¿El Mundo de la Psique contiene al Yo; el yo contiene el Mundo de la Psique?
¿El mar contiene al pez; el pez contiene el mar?
M.L. Paula Durán Hurtado[1]
Resumen
Este breve ensayo hace algunas reflexiones en torno a los límites, cómo se definen y qué se incluye en uno y en otro territorio. Para ello, aborda someramente el Universo onírico, haciendo una escueta comparación entre la visión antroposófica, la teoría Platónica y la propuesta de Hillman. El Informe se asoma por un instante al Inframundo, por la curiosidad de conocer algunos de sus habitantes y saber cuáles puedan ser algunos de sus quehaceres. En el mundo de los sueños, las reflexiones circunvalan en torno a si éstos son narraciones del inconsciente personal o viajes del self al mundo mítico; o bien, si se trata de seres míticos que existen y que vienen desde ése mismo mundo hacia el inconsciente personal, a relacionarse y compartir la experiencia humana de la psique. Desde allí, la mente ha convenido en divagar por espacios propios del alma, terrenos del ser y de la nada.
El Informe comienza abriendo una puerta, custodiada hasta hoy por una pareja sagrada.
Desarrollo
El mundo visible se hizo corresponder al mundo invisible
Y no hay nada en este mundo que no sea símbolo de algo perteneciente al otro mundo.
(Al Ghazzali)
1. Hace muchos años, escuchando a un médico psiquiatra en una clase que dictaba a alumnos de medicina, le oí decir que una forma –no sé si la única- de entender e intentar sanar a un enfermo psiquiátrico era situándose en la línea que separa la normalidad de la locura. En ese entonces –y tal vez aún viva- él contaba con Horacio[1], un esquizofrénico con un alto coeficiente intelectual que, de tanto tiempo internado, había aprendido mucha psiquiatría y servía de nexo entre el profesional y algún enfermo.
….Una línea separaba la normalidad de la locura….
Una línea, ¿comparable tal vez con la del Ecuador, que separa los hemisferios –norte y sur- del globo terráqueo? Una mera división que, sin embargo, establece el lugar en el cual se encuentran los contenidos “sanos” para distinguirlos de ese otro lugar en el que habitan sus “sombras” y que, como el muro de Berlín, si se derrumbara, permitiría que esos seres, mantenidos tras esas barreras, salieran de sus espacios para mezclarse con los “buenos”. Robert Wimmer, analista Junguiano, se refirió magistralmente a un fenómeno análogo, al hablar de las sombras errantes[2], reflexión que hizo, al reparar perplejo –cuando era niño- que vivía en un país en el cual había dos clases de ciudadanos, los “buenos”, a los que él pertenecía y los “del Este”, desterrados de cualquier desarrollo e indiferenciados. Sombras, sin embargo, que en el caso de aludir a una persona humana en particular, serían causal suficiente para ser catalogada como sicótica. Porque, sicótico, es aquel individuo cuya conciencia ha sido invadida por contenidos inconscientes.
…. Las líneas divisorias….
¡Tantos espacios que han creado los hombres para diferenciarse! En los hospitales, se deja a los enfermos; en las cárceles, se deja a los que atentan contra la moral; en los conventos, a los que rezan; en los colegios, a los que aprenden. Hoy se tienen países de gente buena y un continente entero para aquellos a quienes no se está dispuesto a ceder un espacio en el planeta.
Fragmentada de esta forma la materia, se procede a trasladar el modelo a la cosmología espiritual, para ser aplicado al universo de la psique. El paradigma ha permitido distinguir en ella, dos sectores, uno de conciencia y otro de inconsciencias –personal y colectiva. La conciencia, gobernada por el eje ego-self, es la que permite que se tome conocimiento de la existencia del otro y del sí mismo en relación de sujeto/ objeto. El resultado es que a mayor conciencia, mayor existencia y menor inconsciencia. Para efectos del sujeto que conoce, la conciencia, lo hace Ser sujeto psicológico; la inconsciencia, en cambio, restringe su posibilidad de Ser completo y, por tanto, le veda el retorno a la totalidad.
