martes, 18 de enero de 2011

Sensación y Pensamiento, inferiores


Marie-Louise von Franz

CAPÍTULO 2. - DESCRIPCIÓN PRÁCTICA DE LA CUARTA FUNCIÓN (CONTINUACIÓN)
La Sensación Inferior del Tipo Intuitivo Extravertido
La intuición extravertida es una función por la cual concebimos las posibilidades externas. Un tipo sensación podría decir acerca de una campana, “Esto es una campana”, pero un niño diría que usted podría hacer toda clase de cosas con eso, sería una torre de iglesia y un libro podría ser la ciudad y algo más podría ser otro objeto, y así sucesivamente. En cada cosa hay una posibilidad de desarrollo; así, la intuición en la mitología está muy a menudo representada por la nariz. Uno dice, “Hay gato encerrado”, es decir, mi intuición me dice que hay algo sospechoso al respecto. ¡No sé exactamente qué pero puedo olerlo! Percibimos tales posibilidades y luego, tres semanas después la rata o el gato están afuera de la bolsa y usted dice: “¡Oh, yo lo olía, y tuve una corazonada de que había algo en el aire!” Estas son posibilidades aún no materializadas, posibilidades innatas, los gérmenes del futuro. La intuición es por consiguiente la capacidad para intuir aquello que no es todavía visible, las posibilidades futuras o potencialidades en la base de una situación. El tipo intuitivo extravertido aplica esto al mundo exterior, y por eso, será muy talentoso y puntuará muy alto al conjeturar acerca de los desarrollos exteriores de las situaciones externas en general. Dichos tipos se encuentran muy a menudo entre las personas de negocios quienes tienen el coraje de fabricar nuevos inventos y colocarlos en el mercado. Usted los encuentra también entre periodistas y muy a menudo entre publicistas. Ellos son la gente que sabe lo que será popular el próximo año y harán grandes negocios porque descubrirán algo que aún no está de moda pero lo estará, y son los primeros en ponerlo en el mercado. Usted los encuentra también entre corredores de bolsa quienes, más allá del cálculo normal basado en la lectura de periódicos y reportes financieros de interés comercial, tendrán un cierto algo que les dice que ciertas acciones subirán, que el mercado estará en alza y ellos harán dinero gracias a percibir el ascenso y caída de los capitales. Ellos se darán cuenta de lo que está en el aire y serán los primeros en hablar de ello. Usted los encuentra también en el reino más espiritual. Siempre estarán en el movimiento de avanzada, interesados en los aspectos avanzados de una ciencia, llenos de actividad, y especularán en cuanto al éxito de esto, y cómo más podría usarse algo, o divulgarse otra cosa entre la gente, y así sucesivamente.
Debido a que la intuición necesita mirar las cosas un poco desde lejos o vagamente para que pueda funcionar, usted tiene que medio cerrar sus ojos y no mirar los hechos demasiado cerca a fin de obtener esta corazonada desde el inconsciente. Si usted mira las cosas con demasiada precisión, se enfoca en los hechos y luego el presentimiento puede no salir bien. Esa es la razón de que los intuitivos tiendan a ser impuntuales y vagos, siempre acelerándose un poco demasiado tarde, llegando demasiado tarde, y no enfocándose en ningún hecho demasiado exactamente. Otra desventaja de esta función principal es que el tipo intuitivo generalmente siembra pero raramente cosecha. Por ejemplo, si usted comienza un nuevo negocio, existen por lo común dificultades iniciales, la cosa no funciona aún; usted tiene que esperar cierto tiempo hasta que comience a ser provechoso. El intuitivo muy a menudo, trágicamente, no espera lo suficiente; él empieza el negocio, pero eso es suficiente para él, así que lo revende y lo pierde, pero el próximo dueño hace una gran cantidad de dinero del mismo negocio. El intuitivo no cosecha lo que ha sembrado. Él es siempre el que inventa, pero quien al final no obtiene nada de ello si excede su función principal, pues él está, por decirlo así, haciendo las cosas de prisa y es incapaz de esperar hasta que lo que ha sembrado brote de la tierra y él pueda recoger el fruto. Si él es más equilibrado y puede esperar un poco, y si no se disocia completamente identificándose con su función principal, entonces será una persona que podrá suscitar nuevas cosas en todos los rincones del mundo.
Naturalmente, el intuitivo extravertido tiende especialmente a no atender a su cuerpo y sus necesidades físicas: él no sabe en absoluto cuándo está cansado, no lo nota y necesita un desbarajuste para mostrárselo. Tampoco sabe cuándo tiene hambre; no sabe que tiene percepciones endosomáticas, si es un tipo unilateral exagerado. Él tiende también a perderse en el objeto. Usted encuentra a dichas personas, por ejemplo, siguiendo el rastro de la gente creativa, promoviendo la creatividad de los otros, perdiendo absolutamente sus propias posibilidades en el otro. Este es el caso especialmente de publicistas y comerciantes de arte y gente que admira a los artistas creativos y que tratan de promover su trabajo, sin darse cuenta de que ellos se pierden a sí mismos en el objeto, en la otra persona y se olvidan de ellos. La sensación inferior, como todas las funciones inferiores en dichas personas es lenta, pesada, y está cargada de emoción, y completamente –ya que es introvertida- desviada del mundo externo y sus asuntos. Tiene, como todas las funciones inferiores, una cualidad mística alrededor.
Una vez analicé un tipo intuitivo extravertido, un hombre de negocios quien había comenzado una admirable cantidad de negocios en algún lejano país y que también había especulado mucho; compró minas de oro y similares. Él siempre sabía dónde estaban las posibilidades e hizo una gran fortuna en muy corto tiempo, de manera absolutamente honesta –decentemente- y simplemente porque sabía. Él sabía lo que venía, lo que sucedería en pocos años, estaba siempre en el primer lugar y tenía todo el negocio en la mano. Su sensación introvertida –él era más bien una personalidad escindida- brotó al principio en los sueños como un vago muy sucio, mal humorado, quien se sentaba en las fondas de los alrededores, tenía ordinario y mal carácter, con ropas sucias, y no se sabía lo que este camarada quería del soñante. Yo induje al soñante a hablar a este vagabundo en la imaginación activa, y el vagabundo dijo que él había sido responsable de algunos síntomas físicos (síntomas psicógenos de carácter obligatorio), a cuenta de lo cual él había venido al análisis, y que éstos habían sido enviados porque él, el vago, no logró suficiente atención. Entonces en su imaginación activa, el hombre preguntó lo que él debía hacer, y el vago le dijo que una vez por semana, se vistiera con ropas tales como las que usaba el vago, debía pasear por la ciudad con él y prestar atención a lo que él tenía para decir. Yo le sugerí al soñante seguir el consejo con precisión, con el resultado de que tomó largas caminadas por muchas partes de Suiza, quedándose en las fondas más simples, irreconocibles para nadie. Él vagaría en compañía, y durante este tiempo tuvo un gran número de experiencias interiores agobiadoras las cuales venían a través del contacto con la naturaleza: el amanecer y las pequeñas cosas como ver cierta flor en una esquina de una roca, etc. Esto le atinó justo en el centro de su personalidad. Yo únicamente puedo describirlo como experimentar, de un modo muy primitivo, la Divinidad en la naturaleza. El volvió muy silencioso y calmado, y uno tenía la sensación de que algo se había movido en él, algo que no se había movido antes. Sus síntomas obligatorios desaparecieron por completo durante aquellos paseos semanales.
