo es la totalidad. Su teoría de partes psíquicas –figuras arquetípicas tales como la sombra, la persona, el ánima y animus, los complejos personales- dependen implícitamente de la noción de que son parte de un todo, el Self, que las coordina y las contiene. El mito central guía de Jung es el mito de la totalidad. (Stein, 1990)
[40] Se refiere al inframundo de Hillman (1980)
[41] Expuesto en Trabajo anterior: “Hermes es Teseo, un Chamán. Como él puede ingresar al laberinto de la psique, recorrerla y regresar. Ariadna, su anima, amante enamorada, le facilita el cordón de plata; el mismo que después utilizará Lobsam Rampa – Monje Tibetano, autor del libro con el mismo nombre. El cordón de plata es el hilo que une al cuerpo material con el espiritual; mientras ese hilo mantenga unidos ambos cuerpos, el ser corpóreo recibirá el hálito de la vida-. Cordón, que también teje cada madre para cada hijo… y en el que más tarde, la medicina, encontrará un valor regenerativo. ¿¡Cómo podría no tenerlo si es el vínculo entre el hombre y el Paraíso!?”
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