A diferencia de la conciencia, su contraparte, la inconsciencia, se compone de todo aquello que es desconocido (Campbell, 1998). En este contexto, hay al menos dos formas de ser desconocido. Una, ser completamente desconocido y otra, ser parcialmente desconocido. A nivel psicológico, se dirá que son relativamente desconocidos aquellos contenidos que atañen a lo social -de la propia dinámica y de la historia personal y cultural- y aquéllos que responden a energías y fuerzas del universo y del cosmos; ambas áreas, básicamente inconscientes, podrían eventualmente y por alguna situación excepcional, ser percibidas por la conciencia vigilia. En oposición, podrán ser denominados como totalmente desconocidos aquellos contenidos que pertenecen al campo del soñar, al campo de la espiritualidad y al de aquellos estados alterados y/o no ordinarios de conciencia. Entre éstos, habrán de ser incluidos los arquetipos, las ideas inmanentes y muchos otros inefables vinculados al inconsciente colectivo.
A los contenidos del inconsciente puede accederse de algunas formas –ninguna expedita, claro está-. Un modo de poder alcanzarlos –y así hacer camino al Paraíso- es atender a los sueños, a sus imágenes, a sus mensajes, a sus objetos, a sus personajes; modalidades de ser, todas, que mientras se encuentren en el espacio onírico, habrán de ser perfectamente conocidas y familiares y que, sin embargo, en la vigilia, serán ignoradas, olvidadas, tachadas de absurdas y carentes de toda lógica. El ego vigilia preferiría no re-conocer ese lenguaje, simbólico y propio de la psique; pero impulsado y alineado por el Self, no tiene más alternativa que abrirse al conocimiento que se le dé a comprender. Los sueños son una expresión de ese inconsciente y su manifestación podrá ser iluminada sólo parcialmente por la conciencia; los sueños son sus raíces invisibles…
Raíces invisibles… de árboles del conocimiento...
Raíces que conducen a un tronco… que es la Unidad….
…. Eje entre la Tierra y el Cielo….
Conocimiento que se tuvo y que parece haber sido olvidado….
Conocimiento que clama y espera ser redes-cubierto…
Cubierto de velo-ego y de humanidad…
Sin embargo, el Self pertenece a la totalidad; para él no hay contenidos desconocidos; el Self es conciencia[3] pura. El inconsciente que aparece en los sueños es conciencia para el Self. El centro de conciencia del Self, en ese Universo, es el ego onírico. El ego onírico, por tanto, existe en el mundo de los sueños, como también todo ese espacio cósmico intangible en el que habitan sus imágenes. Más, si el ego onírico es real, el ego vigilia es su sombra. En tal caso, el ego vigilia es el centro mismo de la inconsciencia en el universo de Hera, el punto ciego que se relaciona con las apariencias físicas creyendo que la verdad, es el aspecto que ellas muestran.
2. La Teoría respecto a que el alma tendría un Mundo propio, desde el cual emerge /desciende para realizar junto a la materia una misión terrenal, ha sido planteada a partir de diferentes sistemas ontológicos, uno de los cuales esdescrito por Platón. En sus Diálogos, el filósofo se refiere a ese mundo como un Universo ontológico que trasciende al mundo empírico, desde el cual emanan las almas que se ven, posteriormente, aprisionadas e ignorantes en la humanidad. Las ideas, lo mismo que las almas, se suponen realidades permanentes, inmutables y siempre idénticas, ontológicamente contenidas en un Mundo Invisible, fuente del Ser y de la Esencia. Realidades suprasensibles, a las cuales al hombre le es posible acceder por reminiscencia o purificación. El Mundo de las Ideas es el hábitat natural del alma que, con la vida terrenal sufre una transmigración pasajera.[4] Las ideas purificadas, experimentan la verdad; retornan al Mundo Ideal; en el Mundo Real, están sumidas en las sombras,[5] engañadas por los sentidos que hacen parecer como verdad, la apariencia.