Luego vino el problema de cómo podía mantener esta experiencia y evitar eludirla cuando volviera a casa a su propio país. Entonces consultamos al vagabundo de nuevo, quien dijo que él abandonaría los síntomas si tomaba una tarde libre cada semana y se internaba sólo en la naturaleza continuando sus caminatas con él. El hombre entonces se marchó y por sus cartas me enteré que hizo esto durante un tiempo, pero luego lo eludió porque había demasiados negocios, muchas posibilidades de comenzar otros tres negocios lo cual implicaba muchas reuniones. De este modo, él echó al vagabundo, diciendo siempre, “la próxima semana, la próxima semana –seguro, yo vengo, pero la próxima semana”- y entonces pronto ¡él tuvo sus síntomas de nuevo! Eso le enseñó y él cambió otra vez y caminó con regularidad, y todo estuvo bien de nuevo. Esto luego cristalizó en comprar una pequeña finca y tener allí un caballo de su propiedad, y una tarde por semana él atendía a su caballo, con lo que se podría solo llamar una devoción religiosa. Lo limpiaba y asistía cepillándolo, bañándolo y cuidando de él, y el caballo era su amigo. Semejante a un ritual él iba a visitarlo, a montarlo y a cuidarlo cada semana. Desde entonces en adelante él tuvo paz y no he sabido más. Estoy segura de que mucho progresa internamente con este caballo, pero no he tenido más noticias excepto por las tarjetas de Navidad –y ¡las fotografías del caballo!- que dicen que él estaba armonizando todo bien.
Allí usted ve cómo la función inferior, la sensación introvertida en este caso, era la puerta para experimentar los niveles más profundos del inconsciente, sus aspectos supra-personales. Él salió de su ego y de los propósitos del ego, por vía de este contacto con la naturaleza y el caballo, y se ve también muy claramente que incluso si la sensación introvertida aparece afuera –en el caballo, en este caso- ello obviamente conlleva un significado simbólico. Atender al caballo era para él atender a su propia personalidad física e instintiva: el caballo era una primera personificación del inconsciente colectivo impersonal para él, pero era muy importante justamente para un tipo intuitivo hacer esto de una manera completa, concreta y muy lentamente, y no abandonarlo, por ejemplo, y decir “oh, el caballo es un símbolo del inconsciente”, sino ser constante realmente al caballo concreto que tenía y atenderlo incluso si sabía que era un símbolo. Acarreaba el significado de su vida, pero él tenía que atenderlo de esta forma concreta. Él tuvo una cantidad de pequeños accidentes al principio porque era muy inútil en los asuntos de la sensación, de manera que se rompió una cantidad de huesos, uno después del otro, ¡un oficio bastante inofensivo! –su clavícula, y tales cosas- hasta que fue capaz de atender realmente a un caballo en forma adecuada, pues no era en absoluto bueno en las cosas de la sensación, estando acostumbrado a precipitarse y a tener sirvientes para todos los hechos concretos de la vida.
Dos factores que son grandes problemas para este tipo: el dinero y el sexo, especialmente en cuanto a que ellos realmente tienen que ver con la sensación, aunque debo decir que he visto la misma cosa con el intuitivo introvertido, pues en general, esto es típico de la sensación inferior. El dinero impone cierta cantidad de sensación: debemos saber acerca de cuánto tenemos y cuánto podemos gastar; se necesita cierta precisión y realismo. El sexo, en sus aspectos físicos, es también una experiencia de la sensación. Muy a menudo los intuitivos tienen gran dificultad en estas áreas porque ellos tienen gran numinosidad para ellas. Pero los complejos del sexo o el dinero no aparecen solo en los intuitivos; otras personas pueden tener un complejo de sexo o un complejo de dinero, no obstante con los intuitivos existe el conflicto adicional de que toca su función inferior, lo cual significa que la sensación física es numinosa, es un tremendum numinosum, algo que toca sus emociones, en consecuencia ellos no pueden, por ejemplo, muchas veces acercársele; es sagrada y excitante, o de otro modo –muy ordinaria. La inferioridad de la sensación en un intuitivo extravertido algunas veces se muestra en la ordinaria vulgaridad de sus fantasías y actos sexuales. Es completamente primitiva e indiferenciada. Algunos la representan de una manera completamente dramática o teatral, y otros sufren de fantasías sexuales muy vulgares de naturaleza muy primitiva. Pero esto, en cierta forma, no es tan malo con un intuitivo extravertido porque la sensación inferior es introvertida y por tanto no está vuelta hacia el objeto externo y por consiguiente además no sirve para ser vivida a una gran escala sino más bien para ser tocada como una portadora de significado interior.
La persona que está verdaderamente en contacto con el futuro, por decirlo así, con el germen del futuro, es la personalidad creativa. Ahora bien, ya que el intuitivo extravertido es capaz de olfatear el viento y saber cómo será el clima mañana, verá que este quizás completamente desconocido pintor o escritor será el hombre del mañana, y por tanto, estará fascinado. Su intuición puede reconocer el valor de dicha persona creativa.
Él mismo se asociará con la gente creativa e intentará con su intuición hacer que ellos comiencen, apoyarlos y respaldarlos, pues su intuición correctamente le dice que allí está el futuro, que eso es lo que va a tener éxito, aún si hoy es completamente ignorado o no reconocido aún, y de ese modo él tiene a veces gran mérito. Las personas creativas son a menudo introvertidas y están tan ocupadas con sus creaciones que no pueden alejarse de su trabajo para promoverlo. Su trabajo absorbe tanto su energía que no pueden ser molestados por la forma como éste debería ser presentado al mundo o cómo anunciarlo, ni nada por el estilo. Además, cualquier clase de intencionalidad envenena los procesos creativos, de modo que ellos no pueden ni siquiera hacerlo, pero muy a menudo entonces el intuitivo extravertido llega y ayuda. No obstante, naturalmente si él hace eso toda su vida, entonces, como sucede con frecuencia, los publicistas y los comerciantes de arte quienes son supuestas personas creativas, proyectan una habilidad creativa menor que ellos tienen en sí mismos sobre la persona creativa y luego ellos mismos malogran. De modo que tarde o temprano dichas personas tendrán que salirse ellos mismos de su extraversión y decir, “Ahora bien, aún si es en una escala menor, ¿cuál es mi creatividad?” y entonces se verán obligados a bajar a su sensación inferior, y en lugar de atender la creatividad de las demás personas, tendrán que atender a su propia sensación inferior y lo que podría resultar de eso.
