En este
apartado vamos a intentar ofrecer información sobre el rico simbolismo y
misterio que tienen todas las estatuas de esta denominación. Para ello se
presenta una información que es un resumen de lo mucho que han dicho los
especialistas acerca de este tema.
Los
investigadores han estudiado muchas tallas de la multitud de las que existen y
que son veneradas en catedrales y santuarios de Europa, sobre todo de Francia y
España.
La tez oscura
de la virgen motiva perplejidad y un gran enigma sobre el significado que pueda
tener el moreno color de la madre de Dios, un simbolismo que tendrá que ver los
esoteristas medievales que recogieron el legado de las diosas prehistóricas y
de sus sucesoras paganas, Isis, Belisana o Artemisa.
Comenzaremos
hablando de el simbolismo del color negro; éste presenta dos aspectos opuestos,
como le sucede a muchos simbolismos: un aspecto benéfico y otro maléfico. Este último,
que es el más habitualmente considerado, evoca en el orden material la noche y
las tinieblas opuestas a la luz del día, junto con sus peligros; en el orden
psicológico, la ignorancia, la ceguera, la pesadez y la materialidad; y en el
orden del espíritu, finalmente, la negación de la luz y de la inteligencia
espiritual, incluso el satanismo. En su aspecto benéfico, por el contrario, el
color negro simboliza el misterio, lo inexpresable, lo indecible, la
interioridad y particularmente el Conocimiento.
No hace
falta decir que el color de las representaciones negras de la Virgen ha de
entenderse en este segundo aspecto, y enseguida comprobaremos que el negro nos
lleva a tres bloques de estudio e hipótesis.

En el
mismo orden de ideas, puede mencionarse también el «sol negro», nombre que se
daba antaño al solsticio de invierno. El «sol negro» es el sol de Navidad, el
sol, si puede decirse así, de la noche de Navidad, pues tradicionalmente la
Virgen dio a luz a Jesús a la hora de «medianoche», en la «gruta» de Belén,
como canta el Ofertorio de la misa en la octava de la festividad:
«Mientras
un profundo silencio envolvía todas las cosas y la noche alcanzaba la mitad de
su curso, desde lo alto de los Cielos Tu Palabra omnipotente, Señor, se lanzó
desde el trono real».
Continuaremos
en segundo lugar con la relación existente entre las Vírgenes negras y las
piedras negras adoradas en muchos lugares del planeta.
Las
piedras negras, que no son otra cosa que rocas meteóricas, fueron conservadas
por multitud de civilizaciones debido a la fama que tenían de poseer poderes
divinos, así los romanos las requisaron en los países conquistados para
venerarlas todas juntas en un templo construido para ello.

Resumiendo,
tal respeto a la piedras negras es por el simbolismo que las une al origen de
la Vida y su renovación cíclica, por construir la plasmación material del
estado espiritual. El mundo comenzó a existir cuando Dios cogió la Piedra de
Fundación y la lanzó al abismo de las posibilidades, y asi se construyó el
mundo sobre ella.
Por lo
tanto, las Vírgenes negras tienen ese color evocando el color de esas piedras “mágicas”
que representan el comienzo del universo. Así mismo la Virgen Maria es el
comienzo de la vida de Jesucristo, salvador espiritual de las personas.
Finalizaremos
en tercer lugar con el carácter espiritual de Maria que nos lleva directamente
a considerar el culto rendido a la Virgen negra por parte del mundo de la
alquimia.
Las Vírgenes
negras se encontraban en las criptas de las Catedrales, lugares donde los
alquimistas encontraban la representación de la materia con la que debían
trabajar.
Antes de continuar, hay que
recordar que la perspectiva intelectual de las épocas en las que se practicaba
la alquimia, no era otra que la de intentar purificar al sujeto y convertirlo
en la Gran Obra que tenia que ser por la salvación de Jesucristo.
Para
comprender bien lo que quieren decir los autores herméticos cuando plantean
esta especie de ecuación: Virgen negra = tierra del alquimista, conviene
recordar todo lo que hemos dicho anteriormente sobre los tres niveles en los
que se sitúa el simbolismo de la tierra aplicado a la virgen: el nivel metafísico,
en el que la palabra remite a la materia prima
o Prakriti; el nivel cosmológico, en el que remite a la sustancia del
cosmos; y finalmente el nivel propiamente material, en el que designa la tierra
mineral. Si tantos textos religiosos han juzgado conveniente cantar a María con
este símbolo, ¿no es porque es una imagen particularmente expresiva de que ella
que es la Madre ? La Virgen María «es» la tierra, en el sentido de que encarna,
por haberla realizado en sí misma, la Sustancia universal y, así, es la «Reina
del Mundo» o, para emplear los términos de Villon, la «Regente terrena».

En suma,
la Virgen negra, en la perspectiva alquímica
, es el prototipo al que debe conformarse el alma del individuo; el alma
tiene que volverse «virgen negra», tiene que volverse «humilde tierra», es
decir, «aniquilarse» en la perfecta humildad para alcanzar el estado de materia prima , de materia virgen apta para
recibir el influyo del Espíritu. El hombre sólo puede hacerlo con ayuda de María,
y por eso los alquimistas le atribuyeron ese papel. Ella es realmente la Virgo paritura , la que da a luz a la «piedra»
igual que da a luz a Cristo; es decir, da a luz al alma. Y los alquimistas no
son los únicos que lo comprendieron; también el pueblo cristiano ha sentido –en
menor grado sin duda– que la Virgen negra
es la Virgen iniciadora que hace morir y resucitar mediante la luz. Su color
negro significa que la Virgen atraviesa el negro por el hombre y así lo hace
pasar a la Luz.
En la
actualidad, nosotros apenas pensamos ya en términos alegóricos y no estamos
introducidos en el mundo de los símbolos. Pero como vemos nos encontramos con
que muchas de las imágenes que adoramos o alrededor de la cual nos reunimos
para celebrar actos religiosos, están llenos de un gran simbolismo, que aun no
queda muy claro en estos momentos.
Nos
podemos quedar, si acaso, con que, el papel de las imágenes negras de María
tienen que llevar al devoto que la contemple ha transmutarse; en distintos
grados y cada cual según sus posibilidades. Porque huelga decir que no
pretendemos que todos alcanzasen con ello la perfecta «pobreza de espíritu»;
incluso hay que decir que sólo eran una pequeña minoría lo que lo conseguían.
Pero todos, repetimos, encontraron allí, al menos si tenían voluntad recta, un
medio de operara un cambio en su vida. Precisemos bien, por lo demás, que
tampoco pretendemos que las estatuas o las imágenes negras de la Virgen fuesen
las únicas que cumpliesen tal función, lo cual sería ridículo; lo que decimos
es simplemente que la imagen negra, tal vez a causa de la fascinación, era más
particularmente apropiada para provocar en el alma del fiel un choque adecuado
para hacerle operar un regreso.
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este articulo fue tomado de http://www.virgendelascruces.org/LVN.htm
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