La Antroposofía dice que el hombre es dueño de su conciencia pero no de su alma, por lo que necesita reflexionar respecto de la razón de su vida, necesita saber hacia dónde se lo impulsa; necesita saber dónde, por qué, cómo y con quién está. El hombre necesita saber, cuando existe el eje ego/ self; porque el ego enajenado actúa como una fuerza etérica independiente y privilegia su escisión de la realidad original, con lo cual provoca el grito del espíritu que, al no ser atendido, termina abandonando definitivamente la materia y entonces, el ego muere.
Esta ciencia postula que, una posibilidad de desarrollo del Yo humano, puede alcanzar su destino haciendo el camino de libertad y entonces alcanzar el arquetipo; pero para eso es necesario descender a la tierra y sumergirse en esta naturaleza cumpliendo una misión humana.[6] El self toma su propia iniciativa en el mundo en el que pertenece y cuando el hombre duerme, se desprende de él para volver a su universo y “recargarse”, fortalecerse y después regresar a completar su tarea terrenal. Es entonces cuando se producirían los sueños, que no son sino viajes del self al inconsciente.
La postura que Hillman tiene al respecto es consistente con lo dicho. Cree quelos sueños pertenecen a una mitología particular, que son “fenómenos que emergen de un lugar arquetípico específico, que corresponden a geografías míticas distintas, que luego reflejan ese inframundo...”. (1980; pg.15) Las imágenes que aparecen en los sueños, sus paisajes y sus seres, son almas –dice- que han dejado de estar fundidas con las vidas personales y no partes de la personalidad de un soñante. Si esta premisa fuese verdadera, habrá de concluirse que los sueños no son personales sino colectivos; no pertenecen al hombre que los sueña sino a la psique. Hillman sugiere que la vida es el escenario y el ego vigilia, la sombra y su actor onírico, que camina y experimenta los diversos procesos que le depara el libreto de la vida en el espacio de la conciencia. Ese mismo ego onírico, en el acto de soñar, es el alma-libre o psique-alma liberado de su malentendido de pertenecer al mundo real.
De acuerdo con el paradigma de la compartimentación, el ego onírico se encuentra en la inconsciencia de la psique durante el sueño;inconsciencia que es habitada por aquellos contenidos que no están en la conciencia del hombre y que, por lo tanto, carecen de existencia. Bien dice Hillman (1980), que los sueños pertenecen al inframundo; territorio, se sabe, gobernado por Hades.
En lo que va de la reflexión, el inconsciente colectivo cuenta con tres compartimentos que -al igual que el universo, repartido-, posiblemente, estén gobernados cada uno por cada uno de los tres hermanos: Zeus, Poseidón y Hades.
3. Según la mitología romana, en el reino de Plutón /Hades se encuentran los difuntos. Según la teoría de Hillman, en consecuencia, los sueños llevan al espacio en el que habitan los muertos. Deviene entonces la pregunta respecto de ¿quiénes son los difuntos? ¿Aquéllos que habiendo estado en la conciencia ya no lo están ni volverán a estar nunca más?; ¿aquéllos que habiendo estado en la conciencia ya no lo están pero podrán volver a estar?; ¿aquéllos que nunca han estado, pero podrán estar?; ¿aquellos que nunca han estado y nunca estarán? La pregunta es perfectamente válida, porque, dependiendo de su condición, estarán en el Tártaro –lugar de castigo eterno-, en los Campos Elíseos –lugar de luz y felicidad, en la que habitan quienes pueden volver a la vida cuando lo deseen- o en los Campos de Asfódelo –donde yacen los muertos con pálidas flores-. Y es así como en el Hades, las almas podrán ocupar alguno de sus tres espacios, aunque en realidad, son cuatro.[7]
En la mitología griega, este reino parece ser más tenebroso: en él vagan las ánimas. Homero, en la Odisea, narra que Ulises, al llegar al Hades, hace libación a los muertos, sacrifica a animales desollándolos y quemándolos, como un acto de ofrenda a la deidad. Hades es temido por los mortales; se le representa con cara oscura y cubierto de sombras o invisible.