Lo mismo se aplica para este hombre de negocios a quien tomé como ejemplo: él siempre ponía a funcionar nuevas fábricas y nuevas empresas y conseguía una gran cantidad de otras personas para trabajar y hacer dinero, pero cuando él me consultó, era el más pobre diablo de todos los pobres diablos. ¡No tenía nada excepto mucho dinero! Pero estaba tan ocupado lanzándose a hacer dinero que no podía disfrutar el tenerlo; ¡no tenía el tiempo! Fue solo cuando descubrió que podía comprar una finca y un caballo que tenía algo más que su dinero. Por primera vez en su vida, él tenía algo, ¡porque era capaz de tener una finca y un caballo! Pero si el análisis no lo hubiera llevado a comenzar esto, él no habría tenido nada de dinero, ¡éste se habría quedado como una cosa abstracta en el banco! Pero como él no sabía cómo disfrutar la vida –cómo vivir en el aquí y el ahora, cuidar de su cuerpo y prestar atención a este mundo, ver la belleza del mundo, ver el amanecer y el florecer de los árboles- ¿cuál era la utilidad de tener dinero? Fue necesario el cambio a su función inferior para tener todo eso; antes no había sido de ninguna utilidad para él. Su esposa era un tipo sensación y él al principio me dijo que ¡estaba ganando todo el dinero para ella!
Ahora bien, ella sabía cómo disfrutarlo, ¡pero él lo estaba haciendo por ella! No era culpa de ella; ella no lo quería realmente por hacer tanto dinero, pero él proyectó la sensación sobre ella, y por consiguiente lo hacía por ella. Y él no logró nada fuera de eso; estaba simplemente desmayado y siempre obsesionado, ¡abalanzándose en aviones y trenes para hacer más dinero! Incluso cuando lo había comprendido un poco, veía a cada momento la posibilidad de grandes negocios, era muy difícil dejarlos ir, permitir que alguien más los tomara. Era una batalla con su codicia. Él veía una posibilidad que nadie más había notado y podía simplemente tomarla y hacer todo ese dinero. Pero tenía que dejarla quieta de manera que alguien más pudiera tomarla –eso ¡era el infierno! Ese era el sacrificio de la función superior. Para un intuitivo extravertido significa dejar caer algún negocio en el desagüe y pensar, “Oh, bien, otras personas necesitan dinero también, permitamos que lo tengan, ¡yo tengo suficiente!” No pueden resistir la posibilidad que ellos, con su astuta intuición, ¡vieron primero! Pero usted no puede desarrollar la función inferior sin renunciar, en cierta medida, a la función superior. En su caso significaba que él tenía que renunciar a mucho dinero. Allí estaba, precisamente tendido frente a él, podía simplemente tomarlo si quería, y eso naturalmente era muy desagradable porque sabía que si no lo hacía, alguien más lo haría. Sin embargo para el extravertido es siempre renunciar a cierta cantidad de ventajas mundanales, si quiere volverse hacia la introversión, y en el intuitivo extravertido esto significaba abandonar estas posibilidades, ¡viéndolas y no utilizándolas de ningún modo! ¡Simplemente dejándolas ir!
La Sensación Inferior del Tipo Intuitivo Introvertido
El tipo intuitivo introvertido tiene la misma capacidad que el intuitivo extravertido para percibir el futuro, para tener la suposición justa o la corazonada correcta acerca de las posibilidades futuras de la situación no vistas aún, pero su intuición está vuelta hacia adentro, y por ende, se puede decir que él es fundamentalmente el tipo de profeta religioso, del vidente. En un nivel primario él es el chaman que sabe lo que los dioses, los fantasmas y los espíritus ancestrales están planeando y es quien transmite eso a la tribu. En lenguaje psicológico deberíamos decir que él sabe acerca de los lentos procesos que progresan en el inconsciente colectivo, de los cambios arquetípicos que tienen lugar en el inconsciente, y que transmite aquello a la sociedad. Los profetas del Antiguo Testamento, por ejemplo, eran personas que, mientras que el pueblo de Israel estaba durmiendo felizmente –como siempre está el pueblo- de vez en cuando les decían cuáles eran las verdaderas intenciones de Jehová, por decirlo así, qué estaba haciendo Él ahora y qué quería Él que Su pueblo hiciera, lo cual el pueblo en general no disfrutaba oír.
Muchos intuitivos introvertidos se encuentran entre artistas y poetas. Ellos generalmente son artistas del tipo que produce mucho material arquetípico y fantástico, como en Así Hablaba Zaratustra, de Nietzche o en The Golem, de Gustav Meyrinck y El Otro Lado, de Kubin. Esta clase de arte visionario, como se podría llamar, es por lo general entendido solo por las generaciones posteriores como una comprensión de lo que progresaba en el inconsciente colectivo de ese tiempo. La sensación inferior de este tipo también tiene dificultades para advertir las necesidades del cuerpo, o siendo muy descontrolada acerca de ellas. Usted sabe que Swedenborg incluso tuvo una visión en la cual Dios mismo le decía que ¡él no debería comer tanto! El comía naturalmente, sin la más leve autodisciplina y con completa inconsciencia. Swedenborg era un típico intuitivo introvertido, el tipo profeta o vidente, y era ordinario, desinhibido e imposible al comer en exceso, y entonces una vez tuvo una visión de Dios diciéndole que ¡él debía parar eso! El intuitivo introvertido también sufre, como el intuitivo extravertido, de una tremenda vaguedad cuando se compromete a los hechos.