Hades representa a la muerte, invisible e inadvertida. Plutón[8], dios de las mutaciones, de la destrucción benéfica, que surge de la informidad más profunda de la tierra, de la noche y de las capas más arcaicas de la psique; dios que anhela ser transformado; dios que brama de estar lejos y sentirse desterrado. Dios y amante de la metafísica.
Si los sueños se realizan en el Hades y las imágenes que representan, son sus habitantes, querrá decir paradójicamente que, en el Hades, los muertos están vivos. Y cómo todos los muertos están en el Hades, todos los muertos están vivos. Así, el espacio onírico abre una puerta a la vida de los muertos –que son representaciones fantasmales- y permite que el ego onírico –también muerto- recupere su vitalidad espectral. Hillman dirá que los sueños y sus figuras son más que complejos a resolver, son en sí mismos sustancias emocionales en proceso de hacerse alma. (1980. Pg 140) En tal sentido, puede pensarse que cada uno de los habitantes del Hades –las almas de los muertos- busca individuarse y el sueño es la instancia en la que reivindican su olvido.
Se decía en una página anterior que los difuntos podían ser, al menos, de cuatro tipos. En el Hades se encontrarían aquellas almas de quienes han existido y han dejado de existir para siempre y aquéllas de quienes han existido y podrán existir nuevamente. Surgen, sin embargo, más preguntas:¿En qué reino se encontrarán las almas de quienes nunca han estado pero estarán? Y ¿Qué dios guardará a aquéllas que no han estado y tampoco estarán?, ¿En qué misterio se amparan las que siempre han estado, aún están, pero dejarán de estar? ¿Cuál será el nombre de aquel dominio en el que se contienen aquéllas que siempre han estado y que siempre estarán? Poseidón y Zeus, gobernantes omnipresentes de territorios colectivos, podrán significar la entelequia.
Y es así como van surgiendo los estados del alma que, en teoría son tres; pero en concreto, cuatro. También, tres sus dioses espirituales –Zeus, Poseidón y Hades- y una diosa material –Tierra-[9]. Es en la Tierra donde el alma hace conciencia de la psique, donde se realiza. Todo aquello que ha sido o podido Ser, llega al reino de Hades, su inframundo. Todo aquello que se mantiene indiferenciado, también es subterráneo y es gobernado por Poseidón, dios de las aguas y de la inconsciencia. La totalidad está iluminada por Zeus y representa la trascendencia del alma -hecha psique- a los estados terrenos. También el alma habrá de contener 4 espacios: la conciencia –el reino de la Tierra-, la inconciencia personal[10] –cercana al Hades-, la inconsciencia colectiva –en manos de Poseidón- y la totalidad, -descansando en Zeus-.
En la puerta de cada templo hay una pareja sagrada[11]: la Tierra y Zeus, son los guardianes del alma; los arquetipos femenino y masculino habitan en los límites del inconsciente personal y el colectivo; el padre y la madre se encuentran en el umbral del proceso de individuación, en la línea que separa la conciencia de la inconsciencia personal.
II. Reflexiones
El cuerpo no está escindido del espíritu, hay una unidad íntima entre ambos. La ciencia moderna y la dicotomía hace que la percepción se fije en esta unidad coprológica. Sin embargo, un cuerpo físico es materia y para poder serlo ha de estar ligado a un espíritu que es arquetipal. Lo material sólo es posible por la existencia del mundo espiritual, el Mundo de las Ideas. Los reinos de los dioses y todos los reinos están, lo mismo que los cuerpos, íntimamente ligados entre sí.
Cuando el hombre tome conciencia de su realidad y condición espiritual, la depresión, la angustia y la ansiedad no tendrán razón para cruzarse en su camino[12]. En la vida terrenal, se hace necesario que el hombre despierte aquellas capacidades que le permiten fortalecerse para afrontar las vivencias que le ofrece la vida, algo concretas, es cierto, algo planas, duras y rígidas… ¡!