Como ilustración de los aspectos más ridículos de la sensación inferior de un intuitivo introvertido, podría contarles la siguiente historia. Una mujer intuitiva introvertida estaba presente cuando yo di una conferencia sobre filosofía griega primitiva y estaba tan terriblemente conmovida e impresionada que me solicitó le diera lecciones privadas sobre la filosofía griega pre-socrática primitiva, ya que ella quería profundizar más en este campo. Ella me invitó a tomar té y, como sucede frecuentemente cuando usted tiene que dar lecciones a intuitivos introvertidos, ella desperdició mi primera hora –esto fue hace muchos años- contándome acerca de lo conmovida que estaba y lo que ella imaginaba que estaba en lo más recóndito de mi pensamiento y del suyo, y lo que ella creía que podíamos hacer juntas y así sucesivamente. Ella me hablaba y me hablaba, como decimos nosotros “se hacía la de la oreja mocha”, por consiguiente la primera hora se desperdició y la segunda hora también, y como yo sentía que realmente tenía que ganarme mi dinero y hacer que ella funcionara de algún modo, insistí en que debíamos mirar el libro que yo había llevado y proceder de una forma sistemática. Ella de repente comprendió eso y dijo que sí, que lo miraría ahora, pero que yo debía dejarla sola, pues ella tenía que hacer eso completamente a su propio modo. Noté que se estaba poniendo muy nerviosa. La próxima vez que vine ella dijo que había encontrado el verdadero modo de comprender el problema, a saber, que naturalmente ella no podía estudiar filosofía griega sin saber sobre los griegos, y ella no podía saber acerca de los griegos antes de conocer suficientemente sobre su país, de modo que ahora había comenzado a dibujar un mapa de Grecia y ¡me lo mostró! ¡Aquello había tomado bastante tiempo! Con su sensación inferior primero había tenido que comprar papel, lápices y tinta, y eso la excitaba enormemente. Ella estaba absolutamente en el cielo por su descubrimiento y me mostró algo que yo debía decir que había quedado muy hermoso. Había hecho un mapa de Grecia y en verdad lo había hecho lenta y muy precisamente. Dijo que ahora no podía continuar con la filosofía; primero tenía que terminar el mapa. ¡Para la siguiente vez lo había coloreado! Eso continuó por algunos meses, y luego su intuición picoteó otro tema por el cual estaba muy entusiasmada, y ¡nunca llegamos a la filosofía griega! Ella abandonó Zúrich y yo no la volví a ver con frecuencia pero me la encontré cerca de quince años más tarde, y entonces me contó una larga historia de lo muy impresionada y conmovida que ella aún estaba por las conferencias de filosofía griega que yo había dado y todo lo que había concebido de ellas. ¡Ella simplemente había dibujado un mapa! ¡Con inmensa devoción! Era un caso extremo de intuición introvertida, pero debo admitir mirando hacia atrás, que comprendo que era una cuestión realmente numinosa para aquella mujer dibujar este mapa de Grecia, porque allí, por primera vez, ella había entrado en contacto con su sensación inferior.
Los intuitivos introvertidos son a veces tan completamente inconscientes de los hechos externos que sus reportes de las cosas tienen que ser tratados con el mayor cuidado, pues aunque ellos no mienten conscientemente, pueden contar las más aterradoras historias simplemente porque no notan lo que es correcto bajo sus narices. Con frecuencia desconfío de los reportes de fantasmas, por ejemplo, y de los reportes acerca de fenómenos parapsicológicos, por esas razones. Los intuitivos introvertidos están muy interesados en dichos campos, pero debido a su absoluta poca consistencia al observar los hechos y a su falta de concentración sobre los hechos externos, ellos pueden contarle las más espantosas tonterías y jurar que es verdad, solo porque ellos no habían notado lo que pasaba. Ellos pasan por alto una cantidad absolutamente sorprendente de hechos externos inadvertidos y no los notan. Yo recuerdo por ejemplo, conduciendo con un tipo intuitivo introvertido un otoño, y en todos los campos las papas estaban siendo desenterradas y había fogatas. Yo había notado eso hacía rato y estaba disfrutando la vista. De repente la persona intuitiva introvertida que estaba conduciendo, detuvo el carro horrorizado, olfateó y dijo: “¡algo se está quemando! ¿Viene de afuera?” Él miró a los helechos y todo estaba bien, entonces decidió que era afuera y ¡que eran las fogatas! Yo había notado estas fogatas mucho antes; estaban por todas partes y ¡era absolutamente obvio que el olor del fuego venía de ellas! Pero los intuitivos introvertidos pueden conducir durante una hora a través de tal país con un fenómeno tal y no notarlo –y luego repentinamente se impresionan por el hecho y por supuesto, comprenden algo que no es. ¡Ellos harán una suposición errada! Tenía, naturalmente, la cualidad que tienen todas las funciones inferiores, es decir que la sensación de un intuitivo introvertido surge en la consciencia por partes: algunas veces funciona y luego desaparece. Por ejemplo, repentinamente un olor es percibido. Tres cuartos de hora antes, no era percibido en absoluto, pero luego de pronto es asimilado con gran intensidad. La sensación inferior de un intuitivo extravertido es extremadamente fuerte, pero se abre paso aquí y allá y luego se desvanece de nuevo por fuera del campo de la consciencia. Por supuesto, el intuitivo introvertido tiene también dificultad particular al aproximarse al sexo ya que esto envuelve su sensación extravertida inferior. Usted lo ve reflejado más trágicamente en las palabras de Nietzsche, donde hacia el final, poco antes de deteriorarse su mente, alusiones sexuales vulgares, muy toscas, penetraron cada vez más algunos de sus poemas, y ya habían aparecido también en Así Hablaba Zaratustra. Cuando enloqueció él al parecer produjo material de esa clase, el cual desafortunadamente fue destruido después de su muerte debido a su carácter desagradable. La sensación extravertida en su caso estaba mucho más conectada con las mujeres y el sexo y de un modo concreto completamente exterior, y él no supo cómo abordar el problema en absoluto.
El aspecto positivo de la sensación extravertida inferior en el caso de un intuitivo introvertido se encuentra también de un modo interesante en la experiencia de iluminación del místico alemán Jakob Boehme, un intuitivo introvertido. Él tenía esposa y seis hijos para quienes nunca devengaba ningún dinero y con quienes estaba en constante conflicto porque su esposa siempre le decía que en lugar de escribir libros acerca de Dios y de fantasear con el desarrollo interior de la Divinidad, él haría mejor en ver que su familia necesitaba algo para comer. Estaba realmente crucificado entre estos dos polos de la vida, pero su más grande experiencia interna, una revelación de la Divinidad sobre la cual se basaron todos sus escritos posteriores, vino de ver un rayo de luz que se reflejó sobre una delgada plancha. El sol de repente entró a través de la ventana y se reflejó en la plancha, su ojo fue golpeado por el rayo de luz y esa experiencia de sensación externa lo hizo estallar en un éxtasis interior, y en un minuto él vio todo el misterio de la Divinidad. Luego de años y años él no hizo en realidad nada más excepto traducir lentamente al lenguaje discursivo ¡lo que él había visto interiormente en un segundo! El llevó hasta el fin su visión describiéndola y dándole vueltas muchísimo tiempo, debido a lo cual su escrito es tan emocional y caótico, pues él trató de describir esta experiencia con muchas palabras y con muchas amplificaciones. Pero la visión real fue puesta en movimiento viendo un rayo de luz golpear una delgada plancha sobre su mesa, lo cual implica a la sensación extravertida –un hecho externo puso en marcha el proceso de individuación en él; todas sus más profundas comprensiones se iniciaron en ese corto momento. Allí se ve, junto al aspecto inferior de la sensación extravertida, este extraño carácter de la totalidad, el aspecto místico que la función inferior a menudo tiene. Es interesante que incluso el exceso en el comer de Swedenborg lo conectó con la Divinidad –tenía que ser el Señor mismo quien le dijera que él no debía comer demasiado, de modo que el problema de su sensación inferior está relacionado con su más profundo o su más grande interés. Ese pequeño detalle simple está conectado con su mayor interés –es el Señor mismo quien toma el problema para caldearlo.
Algo interesante acerca de Boehme es que mientras él estaba crucificado entre las necesidades interiores y su cantaleteadora esposa, quien decía que era mejor que él fabricara buenos zapatos y alimentara a sus seis hijos, y después especulara sobre una Divinidad, él era muy productivo, pero después de que su primer libro fue publicado, un barón alemán estaba tan preocupado por él y se convenció tanto de que él era el gran vidente, que suprimió todos sus problemas externos asumiendo el sostenimiento de su familia y el suyo, y desde entonces los escritos de Boehme se llenaron de resentimiento y de repeticiones. Ello esterilizó su creatividad y sobre su tumba hay una imagen de la Divinidad así: )(, lo cual es realmente trágico porque demuestra que él no pudo unir la luz y los aspectos oscuros. Aquello permaneció como un problema insoluble para él, y según mi experiencia éste se relaciona con el hecho simple de que él aceptó dinero de este barón, y con eso escapó de la tortura de su función inferior.
Una vez analicé a una mujer de ese tipo quien venía de un sector simple de la población. Ella tenía grandes visiones interiores, y también naturalmente, estaba en una constante confusión acerca del dinero y la vida externa y simplemente no sabía cómo funcionar. Estaba en conflicto con el arrendador y con el lechero porque ella olvidaba devolver las botellas o juraba que había devuelto cinco cuando la tienda aseguraba que había sido solo una –el conflicto de la sensación usual que tales profetas tienen. Ellos tropiezan por todos lados en la realidad y están bastante seguros de que han hecho algo que los otros dicen que no han hecho, y de este modo los acusan de mentir. Simplemente no saben lo que están haciendo. No pueden contar botellas o recordar si devolvieron las botellas a la tienda o no. Ahora bien, esta persona también tenía una secreta esperanza de que un día alguien descubriría sus capacidades y pagaría o asumiría su apoyo y ella escaparía de esos problemas. Sin embargo cuando salió de ellos ella ¡perdió por completo la cabeza! Tan pronto como volvió a sus preocupaciones y las aceptó, estuvo bien. De esta manera, estar crucificado entre la función superior y la función inferior es vitalmente importante, y solo puedo decirle que si usted alguna vez quiere salvar a tales artistas o profetas, por amor a Dios primero mire el caso muy circunspectamente y vea cuánto puede darse el lujo de ayudarlos, porque si usted los libra de la realidad, ¡entonces ellos abandonan la realidad! Y entonces usted no los habrá ayudado en lo más mínimo. Precisamente ese tipo le rogará a usted sobre sus rodillas, ayudarlos a salir de su problema, ayudarlos a salir de la tortura de la realidad exterior a la cual ellos no pueden hacer frente. Pero si usted los salva, la esencia creativa de su personalidad se destruye. Eso no significa que si ellos se están muriendo de hambre usted no pueda darles algo, de manera que puedan sobrevivir y ayudarlos de vez en cuando, cuando la situación es mala. Pero no alejarlos del problema de la realidad porque lo curioso es que eso esteriliza el proceso interior también. Eso le pasó a Boehme, y a causa de ello no fue capaz de unir los opuestos, ni en su sistema ni en su vida tampoco, de manera que el Barón von Merz lo destruyó por caridad imprudente.
El Pensamiento Inferior del tipo Sentimiento Extravertido
El tipo sentimiento extravertido se caracteriza por el hecho de que su adaptación principal se lleva a cabo mediante la evaluación adecuada del objeto externo y la adecuada relación con él. El tipo en consecuencia hace amigos muy fácilmente, tendrá muy pocas ilusiones acerca de la gente pero será capaz de evaluar sus aspectos positivos y negativos apropiadamente y de saber cuánto o qué tan poco estos y la situación significa para ellos. Así, las personas de este tipo generalmente son muy del agrado de quienes les rodean. Son personas bien adaptadas, muy razonables, que se revuelven amablemente entre la sociedad, pueden obtener lo que quieren muy fácilmente y pueden de un modo u otro asegurar que todo el mundo esté dispuesto a darles lo que ellos quieren. Ellos lubrican su entorno tan maravillosamente que la vida marcha para ellos muy fácilmente. Usted los encuentra frecuentemente entre las mujeres y generalmente tienen una muy feliz vida familiar con un montón de amigos. Las cosas son fáciles en el medio, pero esto no significa que ellos tengan la más leve ilusión o que sean interesados; ellos simplemente son amables, viendo lo bueno en las situaciones y en las personas. Solo si son de algún modo neuróticamente disociados se vuelven un poco teatrales y algo mecánicos e interesados. Si usted va a un almuerzo con un tipo sentimiento extravertido, ella o él son capaces de decir pequeñas cosas como, “¡Qué bonito día hace hoy, estoy muy contento de verte de nuevo, no te he visto desde hace mucho tiempo!” y la persona realmente quiere decirlo, y con eso el automóvil, por decirlo así, es lubricado ¡y la fiesta continúa! Usted se siente feliz y entusiasmado. Ellos esparcen una especie de atmósfera de aceptación y ello es agradable: “Nos apreciamos mutuamente así es que vamos a tener un buen día juntos” Ellos hacen que aquellos a su alrededor se sientan maravillosos, y en medio de eso se dejan ir felizmente y crean una placentera atmósfera social. Solo cuando ellos se exceden, o si su sentimiento extravertido está ya desgastado, y ellos por consiguiente empiezan a pensar, usted nota que esto se convierte en un poco más que un hábito, que se vuelve una frase que ellos dicen mecánicamente. Por ejemplo, una vez advertí a un tipo sentimiento extravertido en un horrendo día en que había una horrible niebla afuera, diciendo mecánicamente, “¿No es un maravilloso día?” yo pensé, “Oh querido, su función principal está recitando; ¡usted la exagera!”