La dicotomía en la que se plantean estas existencias conduce necesariamente a la hipótesis que si en un estado se está vivo, en su estado contrario, se está muerto. De tal forma, si puede concluirse con Hillman, que el sueño es la realidad del ego onírico, habrá de concluirse –también- que la vigilia es la muerte o el sueño para ese mismo ego. Sin embargo, sólo elementos que tienen algo en común pueden ser comparados y posteriormente clasificados como opuestos; los opuestos están unidos.
Hermes es Teseo, un chamán. Como él, puede entrar en el laberinto de la Psique, recorrerla y regresar. Ariadna, su ánima /amante enamorada, le facilita el Cordón de Plata, el mismo que después utilizará Lobsamg Rampa.[13] Cordón, que también teje cada madre para cada hijo… y en el que más tarde, la medicina, encontrará un valor regenerativo. ¿¡Cómo podría no tenerlo si es el vínculo entre el hombre y el Paraíso!?
La intuición es el camino de la Psique[14] –ya se dejaba presentir en una reflexión anterior- la intuición es el camino hacia la totalidad; una promesa transpersonal.
III. Síntesis
En alguna de las sesiones de clases del psiquiatra aludido al inicio de este trabajo, a la que también asistí ese semestre de hace más de treinta años, se hizo diagnóstico de delirio psicopático ¿o psicopatía delirante? a un joven que decía haber estado en un espacio junto a todos los que estábamos presentes ese día. En esa ocasión –aludió- pudo ver en el cielo una nave que se dirigía directamente hacia el grupo en el que estábamos reunidos…. Desesperado nos decía –intentando inoficiosamente de evocarnos el pasado- “les dije que venía” –y señalaba con sus dos manos al cielo, que luego bajaba para tomarse de la cabeza-, “les dije que escapáramos, que su contacto nos produciría una transmutación; sólo yo alcancé a correr; todos ustedes fueron alcanzados y transformados” –y nos señalaba con su dedo índice, tratando de hacer memoria del nombre de alguno de nosotros- “se los advertí” –se lamentaba-…. “Ahora, ellos, ya se fueron y ustedes son parte del laboratorio. Sólo yo pude salvarme. ¿¿¡¡ cómo no se acuerdan !!??…. El mundo se ha vuelto al revés: sólo yo soy el mismo que era cuando ustedes aún no habían sido contagiados… pero ahora, sólo yo soy el loco… Y aquí estoy, aquí me tienen, encerrado… mirándome como si yo fuese el enfermo.”
En tantos años, el recuerdo nunca ha dejado de impresionarme. Tal vez se trataba de un ego onírico que había querido individuarse en el escenario. Cualquiera fuera la verdad, indudablemente, era él quien había perdido el rumbo….
IV. Referencias Bibliográficas
BOA, F. (1997) “El Camino de los Sueños. Conversaciones con ML Von Franz”, Ed. Cuatro Vientos
CAMPBELL, J (1997) “El Vuelo del Ganso Salvaje”. Ed.Kairós
CHEVALIER, J. Y GHEERBRANT, A. (1991) “Diccionario de los Símbolos”. Ed. Herder
FONTANA, D. (1996) “Aprender a Soñar”. Ediciones Oniro SA
GROF, C., y GROF, S. “La Tormentosa Búsqueda del Ser” (2001) Ed. La Liebre de Marzo, SL
GROF, S. Y OTROS (1999) “La Conciencia Transpersonal”. Ed.Kairós
GROF, S y Otros (2003). “Más Allá del Cerebro”. Ed. Kairós
GROF, S (1993) “Sabiduría Antigua y Ciencia Moderna”. Ed. Cuatro Vientos
HARNER, M., y Otros. (1998) “El Viaje del Chamán” Ed.Kairós
HILLMAN, J. (1980) “Los Sueños y el Inframundo”, Ed. Praxis
HOFFMAN, L (Por Malú Sierra) (1988) “Sueños. Un Camino al Despertar”. Ed. La Puerta Abierta
JUNG, CG (s/año) “El Secreto de la Flor de Oro”. Ed. Solar
JUNG, CG (1997). “El Hombre y sus Símbolos”, Limergraph SL, Ripollet-Barcelona
KOESTLER, A. (1998) “En Busca de lo Absoluto” Ed. Kairós
MASLOW, CAPRA y Otros (2000) “Más Allá del Ego”. Ed.Kairós
PLATÓN. Diálogos Ediciones Zeus (1971). Traducción de Godó y Palomares.