En general las personas de este tipo tienen muy buen gusto para la elección de los compañeros y amigos, pero son un poco convencionales al respecto. Ellos nunca se arriesgarían a escoger a alguien demasiado fuera de lo común, sino que se mantendrían en un marco socialmente aceptable. Al tipo sentimiento extravertido no le gusta pensar porque esa es la función inferior, y lo que más les disgusta sobretodo es el pensamiento introvertido, lo cual significa pensar en principios filosóficos o cosas abstractas o cuestiones básicas de la vida, tales como: ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Creo yo en Dios o no? ¿Cuál es mi actitud hacia el problema del mal? Dichas cuestiones tan profundas son cuidadosamente rechazadas, y existe la reacción de que pensar acerca de dichos problemas lo volvería a uno triste. El asunto desafortunado es que, naturalmente, ellos piensan en tales cosas pero no son conscientes de ello, y debido a que su pensamiento es descuidado, éste tiende a volverse negativo y tosco. Consiste, por supuesto, en juicios de pensamiento primitivo sin la más leve diferenciación y muy a menudo con un tinte negativo. He visto además que los tipos sentimiento introvertido a veces tienen pensamientos muy negativos acerca de la gente alrededor, juicios muy críticos, yo diría excesivamente críticos que ellos nunca dejan realmente salir.
Es por eso que Jung dice que el tipo sentimiento extravertido puede ser algunas veces la persona más fría sobre la tierra, y puede suceder que si usted se ve atraído por este bien-lubricado automóvil de su sentimiento extravertido y piensa, “Nosotros nos gustamos y nos llevamos bien juntos”, de repente un día ellos le dirán algo a usted que sentirá como ¡pegarle en la cabeza con un bloque de hielo! Uno a veces no puede imaginarse los pensamientos negativos y cínicos que ellos tienen. No son conscientes de éstos, pero estallan cuando empiezan a tener la gripe o cuando están apresurados, o en momentos tales cuando la función inferior brota y donde el control de la función superior falla.
Un tipo sentimiento extravertido soñó que ella debía establecer una estación de observación de aves. Ella vio en el sueño una especie de edificio de cemento, una torre construida en lo alto en el aire y en la parte superior había una especie de laboratorio donde uno tenía que observar las aves. Así que pensamos que ella debía intentar ser consciente de los pensamientos autónomos, los cuales, por así decir, se posaban sobre su cabeza y se iban de nuevo. Así es como los pensamientos operan en un tipo sentimiento; ella tiene pensamientos-de-ave que se posan sobre su cabeza y se desprenden súbitamente, y antes de que ella pueda decir, “¿Qué estoy pensando?”, ellos se han ido de nuevo. La mujer estuvo de acuerdo y le pregunté cómo podría hacerse esto técnicamente. Ella dijo que debía tomar una libreta pequeña y un lápiz y llevarlos consigo, y cuando tuviera un pensamiento repentino, ¡ella solo debía apuntarlo! Nada más, y veríamos después cómo se conectaban los pensamientos. La siguiente vez ella solo trajo un pedazo de papel en el que decía: “Si mi yerno muriera, mi hija volvería a casa de nuevo”. Ella tuvo una conmoción tal a través de ese pensamiento que pensó que nunca volvería a intentarlo de nuevo ya que había sido demasiado para ella.
¡Esa sola ave fue más que suficiente para mucho tiempo! Ella confesó luego algo incluso más interesante y dijo que en cierto modo ella sabía que a veces tenía tales pensamientos pero siempre pensó que si no los apuntaba, entonces éstos no tendrían ningún efecto, pero si lo hacía actuarían como magia negra y afectarían el entorno, de modo que evitó ponerles cuidado. Ahora bien, eso era completamente erróneo; ¡es al revés! Si el tipo sentimiento es consciente de sus pensamientos negativos, éstos no actúan como magia negra; son depotenciados de cualquier efecto destructivo. Es precisamente cuando estos pensamientos se dejan quietos para volar alrededor de su cabeza sin ser discernidos que ellos realmente tienen una influencia destructiva en su medio.
Si se analiza los tipos sentimiento extravertido y se es un poco sensitivo a la atmósfera, con mucha frecuencia uno se pone un poco helado o apaciguado a pesar de su amabilidad, porque se perciben estos pensamientos críticos negativos pululando en sus cabezas pero sin ser nunca expresados; lo golpean a uno de un modo desagradable. Se ve a veces una especie de frío relámpago en los ojos y uno sabe que existe algún pensamiento muy negativo alrededor pero ¡al siguiente minuto se ha ido! ¡Le da a uno pavor! Por ejemplo, los pensamientos tales como, “Si tu mueres...”, están basados por lo general en un bosquejo de la vida muy cínico: el lado oscuro de la vida es la enfermedad y la muerte y cosas semejantes, y los pensamientos circulan alrededor de estos factores; pero la persona no les “permite” salir bien, así que una especie de segunda filosofía de vida, cínica y negativista, se arrastra en el fondo.
La peor cosa acerca de estos pensamientos negativos en el tipo sentimiento extravertido es que son introvertidos y por tanto con mucha frecuencia se vuelven contra ellos mismos. Yo nunca he comprendido los juicios tan absolutamente destructivos como los que tienen los tipos sentimiento extravertido acerca de sí mismos. En lo más profundo ellos se permiten a sí mismos pensar que no son nadie, que no valen nada, que sus vidas no tienen valor o son insignificantes y que cualquiera otro podría desarrollar y continuar la senda de la individuación pero ellos no tienen esperanza y así sucesivamente –ideas condenatorias sobre sí mismos absolutamente destructivas, pero que ellos no piensan conscientemente. Estas reflexiones residen en lo más recóndito de sus mentes y de vez en cuando, cuando ellos están deprimidos o en malas condiciones, o especialmente cuando se introvierten (es decir, cuando están solos medio minuto), esta cosa negativa susurra desde lo más recóndito de sus pensamientos: “Tú no eres nada; todo respecto a ti es equivocado”. Estos pensamientos son burdos, primitivos y muy indiferenciados; son juicios generalizados que son como una corriente fría de aire que recorre el cuarto y lo hace estremecer. El efecto es que los tipos sentimiento extravertido naturalmente odian estar solos cuando dichos pensamientos negativos podrían surgir en sus mentes, de manera que tan pronto como ellos se han dado cuenta de uno o dos, rápidamente encienden la radio o se apresuran a reunirse con otras personas. Luego, la peor cosa con respecto a ellos es que nunca tienen tiempo para pensar. ¡Pero ellos organizan sus vidas de este modo!
Ya que los tipos sentimiento extravertido tienen tal tremenda capacidad para sentir objetivamente la situación de otra persona, por lo común son las personas que se sacrifican auténticamente por los otros. Si usted está solo en el apartamento y tiene gripa, con certeza es un tipo sentimiento extravertido quien aparece primero y pregunta quién está haciendo sus compras y si él puede ayudarlo. Los otros no podrían ser tan rápidos y prácticos respecto a sentirse en su situación, pues ellos sienten como usted se siente en cada minuto y entonces naturalmente no pueden resistir echar una mano para ayudar. Para los demás, incluso aunque usted les agrade mucho, no ocurriría que pudieran hacer esto o aquello por usted, porque o son introvertidos o porque otra función es dominante en sus sistemas. Entonces usted encuentra el tipo sentimiento extravertido siempre adelantándose en las brechas, pues donde quiera que algo no funciona, ellos se dan cuenta inmediatamente y ven su importancia. Sentir es ver el valor de algo, y ellos ven la importancia o el valor de lo que debería hacerse y entonces simplemente lo hacen. Naturalmente, si ellos exageran esto, acumulan resistencia negativa contra la situación externa. Si esta mujer que tenía el nimio pensamiento –“Mi única hija volvería a casa”- hubiera profundizado más, habría tenido que decirse a sí misma, “¡Está bien, encaremos ese pensamiento!” ¿Qué soy yo después de todo? Si yo tengo tal pensamiento, ¿cuál es la premisa, y cuál es la conclusión que debe sacarse? Ella entonces podría haber desarrollado el pensamiento y podría haber dicho que la premisa es algo como una actitud materna devoradora, y la conclusión es que ella quiere apartar al hijastro. ¿Por qué? ¿Con qué propósito? Ella podía haber dicho, por ejemplo, “¿Asumir que mi hija sí viene a casa, y luego qué? Y entonces hubiera comprendido que habría odiado tener una agria solterona por hija en casa. Y continuando con ese pensamiento, habría visto que había una contradicción en él y probablemente habría descendido a un nivel más profundo y hubiera dicho, “¿Y entonces qué? Si mis hijos ahora han dejado la casa, ¿cuál es el propósito real de mi vida? Y habría tenido que filosofar sobre el propósito futuro de su vida después de los cuarenta y ocho: “¿Tiene la vida un sentido una vez que uno ha criado a los hijos y los ha iniciado en la vida, y si es así, cuál es y cuál es el sentido en conjunto de la vida?” Ella habría sido confrontada con las profundas pero humanas cuestiones filosóficas que nunca había encarado antes, y que la habrían llevado a aguas profundas. Naturalmente no podría haber solucionado el problema, pero entonces podía haber tenido un sueño que la ayudase a lo largo de un proceso completo, una pregunta por el sentido de la vida que su función del pensamiento inferior había iniciado. Ahora bien, ya que el caso era el de un tipo sentimiento extravertido, la búsqueda sería un asunto interior completamente introvertido, parecido a desarrollar un punto de vista filosófico introvertido de su propia vida. Eso habría requerido que ella pasara largo tiempo a solas en su cuarto y que realmente se volviera poco a poco consciente del fundamento oscuro de sus pensamientos.
El escape fácil que yo he visto en varios tipos sentimiento extravertido es que ellos salen de la dificultad simplemente vendiendo sus almas a algún sistema ya establecido. Recuerdo a una persona que se convirtió al catolicismo y simplemente adoptó en forma desenfrenada aquella filosofía escolástica fundamental y desde entonces solo citaba autores escolásticos. Eso era, en cierta forma, asumir la función del pensamiento, pero asumirla de una manera ya establecida. La misma cosa se puede hacer con la psicología Junguiana, repitiendo los conceptos de memoria en forma mecánica, pero nunca desarrollando el propio punto de vista de uno. Es una clase de afición de discípulo, una actitud no creativa que se apodera del no examinado sistema y nunca se pregunta, “¿Qué pienso yo al respecto? ¿Esto realmente me convence? ¿Me convencen los hechos sobre los cuales está basado este pensamiento? ¿Coincide con los hechos que yo he revisado? ¿Puedo yo mismo hacerme cargo de mi propia convicción? ¿Coincide con mis propias experiencias internas? En lugar de ello, es apropiada en grande, de modo que si dichas personas luego se encuentran con otros quienes saben pensar –por ejemplo, los tipos pensamiento- se vuelven fanáticos porque se sienten impotentes. Después luchan por el sistema que han escogido con cierto fanatismo apostólico porque se sienten inseguros acerca de las bases del sistema de pensamiento: cómo se desarrolló, sus conceptos básicos y así sucesivamente; y ya que ellos están inseguros y tienen la sensación de que el sistema podría ser desmontado por un buen pensador, adoptan una actitud agresiva.
Otro peligro es que si un tipo sentimiento extravertido comienza a pensar se queda completamente atrapado en ello. O no puede interrumpir suficientemente sus relaciones para ir a sentarse y quedarse quieto y pensar, o si tiene éxito en interrumpir todos los lazos exteriores, teniendo suficiente tiempo a solas para descender a los problemas de sus propios pensamientos –lo cual es ya un gran progreso- entonces se ve terriblemente atrapado por ellos y realmente pierde la visión de la vida, desaparece en los libros, o dentro de una biblioteca cubriéndose de polvo, sin ser capaz ya de cambiarse a cualquiera otra actividad. Es devorado por ese trabajo reflexivo.
Si usted quiere tener un ejemplo mundialmente famoso del pensamiento inferior de un tipo sentimiento extravertido, lea las Conversaciones con Eckermann de Goethe. Es precisamente una asombrosa colección de perogrulladas –apercus de así llamada profundidad, pero realmente solo francas trivialidades. Allí también se ve la función inferior de Goethe muy visiblemente expuesta al mundo. Él también ha publicado máximas, reflexiones generales que –y eso es muy típico de su nivel- ¡usted encuentra en la hoja de atrás de todo calendario! Ellas son muy ciertas, usted raras veces puede objetarlas de ningún modo, pero son precisamente tan ciertas que ninguna oveja podría haberlas pensado tan bien. Ese es Wagner trabajando en el gran poeta.
Naturalmente, el pensamiento inferior del tipo sentimiento está amenazado por dichas generalidades y trivialidades, las cuales son típicas de un pensamiento subdesarrollado. Si, por ejemplo, usted da a los estudiantes de catorce a dieciocho años de edad un tema sobre el cual escribir, usted verá que a esa edad ellos por lo común no pueden producir ningún pensamiento diferenciado o especial sino que escriben generalidades –lo cual, a esa edad, es ya un logro. El modo en el cual educamos a los niños en la escuela escribiendo tales generalidades es el más idiota. Recuerdo que en mi propia juventud nosotros llegamos a tales temas como “¿El individuo o las masas deciden el curso de la historia? Ahora bien, ¡imagine! ¿Cómo puede una chica de dieciséis años saber algo diferenciado o verdadero al respecto? ¡Usted solo escribe generalidades! Debo confesar que es solo fama, pero he escuchado que muchos clubes de debate en los colegios estadounidenses parecen moverse en esos niveles, sin la más leve diferenciación de pensamiento según los hechos, o nada extraordinario de nivel superior o nada enfocado sobre un tema; hay simplemente perogrulladas evidentes y generalidades que nadie podría pensar. El pensamiento inferior del tipo sentimiento extravertido tiene, por consiguiente, un muy desagradable modo de hacerlo sentir a uno secretamente intranquilo. Los tipos sentimiento gustan –inconscientemente- de tirar un balde de agua fría a su alrededor con su secreto pensamiento negativo. Hay una especie de escepticismo que puede ejercer un efecto represivo sobre los otros. Si usted entra en una discusión con el pensamiento negativo de dicho tipo sentimiento extravertido, usted ve que, en general, él ha sacado conclusiones demasiado apresuradas de tal modo que no ha llegado al fondo de las cosas. Existe todo tipo de pensamientos negativos y además frases arrolladoras que son también un rasgo típico del pensamiento inferior.