RIMPOCHÉ, S. (1994) “El Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte”. Ed. Urano
VON FRANZ, ML (1995) “Sobre los Sueños y la Muerte”. Ed. Kairós
WALDBERG, M. (2000) “Gurdjieff, Más allá de los Muros”. Dolmen Ediciones SA
WILBER, K., y Otros. “¿Vida después de la Muerte?” (1994). Editorial Kairós.
[1] Nombre ficticio.
[2] “The Homeless Shadows and the Global Search of Enemies”. Conferencia. IV Congreso Latinoamericano de Psicología Junguiana. Punta del Este. Uruguay. Septiembre 2006
[3] Que el Self sea “conciencia pura” no es aceptado en psicología analítica, en virtud de que el Self es el centro del inconsciente. Yo insisto, sin embargo, en contra de toda teoría que sí es conciencia pura –pero no de sí mismo-
[4] Platón hace referencia al Mundo de las Ideas en sus Diálogos El Banquete, El Fedón y El Menón.
[5] El Mito de la Caverna
[6] Entrevista hecha a Luis Bernaschia, Médico Psiquiatra. “Una Belleza Nueva” TVN. Octubre 2006
[7] Hay una cuarta zona en el Hades –el Erebo- habitada sólo por el dios y Perséfone
[8] Nombre dado a Hades en la mitología romana.
[9] Muchas evocaciones sugiere la forma cómo se ha presentado la composición. Se incluyen las más cercanas:
- Tres Personas componen la Santísima Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo-; Cuarta, femenina, Virgen María.
- Cuatro funciones psíquicas, distingue Jung; se espera que la Función Inferior, pueda ser individuada, para completar. Ejemplifica con una familia de un padre con tres hijos que, luego serán cuatro, porque el menor se alinea con el padre.
- El Eneagrama Sufi distingue 3 composiciones del alma: sensación, pensamiento y sentimiento que, luego –aunque sin explicitarlo- el sistema se totaliza intuitivamente.
- La figura geométrica del triángulo, se concreta físicamente como una pirámide –con cuatro lados-
[10] No tengo seguridad de que Hades sea el Dios del Inconsciente personal, porque su reino es el más lejano de todos. Poseidón es el único que podría tomar ese lugar. Igual reflexión me surge respecto de Poseidón que, aunque sus aguas se encuentran cercanas a la Tierra, el mar –como imagen- me parece más representativo del inconsciente colectivo.
[11] En Asia, en la puerta de cada Templo, también se levantan imponentes dos guardianes, de Dios y del Alma.
[12] Tal vez quienes pertenecen a la tipología ESTJ de Myers Briggs sean quienes menos sueñan… ya que son quienes más cercanos están al mundo material y quienes más lejanos, por ende, se encuentran del mundo “original”; deberían ser también –y corresponde al tema de una Tesis- quienes presentan más síntomas de depresión –y quienes menos consultan, pienso-. El desencuentro más profundo que humanamente puede producirse entre la Tierra y el Cielo, es este; con mayor frecuencia, seguramente, en hombres que en mujeres.
[13] Monje Tibetano, autor del libro con el mismo nombre. El cordón de plata es el hilo que une al cuerpo material con el espiritual; mientras ese hilo mantenga unidos ambos cuerpos, el ser corpóreo recibirá el hálito de la vida.
[14] Si esta hipótesis fuese verdadera, los hombres solteros deberían ser mayoritariamente intuitivos -la intuición es un lenguaje asociado a lo femenino-. Un subgrupo de los célibes son los sacerdotes que, si bien están en la Tierra, mejor se sienten en el Cielo y en el Infierno; ellos son también curadores psíquicos; confesores, que alivian y descargan el peso de las almas. (Las Iglesias tantas veces se cubren de mosaicos que representan estos trazados mandálicos; laberintos universales que finalmente –reconsideremos- les pertenecen).
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