El Pensamiento Extravertido del tipo Sentimiento Introvertido
El tipo sentimiento introvertido principalmente se adapta a la vida por el sentimiento, pero más de un modo introvertido, es decir, principalmente hacia la orientación del sujeto con una escala diferenciada de evaluación. Este tipo es muy difícil de comprender. Jung dice que la frase “Las aguas tranquilas que corren profundo” se aplica a las personas de este tipo. Ellos tienen las mismas reacciones de una escala de valor muy diferenciada, pero a diferencia del extravertido, ellos no las expresan exteriormente, sino que son afectados por ellas en el interior. A menudo los tipos sentimiento introvertido se encuentran donde tienen lugar eventos importantes y valiosos o empresas, como si su sentimiento introvertido les dijera que aquella empresa era realmente importante y que era el asunto verdadero. Con una especie de fidelidad silenciosa y sin ninguna explicación externa, ellos aparecen en lugares donde se encuentran importantes y valiosos hechos internos, constelaciones arquetípicas. Con constancia poco notable, ellos persistirán, por ejemplo, en importantes ideas arquetípicas y por lo general ejercerán una positiva influencia secreta sobre su entorno, estableciendo patrones. Los demás los observan y aunque ellos no digan nada pues son demasiado introvertidos para expresar mucho, fijan ciertos modelos porque los tienen adentro de sí mismos. Los tipos sentimiento introvertido, por ejemplo, con frecuencia dan forma al secreto fundamento ético de un grupo, ya que sin irritar a los otros con preceptos morales o éticos, secretamente emanan una influencia positiva sobre aquellos alrededor. Uno tiene que portarse correctamente porque ellos tienen esa clase de correcto modelo de valores, o buen gusto, el cual siempre de manera sugestiva lo fuerza a uno a ser decente si ellos están presentes, y eso se debe a que su sentimiento introvertido diferenciado discierne cuál es interiormente el elemento realmente importante.
El pensamiento de este tipo es extravertido, fluyendo hacia el objeto externo. En contraste asombroso con su silenciosa y poco notoria apariencia externa, los tipos sentimiento introvertido están por consiguiente interesados generalmente en una inmensa cantidad de hechos externos. En su personalidad consciente, ellos no se mueven mucho, sino que se sientan en su agujero de tejón mientras que su pensamiento extravertido, su mente más inconsciente, vaga entre una extraordinaria cantidad de hechos externos. Ellos leen, por ejemplo, acerca de las cosas más inesperadas: las ciencias naturales y Dios sabe qué. Están interesados prácticamente en todos los hechos externos de la vida, pero esto es una especie de interés escondido, mientras que con los tipos pensamiento extravertido, eso sería cierto en el primer plano de sus intereses. Si los tipos sentimiento introvertido quieren usar su pensamiento extravertido de un modo creativo, tienen la dificultad común del extravertido de ser abrumados por tanto material, demasiadas referencias y demasiados hechos, así que su pensamiento extravertido inferior algunas veces solo logra perderse en una ciénaga de singulares referencias objetivas externas y de hechos a través de los cuales ellos ya no pueden encontrar su camino. La inferioridad de su pensamiento extravertido muy a menudo se expresa de cierto modo monomaníaco, en el cual ellos solo tienen uno o dos pensamientos con los que se desbocan completamente en una enorme cantidad de material. Esto es muy obvio y es la razón de qué Jung caracterizara al sistema freudiano como un ejemplo típico de pensamiento extravertido.
Jung nunca ha dicho nada acerca del tipo de Freud como ser humano; solo ha dicho en muchos de sus libros que el sistema de Freud representa al pensamiento extravertido, por cuanto lo que yo agrego ahora es mi convicción personal, a saber que Freud era un tipo sentimiento introvertido y que por consiguiente sus escritos conllevan las características de su pensamiento extravertido inferior. Típicamente se encuentra allí el hecho de que las ideas fundamentales son pocas y que ellas están completamente desbocadas, que el escritor ha revuelto todo en una enorme cantidad de material externo y que está completamente orientado hacia el objeto exterior, de manera que el fundamento de sus pensamientos se relaciona con una organización de hechos más bien pobre, biológica y externa. Si usted lee las notas biográficas de Freud, verá que como persona él tenía un estilo más diferenciado de tratar a las personas. Era un excelente analista y tenía un modo muy diferenciado de tratar a sus pacientes. Tenía también una clase de caballerosidad escondida la cual tenía una influencia positiva sobre sus pacientes y, en general, sobre su medio. En su caso realmente se debe hacer una distinción entre su teoría y su personalidad como ser humano. Pienso, desde lo que uno escucha sobre él, que perteneció al tipo sentimiento introvertido.
La ventaja del pensamiento extravertido inferior es lo que yo caracterizo ahora negativamente como desbocarse con unas cuantas ideas a través de una enorme cantidad de material (Freud mismo se quejó de que su interpretación de los sueños se sentía terriblemente monótona –la misma interpretación de cada sueño era aburrida incluso para él). Si esto no se excede y si el tipo sentimiento introvertido es consciente del peligro de su función inferior y mantiene un refrenamiento sobre ella, tiene la gran ventaja de ser simple, claro e inteligible. Tiene algunos pensamientos amplios los cuales poseen una especie de claridad, en el sentido positivo de la palabra. Pero esto no es suficiente y el tipo sentimiento introvertido está obligado a perforar un poco más profundo y a tratar de especificar y diferenciar su pensamiento extravertido, si no quiere en algún momento caer en la trampa de esta clase de monomanía de ideas. Por consiguiente él tiene que especificar su pensamiento, es decir, crear la hipótesis de que cada hecho que él cita en prueba de sus ideas las ilustra con un punto de vista ligeramente diferenciado, y con este objetivo en la mira, su idea debe reformularse a cada momento. De ese modo él mantiene el proceso vital de contacto entre el pensamiento y el hecho, en lugar de solo imponer su pensamiento sobre los hechos. El pensamiento extravertido inferior tiene las mismas tendencias negativas de ser tiránico, rígido, amoldado, y de ese modo no adaptado completamente a su propio objeto, característica que presentan todas las funciones inferiores.

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